En la Biblioteca Pública Municipal Gloria Fuertes había mucha expectación el pasado 31 de marzo. El Ayuntamiento de Madrid presentaba su último libro adaptado a lectura fácil, Tristana, de Benito Pérez Galdós, en colaboración con Plena Inclusión Madrid, y se esperaba nada menos que la presencia de la protagonista de la obra.
Una joven actriz de la compañía Memoriarte llegó al centro poco antes de las 11:00 h y lo primero que hizo fue acercarse a conocer a quienes iba a ‘entrevistar’. Eran los validadores del centro Aspadir, perteneciente a la Red Adapta, Belén Baena, Carmen Sánchez y Víctor Pérez. Los validadores son personas con discapacidad intelectual que, tras una primera adaptación de la novela original a lectura fácil realizada por una persona experta, trabajan en la comprensión del texto, ayudados por un dinamizador. En equipo, y durante semanas, o meses, cambian palabras, acortan frases o utilizan sinónimos de palabras complejas que se entienden más fácilmente. Además, el libro va maquetado con pautas que favorecen la accesibilidad cognitiva.
Todo estaba a punto y a las 11:30 h dio comienzo el acto en el que la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, presentó oficialmente este libro y aprovechó para recordar que la accesibilidad es un pilar fundamental en las políticas municipales y que Madrid “es una ciudad de libertad y oportunidades, pero también de vínculos y solidaridad”. Los validadores explicaron a Tristana y al público en qué consistía su trabajo, qué había sido lo más complejo y también lo que más les había gustado de adaptar esta novela. Víctor, en un arranque de espontaneidad, confesó estar un poco nervioso porque “no imaginaba que Tristana era tan guapa”. A continuación, Lucía Muñoz y José María Machuca, otros dos validadores, se acercaron al escenario para leer unos fragmentos del libro.
Una vez finalizado el acto, Tristana reposaba ya en las librerías de esta biblioteca municipal. Pero no es el único título que facilita la comprensión de su lectura a todas las personas. Hay muchos más, y hoy es un día estupendo para recordarlos y poner en valor que la accesibilidad cognitiva y los medios que la despliegan, como la lectura fácil, permiten que todas las personas puedan acceder y disfrutar a la cultura en condiciones de igualdad.
Libros accesibles, cada vez más y en más bibliotecas
La Oficina de Accesibilidad, dependiente del Área de Vicealcaldía, Portavoz, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, ha publicado en lectura fácil Cinco semanas en globo de Julio Verne (2023), La vida de San Isidro Labrador y su esposa Santa María de la Cabeza de Ildefonso Fernández y Sánchez (2022), Cuentos de amor de Emilia Pardo Bazán (2021) y Episodio Nacional. El 19 de marzo y el 2 de mayo de Benito Pérez Galdós (2020). Todos ellos están disponibles en la Red de Bibliotecas Públicas Municipales.
De hecho, la accesibilidad en las bibliotecas públicas es un aspecto fundamental para garantizar que todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas, sensoriales o cognitivas, puedan acceder a los servicios, recursos y espacios que ofrecen.
En este sentido, el director general de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento de Madrid, Emilio del Río, asegura que “no se puede olvidar que hay que hacer más accesibles las colecciones, para que todo el mundo pueda disfrutar de la lectura como vehículo de conocimiento, aprendizaje y ocio”.
Además de los cinco títulos editados por la Oficina de Accesibilidad, la Red de Bibliotecas Públicas Municipales del Ayuntamiento de Madrid cuenta con un fondo de otros 223 títulos en lectura fácil y 303 títulos en letra grande, que están presentes en diferentes bibliotecas de la ciudad.

Pero también hay material accesible más específico para colectivos con dificultades, por ejemplo, con textos BATA. Se trata de libros que usan pictogramas SPC (Símbolos Pictográficos de Comunicación), reducen las palabras con carga simbólica, las metáforas, evitan el lenguaje abstracto e introducen ilustraciones para facilitar la comprensión del texto. Las bibliotecas municipales cuentan con la colección infantil Kalandraka, adaptada a personas con trastorno del espectro autista.
También algunas bibliotecas disponen de libros adaptados a lengua de signos, de la editorial Carambuco, y la red de bibliotecas cuenta con más de 200 libros con pictogramas. Estos libros, aunque aún no están disponibles en todas las bibliotecas, cada vez se van sumando a más centros.
Del Río señala que “las colecciones de las bibliotecas se han ido diversificando año tras año para poder llegar a personas con distintas capacidades, dando cabida no solo a los libros en lectura fácil o letra grande, sino también con audiolibros o audiovisuales con subtítulos para personas sordas”.
Clubes de lectura fácil, espacios para compartir
Otra de las actividades que se realizan en las bibliotecas públicas municipales, orientadas a personas con discapacidad intelectual y que gozan de mucha popularidad, son los clubes de lectura fácil, que se realizan en diversas bibliotecas en colaboración con asociaciones, fundaciones y centros ocupacionales.
Por ejemplo, en la Biblioteca Ana María Matute realizan quincenalmente dos clubes de lectura fácil con dos grupos diferentes. Una de las colaboraciones más destacadas es la que se lleva a cabo, desde hace ya tres años, con el Centro de día de atención integral neurocognitiva Doctor Salgado Alba, en el distrito de Carabanchel, un recurso con el que el Ayuntamiento de Madrid fue pionero en dar una respuesta especializada a personas con diagnóstico de deterioro cognitivo en edad temprana. La cooperación consiste en la dinamización por parte del personal de la biblioteca realizando lecturas compartidas de materiales adaptados a lectura fácil, se comparten impresiones sobre lo leído, así como anécdotas personales en un clima distendido e informal. La otra colaboración, gestionada también por personal de la biblioteca, se hace con la Fundación Buen Samaritano, que trabaja con personas con enfermedades mentales graves.
La Biblioteca San Blas, una vez al mes realiza un club de lectura fácil en colaboración con el Centro Especial de Empleo Mitie, mientras que en la Francisco Ayala esta actividad la realizan en colaboración con la Fundación PRODIS, con tres grupos diferenciados, siendo algunas sesiones mensuales y otras quincenales.
También desde 2017 la biblioteca Miguel Delibes desarrolla un club de lectura fácil con la Fundación ADEMO, en el que se leen clásicos de la literatura en formato adaptado y en ocasiones se han interpretado algunas de ellas al finalizar la lectura.

Y desde 2018, la Biblioteca Ángel González realiza un club de lectura fácil en colaboración con la Fundación Afanias. Además de la lectura de obras en formato adaptado, en 2022 se añadieron actividades en las que se les enseña a dinamizar cuentos para que sean los propios usuarios quienes los narren en otras bibliotecas y colegios. También con AFANIAS se desarrolla un club de lectura fácil, tanto en la Biblioteca María Zambrano como en la Biblioteca Canillejas.
Y también tiene un club de lectura fácil la biblioteca Eugenio Trías desde 2019, en el que participan un colectivo de personas migrantes y personas con discapacidad intelectual a través de las asociaciones Abriendo Fronteras y Círvite. El proyecto, que está enmarcado dentro del proyecto Culturas que nos acercan, se realiza todos los viernes por la mañana dentro de la biblioteca y fuera de ella, en el parque de El Retiro.
Son muchas más las bibliotecas madrileñas municipales que cuentan con esta actividad, lo que evidencia el buen estado de salud de los clubes de lectura fácil. De hecho, durante 2024 se realizaron 459 sesiones de club de lectura fácil en distintas bibliotecas de la capital, con la participación de más de 4.500 personas, en colaboración con asociaciones, fundaciones y centros ocupacionales.
Todas estas iniciativas suman en el acercamiento de la cultura a personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, al tiempo que favorecen su inclusión. Para seguir sumando, la Oficina de Accesibilidad del Ayuntamiento de Madrid ya ha anunciado que, el próximo año, el nuevo libro de lectura fácil será Ronda de Galanes, de Concha Espina, que recoge tres novelas cortas de la escritora cántabra que desarrolló gran parte de su obra en Madrid y cuyo nombre tiene una gran relevancia en la ciudad. /