Cuando entras al Centro Integrado Jazmín tienes la sensación de entrar a un sitio que bien podría ser una vivienda. El vestíbulo es luminoso, lleno de plantas y con pequeños detalles que aportan calidez: cuadros, un jarrón de flores de color salmón a juego con un coqueto sofá individual. Pero si hay algo que llama la atención son los pictogramas que informan de la entrada y salida al edificio o de dónde están los lavabos de hombre y mujer, que se caracterizan por ser de colores cálidos, tener un diseño moderno, pero, sobre todo, por ser muy intuitivos.

 

Este es uno de los centros residenciales en los que se ha intervenido recientemente para mejorar la accesibilidad cognitiva de quienes viven o asisten a esas instalaciones, personas con necesidades de apoyo por su situación sociofamiliar y con limitaciones en su autonomía personal, lo que les impiden seguir viviendo en su domicilio.

Intervención progresiva en centros de día y residencias

El Ayuntamiento de Madrid, bajo el compromiso firme de seguir avanzando en la mejora de los centros de día, lleva años trabajando para conseguir unos centros de calidad para personas mayores en situación de dependencia, que sean acordes a sus necesidades y expectativas. La accesibilidad cognitiva en esta red de centros municipales persigue mejorar los edificios donde se ubican, renovando los entornos, procesos, actividades, bienes, productos y dispositivos que permitan la fácil comprensión y la comunicación de las personas mayores, buscando siempre promover la plena participación social contando con los apoyos necesarios.

En este proceso de mejora de la accesibilidad cognitiva se está trabajando desde la Dirección General de Mayores del Área de Políticas Sociales del Ayuntamiento, que gestiona 65 centros de día municipales. Actualmente, se han terminado ya 61 proyectos y se han aprobado 4, que ya han comenzado a implementarse. También se ha ejecutado el proyecto en tres centros residenciales (uno de ellos éste) y en los dos edificios municipales de apartamentos para mayores.

Hacemos una visita al Centro Integrado Jazmín con Tina Sánchez, jefa de sección de Centros municipales de mayores y residenciales; Virginia Valle, técnica en integración social, e Irene Pariente, la directora de este centro cuyos usuarios son personas con necesidades de apoyo por su situación sociofamiliar y con limitaciones en su autonomía personal, muchos de ellos con Alzheimer.

El primer proyecto de accesibilidad cognitiva se realizó en el Centro de Día Esfinge, en el distrito de San Blas-Canillejas, en mayo de 2019.

Necesidades de accesibilidad concretas y personalizadas

Iniciamos el recorrido en la planta baja, donde llaman la atención los colores suaves. “Un aspecto que contempla la accesibilidad cognitiva es el uso de colores claros, colores que no les transmitan miedo o inseguridad”, explica Irene. “En este caso, además, sirven para diferenciar las distintas áreas profesionales. Esto, unido al uso de pictogramas muy sencillos, sin elementos que les puedan distraer, hace que se puedan orientar muy bien”.

Para la implementación de estas buenas prácticas primero se realiza una valoración profesional de la situación actual de los centros, diseñando un proyecto donde se plasman los cambios a realizar. Virginia explica que “hay centros más pequeños, otros más grandes, centros que tienen luz natural, otros más oscuros. Cada centro es único y por eso hay que tener en cuenta las necesidades concretas de cada uno de ellos”. En la misma línea Tina señala que “se han tenido muy en cuenta la opinión y las apreciaciones que nos ha hecho el personal de los centros, porque los trabajadores que están día a día son quienes conocen realmente a las personas usuarias, sus reacciones, sus necesidades”. Una vez autorizado el proyecto por los servicios técnicos de los distritos, responsables de los edificios, se lleva a cabo la ejecución de los proyectos de accesibilidad.

En este centro se ha intervenido en todas las plantas y en prácticamente todas las dependencias. La señalética y el uso de colores les ayudan a orientarse por los distintos espacios del edificio y les facilitan una movilidad física segura. En nuestro camino, encontramos estancias acogedoras y amables, como el comedor, o las habitaciones. Estas se han personalizado con pequeños detalles, las colchas, un cuadro … “Muchos pacientes tienen alzhéimer o deterioro cognitivo. Intentamos que todas las habitaciones sean diferentes para que ellos, al primer golpe de vista, la reconozcan como su habitación”.

Ya en el exterior, un precioso jardín es el punto de encuentro para realizar diversas actividades durante buena parte del año. “Este espacio nos da mucha libertad, es una maravilla”, explica orgullosa la directora del centro. “Hacemos muchas salidas comunitarias, para que sientan que forman parte de la sociedad. Por ejemplo, vamos al Vivero de estufas de El Retiro a coger plantas, porque les gustan mucho hacer actividades que les recuerdan cosas que han hecho toda su vida”.

En definitiva, según explica Irene, se trata de crear entornos amigables y seguros, algo para lo que es básica la accesibilidad cognitiva. “No queremos que vean este lugar como institución, sino que lo sientan como su hogar”. Desde luego, conociendo el Centro Integrado Jazmín, todo apunta a que el objetivo está más que cumplido. /