¿Qué es street art o arte urbano como lo conocemos aquí? Tan simple, y a la vez tan complicado, como el arte visual realizado en las paredes de calles y otros espacios públicos con el fin de provocar la reflexión del público de a pie. Sus orígenes se remontan a las inscripciones anónimas de carácter satírico o crítico que aparecían en muros durante el imperio romano. Sin embargo, no es hasta los años 90 del siglo pasado, cuando tras mezclarse las diferentes técnicas de grafiti con otros movimientos contraculturales callejeros, nació lo que conocemos hoy en día como arte urbano. Caracterizado por su perspectiva social y capacidad comunicativa, busca a través de la apropiación del espacio público un punto de encuentro con el público al que va dirigido.
Por ello, el Ayuntamiento de Madrid con su programa Compartiendo muros, impulsado por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano y gestionado por Madrid Destino, busca conseguir que la ciudadanía identifique el espacio público como algo suyo y contribuya así a la mejora del paisaje urbano a través de intervenciones artísticas en los 21 distritos de Madrid.
Los futuros que deseamos es el lema con el que este año se ha erigido esta iniciativa. En esta nueva edición, han participado reconocidos artistas urbanos junto al alumnado de colegios públicos de los propios distritos donde se ha llevado a cabo las diferentes acciones. Para esta edición se han programado ocho actuaciones, de las cuales dos ya se han llevado a cabo.
El distrito de Villa de Vallecas, con su mural de Manuel Cardiel realizado con la ayuda del Centro de Educación y Primaria Honduras, nos muestra un paisaje que, progresivamente, se va desvaneciendo mediante un efecto de pixelado. Una visión crítica sobre la digitalización del mundo y la desconexión con el entorno natural: cómo la excesiva dependencia de las pantallas puede alejarnos de la realidad tangible. Con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia de preservar los espacios naturales, nos lleva a cuestionarnos cómo la tecnología puede llegar a transformar nuestra percepción del mundo.

Carabanchel, por su parte, nos propone la obra de Jofre Oliveras ubicada en el CEIP Capitán Cortés donde el artista explora la relación entre biotecnología, sostenibilidad y energía renovable. El mural plantea un escenario de esperanza donde las plantas y los procesos biológicos del entorno generan energía limpia, un concepto basado en investigaciones reales sobre bioenergía y almacenamiento de electricidad en baterías orgánicas. Para ello, utiliza la imagen de una niña sosteniendo una luz en medio de un jardín como analogía donde la biología se convierte en una herramienta clave para el desarrollo tecnológico sostenible.

Una iniciativa de futuro
Además de estos dos murales, otros seis colegios se verán transformados por esta iniciativa que invita a imaginar el futuro desde distintas perspectivas. En el CEIP Pi i Margall y la Escuela Infantil El Duende (Centro), el artista Diego Vicente San Segundo pintará este verano un mural donde propondrá a las nuevas generaciones abrazar el desarrollo tecnológico sin perder de vista la sostenibilidad medioambiental, a través de elementos naturales en armoniosa coexistencia con la tecnología. Una simbiosis entre naturaleza y progreso, que será necesaria para conseguir un futuro próspero.
Otra propuesta futura es la de Oriol Arumí, quien, en el CEIP Ciudad de Roma (Retiro), con su mural nos ofrecerá una visión equilibrada y reflexiva del futuro, donde tecnología y naturaleza coexisten armónicamente. Para ello, se valdrá de la representación de una niña con una tableta digital mientras mira a un gorrión, junto a unas palomas, una de ellas robótica. Con el objetivo de invitar al alumnado del centro a reflexionar sobre su relación con el mundo natural y el digital, este mural contribuye a sensibilizar a las nuevas generaciones sobre los desafíos tecnológicos y medioambientales, lo que lo convierte en una herramienta educativa visual que promueve el pensamiento crítico y la conexión emocional con el entorno.
Por su parte, el CEIP Pío XII (Tetuán) lucirá la intervención de Juan Martínez Torrente (Yksuhc Juan), que juega con la metáfora de las ‘ventanas digitales’ para explorar cómo las pantallas influyen en la percepción del mundo. Nuestra experiencia visual está mediada por pantallas que son una metáfora del encuadre, la fragmentación, y la superposición de información que define la experiencia en el mundo contemporáneo. Asimismo, este mural invita a reflexionar sobre los beneficios y desafíos que presentan los avances tecnológicos en relación con el medio ambiente.
En una línea diferente, Marina Capdevila abordará de manera creativa y lúcida los retos del futuro desde la perspectiva de los niños, invitándoles a imaginarse como personas mayores activas, vitales y responsables con su entorno. Su propuesta se integrará en una de las fachadas del CEIP Nuestra Señora de la Concepción del Distrito de Ciudad Lineal. Con un enfoque en la sostenibilidad, la cooperación intergeneracional y la ruptura de estereotipos sobre la vejez, la obra se convierte en un reflejo de los futuros que deseamos construir: un mundo más verde, inclusivo y donde la tecnología y la sostenibilidad van de la mano para el bienestar de la comunidad.
En Villaverde, el colectivo Difusor abordará su actuación desde una perspectiva optimista en el CEIP El Greco del Distrito de Villaverde. Consciente de sensibilizar a las nuevas generaciones sobre los retos y oportunidades que plantea el futuro, su propuesta se articula en torno a dos ejes fundamentales: el respeto por la naturaleza y el avance tecnológico. Una propuesta que invita a los jóvenes a soñar con un futuro en el que la tecnología y la sostenibilidad se unan para crear un mundo más equilibrado, justo y creativo.
Finalmente, en el CEIP Ciudad de Guadalajara (Barajas), ESCIF invitará a su alumnado a dejar volar la imaginación sobre cómo será la ciudad del futuro: la ciudad que quieren, el mundo que piensan o que imaginan. El artista, a través de la imagen de unas manos que colaboran, invita a alumnos y alumnas a crear variaciones basadas en las versiones realizadas por sus compañeros, con el objetivo de dar paso a múltiples posibilidades que la memoria va generando. Con ello, el mural enfatiza la necesidad de señalar los procesos colaboración colectiva o imaginación colaborativa.
Con esta iniciativa, edición tras edición, tanto artistas como ciudadanía se convierten en participes del embellecimiento de sus barrios, responsabilizándose además de su conservación y mantenimiento. A través de la expresión artística este programa contribuye a la sensibilización sobre temáticas vitales de nuestra sociedad, como es la necesidad de un futuro sostenible y compartido, donde el desarrollo tecnológico y la naturaleza puedan coexistir en equilibrio.