En verano, el centro de Secundaria más antiguo de Madrid, el Instituto de Educación Secundaria San Isidro, sustituye a los estudiantes por el público que acude a disfrutar de la variada programación que Veranos de la Villa pone en marcha en su mítico Claustro del Pozo, una construcción barroca que data de 1672.
Es uno de los dieciséis espacios en los que Veranos de la Villa, organizado por el Área de Cultura, Turismo y Deportes, ofrece una ambiciosa programación cultural que dará a los locales ganas de quedarse en la capital y, a los de fuera, de visitarla. Precisamente en este espacio municipal tuvo lugar hace unas semanas la presentación de Veranos de la Villa.
Un telón en el claustro
Nada menos que Tirso de Molina dará el pistoletazo de salida a la temporada teatral en el Instituto de San Isidro. La compañía Teatro Defondo, dirigida por Vanesa Martínez, será la encargada de defender su Marta La Piadosa, una historia en la que el dramaturgo demuestra una vez más su habilidad para perfilar personajes femeninos. Con el punto de partida de dos hermanas enamoradas del mismo hombre, y del ardid religioso que planea una de ellas para salirse con la suya, la obra reivindica la figura de la mujer a través del humor y la crítica. Será del 25 al 27 de julio.
La semana siguiente (el jueves 31 de julio) toma el relevo La Lazarilla, una comedia creada por Eduardo Galán y dirigida por Carla Nyman en la que Soledad Mallol es Lázara y Pepa Pedroche representa el resto de papeles. Se trata de una versión tierna e hilarante de El Lazarillo de Tormes que intercala el texto clásico con elementos autobiográficos de las intérpretes. Ambas actrices, que cuentan con una dilatada trayectoria, quisieron volver a las tablas con un texto escrito especialmente para ellas, que combinara ficción y realidad y que propusiera un divertido juego en el que el público fuera testigo de cómo se construye una obra.
La tercera y última propuesta escénica es Lavanderas, de La Chivata Teatro, un proyecto de mediación artística en memoria de las profesionales de ese gremio. La intervención artística que se representará entre los días 7 y 9 de agosto en el Instituto San Isidro es solo la culminación de un proceso de mediación cultural llevado a cabo con los familiares de las lavanderas de Madrid gracias a una idea creativa de Irene Pardo. A partir de esos testimonios y de los hechos históricos más relevantes de la época se tejerá una puesta en escena que contará con instrumentos tradicionales, un espacio sonoro pregrabado, coreografías que utilizan la utilería propia de las lavanderas, proyecciones… Todo ello con la intención de crear un encuentro honesto, emocionante e irrepetible con el público.
Viaje sonoro por tres continentes
Al igual que determinados platos saben distinto según el recipiente en el que se consuman, la música se percibe diferente cuando resuena en los muros y columnas de un lugar cargado de historia como el claustro de San Isidro. A continuación te contamos todo lo que resonará en las noches de verano en este espacio municipal.
El jueves 24 de julio será el turno de Wolf 1069, un proyecto del compositor Jacopo Baboni Schilingi y el guitarrista Christian Lavernier que, bajo el sugerente subtítulo ‘Donde la relatividad podría no funcionar’, presenta una obra abierta y en continua transformación que combina inteligencia artificial, interactividad y generatividad y cuya conclusión no conocen ni los propios artistas. Se trata, además, de su estreno en España.
El martes 29 será el turno del portugués Pedro Mafama. Su música tiene reminiscencias árabes, como resultado de su reciente viaje a Argelia, donde se unió al reconocido artista de género rai Cheba Sabah, entre otras colaboraciones. Pero su narrativa, basada en la escritura, la experimentación sonora, la performance y la imagen, busca sobre todo la anticipación de lo inesperado. Ya en 2021 había actuado en España y Francia con su premiado álbum Por este río Abaixo. Su último trabajo, de 2023, es Estava No Abismo Mas Dei Um Passo Em Frente. Esta actuación cuenta con el apoyo de la embajada de Portugal.
Habrá que esperar hasta el domingo 10 de agosto para escuchar a Marcos Madrigal al piano. En su espectáculo ‘Raíces y resonancias’ interpretará obras de cinco compositores iberoamericanos del siglo XX: Federico Mompou, Manuel M. Ponce, Francisco Mignone, Alberto Ginastera y Ernesto Lecuona. Tecla a tecla, construirá un mapa sonoro de diversidad, diálogo, fiesta y nostalgia.
La cantante, productora y compositora barcelonesa Bikôkô cerrará a programación cultural en el IES San Isidro el domingo 17 de agosto. Sus ritmos de África Occidental fusionados con electrónica experimental y pop contemporáneo deleitarán al público que se acerque a la última sesión artística en este espacio. Su nombre artístico, que significa ‘anochecer’ y simboliza el final de una etapa, lo tomó del apellido de su padre, un músico camerunés.
Tiempo de jazz
No faltarán estas semanas noches en las que los ritmos de jazz desplieguen su magia basada en lo inesperado.
Será el pianista cubano Pepe Rivero quien el 12 de agosto proponga la primera velada de disfrute e interacción con la audiencia. El que fuera componente esencial de la banda de Celia Cruz y Paquito D´Rivera durante sus conciertos en España dirigirá, acompañado por su grupo, la Jam Session I, sesión abierta de improvisación en la que músicos y público interactuarán para disfrutar de lo mejor del ‘latin jazz’.
La Jam Session II del 14 de agosto la dirigirá el pianista Moisés P. Sánchez. Bajo la misma premisa de improvisación que caracteriza al género, este músico comprometido con la expresión creativa jugará con su grupo y con el público para dar forma a una producción irrepetible. Sánchez es un habitual de escenarios europeos reconocido por su innovación, vitalidad y originalidad.
La última propuesta de jazz la firmará el viernes 15 el contrabajista Pablo Martín Caminero, que estrena en España su octavo proyecto como líder, titulado 51. Caminero es reconocido por fusionar el jazz con el flamenco. En esta ocasión, se hace acompañar de Moisés P. Sánchez al piano, del baterista Borja Barrueta y del saxo tenor Daniel Juárez. Un cuarteto compuesto por cuatro músicos de sólidas trayectorias que promete una ejecución impecable y un interesante diálogo entre instrumentos.
También hay espacio para lo más nuestro
Entre los muros del San Isidro también habrá lugar para la música tradicional. Desde las coplas de Fran Doblas o La Tania hasta los espectáculos flamencos de Sara Calero o Álvaro Sola, pasando por el cuplé desenfadado de Olga María Ramos. En este enlace puedes conocer más sobre estas actividades de géneros propios de nuestro folclore.
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Disfruta de esta programación para el recuerdo arropado por las mismas paredes que acogieron a ilustres alumnos y profesores como Quevedo, Machado o Vicente Aleixandre.