Con la llegada del invierno, Madrid se acompaña del aroma inconfundible de las castañas asadas, una experiencia sensorial única y una tradición que calienta sus distintos rincones. La ruta de los puestos de castañas es una propuesta muy atractiva para estos días en los que el termómetro registra sus temperaturas más bajas. Esta iniciativa de ‘Todo está en Madrid’ del Área de Economía, Innovación y Hacienda nos invita a redescubrir la ciudad a través de sus icónicas castañeras.
Así que, este invierno, abrígate bien, toma un cucurucho de castañas y déjate llevar por las calles de Madrid. Descubrirás que, en cada esquina, hay una historia que contar y un sabor que degustar que te recordará la importancia de lo sencillo y auténtico de la tierra.
Itinerario por los distritos
La ruta la tienes en un mapa interactivo con cerca de 70 localizaciones distribuidas por los distritos, entre los que sobresalen: Centro, con ocho puestos y Chamartín con siete.
En este último distrito, emplazamientos como los de Castellana, plaza de Castilla, República Dominicana, Sagrados Corazones y calle de Puerto Rico, entre otros, se han ganado una buena reputación en el sector castañero local. En la plaza de Prosperidad, Gema, la castañera que regenta el puesto, se siente orgullosa heredera de esta tradición que a todo el mundo le gusta. “La gente llega siempre con una sonrisa a por su cucurucho de castañas que le recuerda a la infancia, cuando iba con sus padres o abuelos”, afirma. Rajar castañas, asarlas y elaborar boniatos, todos ellos productos de la tierra, de proximidad, sostenibles, es el fundamento de su oficio. Clientas fieles van a comprar los martes y los jueves porque tienen un toque especial, – “en ningún otro sitio las asan mejor”-, confiesa una de ellas. Les encantan.
De la antigua Roma a los magostos de El Bierzo
La castaña es el fruto del castaño (Castanea sativa), árbol nativo de climas templados del hemisferio norte. Una cápsula espinosa, denominada zurrón, que se abre por cuatro valvas y contiene dos o tres semillas, que son las castañas propiamente dichas.
Si bien se cuenta que el árbol llegó a la península Ibérica procedente de la antigua Roma, siendo implantado su cultivo en distintas zonas de Hispania para aprovechar la madera, existen evidencias de que esta especie era autóctona y habitaba ya el norte de España desde el Pleistoceno.
Estos frutos constituyeron una importante fuente de alimentación en el sur de Europa y en áreas montañosas del mediterráneo. Durante la Edad Media, en la zona meridional, las comunidades que habitaban cerca de bosques de castaños que carecían de harina de cereal, utilizaban sus frutos como principal fuente de hidratos de carbono. Más tarde, se convertiría en uno de los productos estrella de Galicia, así como de la comarca de El Bierzo en Castilla y León, principales productores nacionales.
En el norte de España, la fiesta tradicional de la recogida de las castañas que se realiza a finales de octubre o principios de noviembre es el magosto en Galicia, Castilla y León (El Bierzo), Extremadura y provincia de Toledo. Adopta distintos nombres, según las regiones: Amagüestu en Asturias, La Castanyada en Cataluña y magosta en Cantabria. En el País Vasco y Navarra dicha fiesta tradicional se denomina gaztañerre eguna o gaztain jana. En Canarias se celebra la Castañada.
La castaña, un fruto muy nutritivo
La castaña constituye una importante fuente de energía en hidratos de carbono, fibra y micronutrientes. Por su escasa cantidad de agua, que ronda el 50 %, es considerada un fruto seco. A diferencia de los pistachos, almendras, nueces o cacahuetes, su proporción en grasas es muy escasa, igual que su contenido calórico. Además de favorecer el equilibrio de la glucosa y el hormonal, las castañas aportan minerales como calcio, magnesio, potasio, hierro, fósforo, sodio, yodo, selenio y zinc. También contienen las vitaminas E, B y ácido fólico.
Las castañas se pueden comer crudas, hervidas, asadas o dulces. El marron glacé es una castaña confitada y glaseada que se consume en el sur de Francia. Las recetas gastronómicas de castañas están proliferando últimamente, lo que ha llevado a este sencillo fruto seco a convertirse en un exquisito manjar con la recuperación de recetas tradicionales.
Los puestos de castañeras
La madre naturaleza nos da pistas de lo que comer en la época invernal. Antes de que llegue el frío, el bosque se viste de marrones, ocres, naranjas y rojizos. Es ahí donde entran las castañas que se recolectan durante este período. Así, el fruto del castaño pone nombre a un color: el de las colas lustrosas de las ardillas, algunas setas, así como los naranjas de los boniatos, que también se preparan en los puestos de castañeras y las calabazas.
Y es que, cuando las horas de luz disminuyen y reina la oscuridad de la noche, estos frutos que contienen carotenos ya están listos para su consumo y aportan vitamina A, tan necesaria para suplir esa falta de luz. Las castañeras en sus pequeños y entrañables puestos provistos de los asadores tradicionales son las intermediarias que nos acercan la naturaleza al medio urbano.
‘Todo está en Madrid’
Con este eslogan, se presenta esta iniciativa del Ayuntamiento de Madrid que promueve y apoya el comercio local y de proximidad en la ciudad. A través de esta plataforma, se ofrece un mapa virtual donde los ciudadanos pueden localizar tiendas, restaurantes y diversos servicios en sus barrios, fomentando así la economía local y la digitalización de estos negocios.
Si quieres ver los sitios en los que puedes comprar castañas, entra en este enlace.