El Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid ha realizado casi 500 intervenciones en el primer semestre de 2018 relacionadas con incendios de pasto, rastrojos, setos o producidos en vertederos. Del total, 452 corresponden a incendios de vegetación, 2 a fuegos de árboles y 16 a incendios en vertederos o escombreras.
Responsables de la Unidad de Comunicación de Bomberos señalan: “los incendios de vegetación se dan en zonas que no se limpian, que están descuidadas. Suele pasar también en solares no urbanizados todavía, donde los matojos alcanzan unos 40 o 50 centímetros de altura, y el problema es que el fuego de este tipo de vegetación se propaga muy rápidamente, más que en los incendios forestales habituales”.
Por ello es necesario intervenir con la mayor celeridad posible. El fuego en estos casos alcanza una velocidad de entre 8 y 12 kilómetros por hora, que puede ser mayor si se dan condiciones de viento. “El problema –explican desde Bomberos- es cuando el pasto se encuentra cerca de vehículos o viviendas. Ahí tenemos que actuar con mucha rapidez porque por un lado se puede poner en riesgo la vida de las personas y por otro, porque si alcanza a vehículos estos pueden explotar, convirtiendo el incendio en mucho mayor”.
Este año, cuentan, el número de intervenciones de este tipo ha sido algo atípico debido a que hemos tenido una primavera más lluviosa que otros años y el pasto estaba verde hasta bien entrado junio. Por ello en junio de este año se realizaron 99 intervenciones de este tipo mientras que en el mismo mes en 2017 fueron casi 300.
Vertederos: contaminación y peligro
Los bomberos explican que los fuegos en vertederos o escombreras pueden complicarse fácilmente. “La gente sigue tirando cosas en los vertederos que no debería. Así que cuando vamos a un incendio de este tipo, aunque parezca pequeño, tenemos que ir con mucho cuidado, porque no sabemos si habrá productos inflamables, como una botella de camping gas, mecheros, aerosoles… algo desgraciadamente bastante habitual”. “Los neumáticos –añaden- no se deberían tirar en estos lugares sino que deben llevarse a puntos concretos para su reciclaje, pero seguimos encontrando muchos, y su combustión genera mucho humo y muy denso. Cuando estos incendios están cerca de una vía de circulación hay que extremar las precauciones porque no sería la primera vez que, conjuntamente con la Guardia Civil, hemos tenido que parar el tráfico de la vía, ya que el humo dificulta la visibilidad a quienes conducen y se podría producir un accidente”. /