CentroCentro Cibeles estrena el año con tres nuevas exposiciones de acceso gratuito. ‘¡Viva la diferencia!’ versa sobre el diseño contemporáneo y personalizado; ‘Las Voces del GPS’, aborda el resultado entre arquitectura y coreografía, y la tercera, ‘Adverbios temporales’, invita a una reflexión sobre el futuro y la percepción del paso del tiempo.
‘¡Viva la diferencia!’ es el título de la muestra en torno al diseño contemporáneo y su búsqueda de la individualización. En ella se exhiben obras del arquitecto italiano Gaetano Pesce, tales como su silla Dalila, las zapatillas Fontessa y los prototipos de las sillas Dear Diversiy. De la treintena de proyectos que se presentan, cabe destacar la idea de los muebles y objetos cuya estética se inspira en el color de los ojos, la radiografía de los huesos o la forma del cuerpo del usuario (Serie Cloning, de 5.5 designers). O la de las piezas cuyo proceso de producción se activa si hay audiencia, cambiando su color y tamaño en función del interés del público (Collective works, de mischer’traxler).
Hay lámparas que permiten más de diez mil millones de combinaciones posibles (el modelo Alphabeta, de Luca Nichetto para HEM), mesas en las que el usuario puede elegir materiales, acabados y hasta doce estilos diferentes de patas (mesa Multileg, de Jaime Hayon para BD Barcelona Design).
Se quiere hacer visible que la customización es posible, que se puede huir de la estandarización y de la uniformidad. Las nuevas tecnologías contribuyen a la personalización de los objetos, de las cosas, y los diseñadores están apostando por productos que permiten incorporar variantes elegidas por el usuario.
La exposición, que se plantea como un discurso tridimensional sobre la diversidad de la producción de muebles y objetos, guía a los visitantes a través de un camino que simula una cadena de montaje, símbolo inequívoco de la producción estandarizada y en contraposición de los objetos que se exhiben. Toda la instalación está compuesta por planchas de madera reciclada y 1300 tubos de cartón. Ha sido diseñada por Ciszak Dalmas.
Comisariada por Ana Domínguez Siemens, estará abierta al público desde el 16 de febrero hasta el 20 de mayo.
‘Las Voces del GPS’
La exposición es el resultado de un proceso de investigación y creación entre arquitectos y coreógrafos. Sus comisarias, Paula García-Masedo y María Rogel, explican que “la muestra explora el viaje en coche como reflejo de una sociedad en crisis y, también, como parte del folclore actual”. Estará abierta al público desde el hoy, 16 de febrero, y hasta el 20 de mayo.
El coreógrafo Ángel Zotes y el estudio Taller de Casquería han trabajado en ‘Default Water’. Partieron de un accidente ocurrido en Badajoz en el que, siguiendo las indicaciones de un GPS confundido, un coche cayó al agua del embalse de La Serena. Jonathan Martineau y Elii han desarrollado ‘Los fantasmas de Susie Sierra’. Para ello se adentraron en los centros de crash test, “poblados de espectros sin pies y en los que se representa un buen mundo en común cuyos riesgos se intentan controlar”.
C+ arquitectos y Azahara Ubera han creado ‘Las Respiradoras’, a partir de los atascos que siguieron a los atentados del 11 de septiembre en Nueva York. El trabajo de Paula García-Masedo y María Rogel, ‘Hacer (des)aparecer un coche’, surge a raíz de cómo Valdebebas se convirtió en una ruina de la modernidad y se reapropió como escenario de rallyes ilegales.
‘Adverbios temporales’
Quince artistas internacionales contemporáneos reflexionan sobre el futuro y la percepción del paso del tiempo a través de trabajos audiovisuales, sonoros, escultóricos y de realidad virtual. Está comisariada por Cristina Anglada, forma parte de la programación de ARCOmadrid 2018, dentro de su sección #Futuro, y estará abierta hasta el 6 de mayo.
Es un recorrido sensorial a través de las obras de estos quince artistas: Serafín Álvarez, Cécile B. Evans, Nora Barón, Nina Canell, Julian Charrière, Marian Garrido, Mia Goyette, Rubén Grilo, Camille Henrot, Hanne Lippard, Regina de Miguel, Jacopo Miliani, Shana Moulton, Mélodie Mousset y Laure Prouvost.
Las piezas ofrecen diferentes perspectivas sobre nuestro actual concepto de tiempo y abren espacios para imaginar un futuro que explore modos de relación diferentes, a la vez que expresan cierta nostalgia por el imparable deterioro de la conexión entre la experiencia humana y su narración. /