La sala de Bóvedas del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque acoge una muestra entrañable sobre el mundo del juguete que se puede visitar hasta el 9 marzo. Organizada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Del juguete al cielo. Un siglo de historia 1880-1980, constituye la más amplia exposición realizada hasta la fecha sobre el juguete español y está compuesta por una cuidada selección de 500 piezas de la Colección Quiroga-Monte. Un catálogo completo de la producción de la industria juguetera española, en un recorrido que refleja la evolución social y económica, así como las modas y los gustos de niños y niñas.
La era de la hojalata
Desde los albores del desarrollo industrial y comercial a finales del siglo XIX, los juegos y juguetes atravesaron cambios socioeconómicos, técnicos, culturales y políticos en los distintos momentos históricos, constituyendo un fiel reflejo de comportamientos, costumbres, modas y acontecimientos acaecidos, además de los grandes inventos y hallazgos científicos.
¡Vaya lata de juguetes! es un capítulo de la muestra en el que se exhiben piezas realizadas en hojalata: coches, tranvías y barcos, entre otros, ejemplo de una gran habilidad artesana. Este material ligero, moldeable y barato, resultaba muy fácil de manipular y era bastante resistente.
En España las primeras industrias jugueteras de hojalata surgieron a principios del siglo XX en Barcelona y Madrid. Los primeros juguetes se ensamblaban mediante soldadura, para articularse después mediante la unión de pestañas metálicas. Más tarde llegaría la estampación litográfica sobre las planchas, logrando acabados más perfectos que dejaron atrás a los juguetes de hojalata pintados a mano. La producción se redujo debido a la escasez de material por su uso en armas para guerra, y se centraría en la fabricación de vehículos a pedales.
¡Pasajeros al tren!, nos traslada a este apasionante medio de transporte, sin duda, uno de los juguetes preferidos de los niños y mayores españoles, que ha llegado a convertirse en objeto de culto, muy apreciado por coleccionistas. Desde la aparición de las locomotoras en España en 1846 hasta la construcción de los primeros trenes de juguete de chapa o madera, las recreaciones a distintas escalas de modelos reales muestran gran destreza. En la sala pueden contemplarse estaciones, andenes, locomotoras y trenes con sus elegantes vagones de pasajeros.
Aprender a jugar es aprender a vivir
La fabricación del juguete de madera se consolidó en los primeros años de la postguerra, supliendo la falta de hojalata que escaseaba tras la contienda.
Toca madera…Jugar Soñar, es el título de esta sección en la que podemos ver triciclos, patinetes, veleros o la reproducción de un camión Pegaso, un vehículo a pedales apodado ‘mofletes’, debido a la forma de su cabina. Llama la atención la recreación de una mercería con su máquina de coser realizada al detalle, un maniquí para tomar medidas y una estantería con telas. Otra joya es una escuela infantil con sus pupitres y un excusado.
Los aviones y otros vehículos voladores no podían faltar, como el dirigible Graf Zeppelin, los hidroaviones Plus Ultra y Numancia, el autogiro de Juan de la Cierva, además de una magnífica reproducción del avión Super Constellation Santa María de Iberia, que realizó el primer vuelo comercial Madrid-Nueva York.

Un zoótropo del fabricante Borrás (Mataró, Barcelona), confeccionado en hojalata, madera y papel nos muestra el proceso de animación de las tiras de papel con dibujos secuenciados girando el tambor. Un Teatro Español (1898) de estampería Paluzie se compone de un recortable montado de cartón, papel y tejido que incluye un proscenio y personajes.
Y tiro porque me toca está dedicado a los juegos recreativos, familiares, de mesa, en los que se reúnen los participantes en torno a un tablero, ya sea de madera o de cartón. Estos juegos tenían sus reglas y todos los miembros de la familia podían participar. Los más populares serían el célebre juego de la Oca o el parchís, parcheesi, un entretenimiento que se remonta a la India del siglo XVI y al que jugaban los emperadores y la nobleza. El tablero de parcheesi era muy grande y se jugaba en el suelo, con piezas que se movían al tirar los dados. Posteriormente, llegaría a Europa de la mano de los ingleses, quienes lo simplificaron para hacerlo más accesible. En España, se convirtió en el Parchís que conocemos hoy, con un tablero más compacto y reglas más simples. En la muestra, podemos ver un parchís republicano con sus colores y unas figuras ilustradas que representan los cinco continentes.
El Juego de la Oca, que antes de ser protagonizado por este simpático palmípedo, revistió otros fines educativos como un recorrido que trazaba un Camino del Cielo o de Belén, según fuera el destino. Y no faltan otros juegos de azar, habilidad, magia, rompecabezas, estrategia y conocimiento, todos más o menos sofisticados, con exquisitas y artísticas ilustraciones. Entre ellos, los populares juegos reunidos Geyper, la tradicional lotería, la ruleta parisién, la Arquitectura Moderna Borrás o el imperecedero Meccano.
Mariquita Pérez y otras muñecas de postín
La industria juguetera comienza en Europa a confeccionar muñecas artesanales de porcelana destinadas a las clases acomodadas, importadas de otros países. Para las clases populares se comercializaron las de cartón piedra y las llamadas ‘peponas’, muñecas sin marca, muy populares debido a su bajo coste. Corría el año 40 en plena posguerra cuando nació Mariquita Perez, fabricada en cartón piedra. Le siguieron otras como Cayetana, creada en 1946, apadrinada por la Duquesa de Alba. Y ya en 1968, el sector muñequero experimenta un importante impulso con Nancy, la muñeca de Famosa más célebre y vendida de la historia española. En la muestra, figuran desde muñecas de cartón piedra a una serie de Mariquitas Pérez ataviadas con trajes populares y de oficios, como la fotógrafa, y varias Nancy con vestuario intercambiable.
La era del Baby Boom
Esta expresión anglosajona hace referencia al aumento de la natalidad ocurrido en España en las décadas de los 50 a los 60 del siglo pasado. Un fenómeno explosivo que dio un gran impulso a la sociedad de consumo y a la popularización de bienes que antes sólo podía disfrutar una minoría.
Baby Boom… juguetes para todos es la sección dedicada a este periodo que propició el desarrollo de la industria juguetera española ante la gran demanda. A finales de 1949, la primera máquina de inyección de plástico marca un antes y un después en el sector. Entonces, aparecieron juguetes híbridos que combinaban metal y plástico y recreaban los coches más populares, como el Seat 600. Además, se añadirían componentes eléctricos y los coches dirigidos por cable como el Tiburón Citroën Payá evolucionaron más tarde a los vehículos teledirigidos.
En los años 60 y 70 el fabricante Exin ponía a disposición de los más pequeños, piezas con las que podían edificar pequeños castillos con sus torreones y almenas, como también el Cinexin, un proyector portátil de cine en casa.
De Madrid al Cielo
En este apartado, la exposición rinde homenaje a los fabricantes madrileños que crearon modelos y escenas icónicas que llevaron la historia y la vida cotidiana al mundo infantil. Entre ellos se encuentran los productores de juguetes de hojalata, como Luis Moreno, y los soldaditos de plomo de Sánchez.
Además, se reconoce la labor de empresas que utilizaron el plástico como Industrias Plásticas Madel, creadora de los célebres Madelman. Otras señas de identidad madrileña son la muñeca Cayetana vestida de chulapa, una grúa municipal con el escudo del Ayuntamiento de Madrid o dos autobuses de dos pisos, replica de los que circulaban por las calles de nuestra ciudad.
Los artífices de la colección
La muestra ha sido comisariada por Jose Antonio Quiroga, autor de numerosas publicaciones sobre la historia del juguete y del juego en España. Covadonga Monte está al frente de la organización de la colección Quiroga-Monte que ahora se muestra en el Condeduque, todo un referente en la historia del juguete español que atesora entre sus fondos más de 1.500 piezas originales, de las que se exhibe en la presente muestra una tercera parte.
Para más información entra en el enlace: «Del juguete al cielo». Un siglo de historia (1880-1980)
