Cleo, MA, Ada, Cachopo, Dana, Roxie, Kena, …, y así hasta una treintena de canes que velan por la seguridad de todos los madrileños, incluso fuera de nuestra ciudad. Estos diligentes agentes de cuatro patas pertenecen a la Sección Canina de la Policía Municipal de Madrid. Este cuerpo pionero en España incorporó a los canes a su plantilla cuando crearon esta unidad en el año 1983. Con tan solo seis animales, el objetivo era mejorar sus intervenciones en disciplinas como el rescate de personas, la búsqueda de estupefacientes o la detección de explosivos, y desde entonces no han parado de crecer en número de perros policía, eficacia y seguridad.

Hoy la Sección Canina está formada por 30 perros y 26 guías caninos que cada día entrenan duro para dar lo mejor en cada acto de servicio. Aurora y José, dos de los agentes de esta unidad, explican que los perros policía tienen un adiestramiento especial “y muy concienzudo”. Se les enseña a que “jugar con el guía que lo entrena y su juguete, sea lo más divertido del mundo”, forjando un vínculo tan férreo que trasciende, en ocasiones, hasta después de la jubilación del can.

Todos los perros que forman parte de la Sección Canina ­—26 en plantilla y cuatro que actualmente están en periodo de prueba— están adscritos a un guía que se encargan de su adiestramiento y cuidado, un tándem indisoluble, con los mismos turnos y horarios de trabajo. Jose explica que “siempre tenemos algunos perros más en preparación para que en cuanto se jubile uno ya tengamos a otro listo para iniciar el adiestramiento”.

 

Adiestrados en tres grandes disciplinas

En el caso de la Sección Canina de la Policía Municipal de Madrid, a los perros se les entrena en tres grandes disciplinas: búsqueda de personas vivas, búsqueda estupefacientes y dinero de curso legal y, por otro lado, búsqueda de explosivos.  “Para ello, -comenta Aurora-, “dentro de la unidad, intentamos tener los mejores perros posibles”, comenta Aurora. Porque su olfato extraordinario, unido a un adiestramiento especializado por parte de sus guías caninos, convierte a estos perros en aliados imprescindibles para la lucha contra el tráfico de drogas, por ejemplo, ya que tienen la capacidad de detectar sustancias ilegales en entornos urbanos, estaciones de transporte público e incluso en vehículos.

Los canes llegan a esta unidad policial a través de protectoras, donaciones o programas como Dog House, “y en principio la raza es indiferente, lo que buscamos es un individuo que cumpla todas nuestras expectativas, que sea movido, que sea no tenga miedos ni enfermedades y que le guste mucho trabajar”, explica Jose. “Y para nosotros, trabajar es jugar y superar retos sin problemas”. Y para estos requisitos, algunas razas tienen más predisposición que otras, como son los perros pastores, “como el pastor belga malinois o el pastor alemán, aunque también tenemos otros como working cocker o perros de agua».

Rescates, vigilancia o exhibiciones

Una de las intervenciones más mediáticas de los perros policía de la Sección Canina ha sido el derrumbe del edificio de la calle de Hileras, el pasado mes de octubre, “donde en poco tiempo teníamos los perros preparados para la búsqueda de personas vivas sepultadas”. En este tipo de actuaciones, la respuesta debe ser rápida e inmediata “porque estamos hablando de vidas humanas que están atrapadas y que cuanto antes puedan localizar los perros a través de sus ladridos, antes se puede tener esperanza de vida para rescatarlas”, matiza Aurora.

También están habituados a localizar droga en los sitios más inverosímiles, “como los 35 kilogramos de cocaína que la agente Ada encontró en el doble fondo de un turismo”, así como a realizar inspecciones en locales de ocio o intervenir en situaciones de control de masas, como la cabalgata de los Reyes Magos.

Pero además de sus funciones operativas, la Sección Canina también desempeña un papel importante en actividades educativas y de sensibilización. Los canes participan en exhibiciones y jornadas informativas, donde demuestran sus habilidades para velar por la seguridad de los ciudadanos y se fomenta el respeto por los animales. También suelen visitar residencias de personas mayores y hospitales “donde es conmovedor observar los beneficios terapéuticos que los animales provocan en las personas enfermas o con discapacidad”.

Descanso en instalaciones renovadas

Para dotarlos de más comodidades y aumentar su bienestar, los canes de la Policía Municipal de Madrid residen en unas dependencias modernas y renovadas a las que no les falta detalle: camas calefactables, cheniles climatizados, bebederos automáticos, zona verde para el juego, clínica veterinaria y hasta una piscina en verano para jugar y poder refrescarse en los días de calor.

Merecida jubilación

Cuando cumplen 7 u 8 años, los agentes caninos se retiran a hogares donde se les garantiza una vida tranquila, en muchos casos, junto a los mismos policías que fueron sus guías y compañeros. “Cuando no es posible” ­-explica José-, “se busca un adoptante del entorno policial priorizando siempre la cercanía con el animal”. También se recurre a asociaciones especializadas en buscar familias a perros de las fuerzas y cuerpos de seguridad, como Héroes de 4 patas, “para que, en definitiva, disfruten de una buena jubilación junto a una familia que le proporcione la mejor vida posible”, el merecido descanso después de una hoja intachable de servicio a los madrileños.