Un cuidado jardín recibe al visitante cuando accede a la Biblioteca Municipal de San Fermín. Es un edificio con grandes ventanales que lo dotan de una maravillosa luz, con rincones decorados de forma exquisita, con salas de lectura para todas las edades, un magnífico fondo musical y de películas … En definitiva, un espacio acogedor que transmite bienestar desde que se pone un pie en el vestíbulo. Pero también tiene algo, menos evidente a la vista, pero no menos importante, y es que está dotada con importantes medidas de accesibilidad, convirtiéndola en un espacio cultural para el disfrute de todas las personas.

Marta Otero, adjunta al Servicio de Tecnología, Innovación y Accesibilidad de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos, señala que la accesibilidad en las bibliotecas públicas “no es solo una obligación legal, sino una oportunidad para enriquecer nuestras comunidades” puesto que “al garantizar que la ciudadanía, independientemente de sus capacidades, puedan acceder a los espacios culturales, estamos promoviendo la inclusión, la igualdad y el respeto por la diversidad”.

Casi dos décadas avanzando en accesibilidad universal

El Ayuntamiento de Madrid lleva décadas trabajando en materia de accesibilidad. En una primera etapa, enfocada principalmente a las obras, a la eliminación de las barreras arquitectónicas y urbanísticas, porque, entonces, la accesibilidad se vinculaba, sobre todo, a la discapacidad física y, posteriormente, ampliando el espectro a una accesibilidad más amplia. Y en este recorrido hay dos momentos clave.

En 2005 el Consistorio analizó la accesibilidad de los edificios destinados a bibliotecas, con el fin de conocer el estado de la situación y hacerlos accesibles a personas con algún tipo de discapacidad física, e inició las reformas pertinentes en varios de ellos. Por otra parte, en 2007 impulsó el Plan de Accesibilidad en Bibliotecas Públicas Municipales, bajo el que se publicaron varias guías, como una de recursos bibliográficos sobre discapacidad, o la de Biblioteca Accesible, que recopilaba los recursos que ofrecían los centros. Pero también se comenzó el préstamo de lupas de mano, de mesa y telelupas (que permiten la lectura con diferentes contrastes) y de reproductores de CD. Ese mismo año se incorporaron intérpretes de lengua de signos en las bibliotecas y se comenzaron a ofrecer cuentacuentos signados.

Un bucle magnético portátil adquirido con la financiación del Foro de Empresas
Un bucle magnético portátil adquirido con la financiación del Foro de Empresas

Pronto se notaron las mejoras en accesibilidad. En 2010 se inauguró la biblioteca Ángel González, primera en contar con señalética en Braille y mostradores a doble altura. En 2015, con la ayuda de PREDIF, la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física, se realizó una consultoría sobre la accesibilidad cognitiva, física, visual y auditiva de las bibliotecas públicas municipales. Y ese mismo año se instaló el programa NVDA, que facilita la lectura de la pantalla de los ordenadores de uso público a personas con discapacidad visual. En 2016 se instalan bucles magnéticos en todos los mostradores de atención al público de la red de bibliotecas públicas municipales. En 2019, en colaboración con la asociación ALEPH-TEA se realiza un proyecto piloto para la señalización con pictogramas basados en el Sistema de Comunicación ARASAAC de la Biblioteca Pública María Zambrano, y en 2022 se inaugura la biblioteca de San Fermín, la primera en contar con señalización tacto visual en el interior de sus instalaciones. Estas son solo algunas de las medidas que se han ido implementando, porque la lista es larga.

Una de las telelupas adquiridas recientemente por las bibliotecas

Un presente optimista: nuevas iniciativas y personal cualificado

La Dirección General de Bibliotecas, Museos y Archivos obtuvo en 2023 una financiación del Foro de Empresas, de 250.000 euros, para realizar diversas mejoras en el ámbito de la accesibilidad.

Por ejemplo, los vídeos de presentación de las bibliotecas públicas, así como la Biblioteca Musical Víctor Espinós y Biblioteca Digital se han subtitulado y signado. También se han realizado guías accesibles, para personas con TEA en 13 bibliotecas públicas. La subvención también ha permitido adquirir bucles magnéticos para renovar y actualizar los ya existentes, comprar 35 telelupas en formato tablet, y también sillas de ruedas.

Pero, estos avances tecnológicos no serían efectivos completamente sin la implicación del personal que trabaja en estos espacios. “La formación es fundamental”, explica Marta Otero. Los trabajadores y trabajadoras reciben una formación específica en accesibilidad cuando comienzan a trabajar y, además, deben ir actualizando sus conocimientos sobre las tecnologías que se implementan porque “solo si saben cómo funcionan podrán divulgarlas para que las personas hagan un uso adecuado de ellas”, explica Otero.

Uno de los talleres de formación que recibe la plantilla de las bibliotecas públicas
Uno de los talleres de formación que recibe la plantilla de las bibliotecas públicas sobre accesibilidad

Además, muchos de ellos se implican de forma personal en iniciativas que se ponen en marcha en las bibliotecas. Marta, por ejemplo, fue la responsable durante seis años del Club de Lectura Fácil de la Biblioteca Miguel Delibes. Esta iniciativa, consolidada en numerosos centros y de gran éxito, se lleva a cabo con entidades vinculadas a la discapacidad. “Es importantísimo el papel de las asociaciones, con quienes trabajamos estrechamente, porque son quienes conocen realmente las necesidades de estas personas”. Otra actividad de gran aceptación son los talleres que hacen de forma conjunta con centros ocupacionales. “Vienen por la mañana, dentro de su horario laboral, y es una forma de salir de su rutina, relacionarse con otras personas y que sientan este espacio como suyo”. Pero, además, “se les enseña a cumplir unos plazos en el préstamo de los libros, se fomenta que tengan más capacidad de lectura y, en general, que tengan más autonomía”, explica Marta.

Primer Plan de Acción en bibliotecas, archivos y museos

Y este compromiso de las bibliotecas, archivos y museos con la accesibilidad también se ha proyectado en forma de acciones en el Primer Plan de Acción de Accesibilidad Universal derivado del Plan Estratégico de Accesibilidad Universal para la ciudad de Madrid (PEAUM), con la ampliación del catálogo de actividades orientadas a colectivos de personas con discapacidad, la actualización de la información en materia de accesibilidad que se ofrece en las páginas web o la promoción de cursos dentro de la Escuela de Formación para sensibilizar al personal, entre otros.

Lidia Teira, jefa del Servicio de Tecnología, Innovación y Accesibilidad, lo tiene claro “nuestra meta es seguir avanzando, compartiendo buenas prácticas, aprendiendo de las experiencias de otros, para crear espacios verdaderamente accesibles e inclusivos” porque, asegura que, solo así “podremos asegurar que la riqueza cultural y educativa de nuestras bibliotecas está al alcance de todas las personas”.