La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, acompañada por la delegada de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, Marta Higueras, ha visitado hoy lunes el centro de atención a jóvenes en situación de calle, ubicado en el distrito de Usera. Este dispositivo se enmarca dentro del Programa ASPA. Línea de Autonomía Personal y Tránsito a la Vida Adulta, que lleva a cabo el Ayuntamiento de Madrid para atender a jóvenes de 18 a 21 años que se encuentran en riesgo de exclusión, que viven en alojamientos inadecuados, inseguros (casas ocupadas, albergues, etc…), sin apoyos ni recursos personales ni económicos. En lo que va de año se han atendido a 73 jóvenes.
Aunque su realidad ha estado escasamente visibilizada, la Red Municipal para Personas Sin Hogar ha constatado en los últimos años un incremento progresivo de usuarios menores de 30 años en sus dispositivos de atención. Y cuanto más jóvenes, más difícil es su situación. Como dato ilustrativo, en la última Campaña de Frío, 178 jóvenes acudieron a estos dispositivos.
El Programa ASPA fue adjudicado en febrero de este año a la entidad Opción 3 que, desde la Fundación ISOS, ha atendido desde 2006 a más de un centenar de jóvenes de ambos sexos en situación de alta vulnerabilidad.
Tras recorrer el dispositivo y departir con los cuatro profesionales al frente –un responsable y tres educadores-, la alcaldesa les animó a seguir en esa línea de implicación: “Hacéis una gran labor y contáis con todo mi apoyo”.
Perfil y necesidades
Los jóvenes requieren de respuestas ágiles, rápidas y flexibles, enfocadas fundamentalmente desde la prevención por eso la atención que se les ofrece no puede encuadrarse dentro del sinhogarismo, ya que la mayoría, además, tiene un recorrido mínimo en calle y aun no presentan una historia de exclusión cronificada. Los recursos concebidos desde la perspectiva de la atención a las personas sin hogar no son, por tanto, los adecuados aunque sí es imprescindible cubrir sus necesidades básicas de alojamiento y manutención para que puedan aspirar a una vida normalizada. Esas necesidades se cubren desde la Fundación ISOS a través de plazas en hostales-pensiones, como un primer paso para avanzar hacia pisos de alquiler compartido, por ejemplo.
Los jóvenes atendidos suelen ser extutelados procedentes de todo el territorio nacional; jóvenes del colectivo LGTBI; personas procedentes de reagrupaciones familiares fallidas; con algún tipo de discapacidad; mujeres jóvenes discriminadas por motivos de etnia o religión o personas provenientes de situaciones sociofamiliares y económicas precarias o de grave vulnerabilidad.
Gran parte de ellos muestran carencias afectivas, no poseen experiencia laboral y sí una baja cualificación formativa, revelan dificultades relacionales, de habilidades personales, autocuidado y hábitos saludables y una baja percepción de futuro.
Acompañamiento personalizado
Desde el programa ASPA se potencia la responsabilidad de cada participante en el diseño y ejecución de su itinerario personal y fomentan su acceso al empleo de como parte de su proceso de estabilización y emancipación. Ese acceso al mercado laboral se realiza facilitándoles actividades formativas, de capacitación profesional y de alfabetización digital tanto en el ámbito académico, como en la práctica empresarial. Gracias a la colaboración con las empresas el pasado año se gestionaron más de 240 ofertas de trabajo y formalizaron más de un centenar de contratos.
Las labores de orientación, acompañamiento y formación se complementan con el pilar del ocio, donde se planifica con los participantes actividades lúdicas que estimulen los valores de convivencia, medioambiente, respeto a la diversidad cultural, de género, ideológica tanto dentro del espacio referencial del Programa como en el medio abierto y en su entorno más cercano./