En una actuación que comenzará la próxima semana en barrio de Malasaña, el distrito Centro va a cambiar la ordenación de algunas de las calles que no cuentan con una accesibilidad mínima en sus itinerarios peatonales.

Se trata de calles en las que la combinación del paso de vehículos y su aparcamiento han impuesto unas aceras con anchuras que oscilan entre el metro y los sesenta centímetros, dificultando el tránsito y acceso para personas con movilidad reducida, sillas de bebé, o incluso el tránsito de dos personas en paralelo.

“Es una intervención que responde a las demandas vecinales y de comerciantes para mejorar la accesibilidad ensanchando las aceras. Supone la eliminación de líneas de estacionamiento en los tramos afectados pero su número no se reduce. Se compensarán con nuevas plazas de aparcamiento en batería en los alrededores”, señala el concejal presidente de los distritos de Centro y Chamberí, Jorge García Castaño.

De esta forma, se suprimirá la línea de estacionamiento en la calle La Palma, entre las calles San Bernardo y Corredera Alta de San Pablo; calle San Vicente Ferrer, entre las calles San Bernardo y Fuencarral; y calle Espíritu Santo, entre la calle Santa Lucía y la Plaza de Juan Pujol. El espacio ganado se unirá al ancho de al menos una de los aceras de cada vía para garantizar que tenga una amplitud adecuada a las necesidades del entorno.

Se va a compensar las plazas de aparcamiento que desaparecerán con otras nuevas en el entorno más próximo. Asimismo se procederá al cambio de estacionamiento en línea por estacionamiento en batería en la calle Santa Cruz de Marcenado, entre Mártires de Alcalá y Conde Duque, eliminando uno de los tres carriles de circulación; y en la calle Conde Duque, entre Santa Cruz de Marcenado y final, en sus números impares, con la reducción de dos carriles a uno. En otro tramo de la calle Santa Cruz de Marcenado, desde el paso de vehículos existente en el número 1 de esta calle hasta la de San Bernardo, se creará una banda de estacionamiento en batería reduciendo el ancho del único carril existente.

Asimismo, parte de las reservas de estacionamiento para carga y descarga, para personas con movilidad reducida y motos que desaparán de San Vicente Ferrer y La Palma, se reubicarán en calles próximas como Costanilla de San Vicente, Santa Lucía, Dos de Mayo o San Bernardo.

Medidas de mejora de la movilidad peatonal

Por otra parte, las calles de la Palma, San Vicente Ferrer y Espíritu Santo cuentan con una alta densidad de bolardos por metro cuadrado. Con la nueva ordenación, y para facilitar la movilidad peatonal, se eliminarán en torno a 450, dejando instalados únicamente los estrictamente necesarios. A lo largo de estos tramos se instalarán jardineras, aparca bicicletas y bancos, que delimitarán el espacio destinado al tránsito peatonal y al tráfico rodado.

El orden de intervención establecido comienza en la calle Palma, para después continuar con San Vicente Ferrer y terminar en el tramo de Espíritu Santo. Al no llevar aparejada ningún tipo de obra, la intervención tendrá un coste mínimo para el Ayuntamiento de Madrid y no conllevará cortes de tráfico durante su ejecución.

Las tareas comenzarán con el cambio de la señalética y continuarán con la eliminación de la zona SER y el cambio de ubicación de las reservas de carga y descarga, motocicletas y personas con movilidad reducida. La señalización de las nuevas plazas será simultáneo. Estas operaciones marcarán el inicio de la retirada de los bolardos que permitirá ampliar las aceras, y que tendrá una duración aproximada de cuatro semanas. El diseño viario de las calles es de plataforma única en toda su sección transversal, siendo la diferenciación de sus pavimentos lo que delimitará la acera y la calzada./