El búho es un ave asociada a la vida nocturna. Por ello, es normal que su nombre (muchos precisan más recordando la similitud de la forma de sus ojos con la de los faros de los antiguos autobuses) quedara como mote del servicio nocturno de EMT Madrid. Este servicio, necesario en una ciudad que nunca duerme y en la que también hay gente que estudia, trabaja y se divierte de noche, acaba de cumplir sus 50 años de vida sin que nadie dude de su utilidad.

El servicio siempre ha cubierto las primeras horas de la madrugada, cuando quedan fuera de circulación el resto de líneas de EMT Madrid y el Metro. Allá por el 1 de octubre de 1974, el primeramente llamado ‘Circuito nocturno’ contaba con 11 líneas que unían el centro de Madrid con distintas zonas periféricas como Hortaleza, Canillejas, Moratalaz, Vallecas, San Cristóbal de los Ángeles, Villaverde Alto, Carabanchel, Cuatro Vientos, Lacoma, Fuencarral y Manoteras. Todas ellas coincidían en la plaza de Cibeles a horas fijas para permitir a los usuarios realizar correspondencias entre líneas.

Imágenes de autobuses de EMT Madrid en el servicio nocturno

A lo largo de estas cinco décadas, el servicio no ha dejado de crecer y reforzarse para atender las nuevas necesidades de la ciudad. En 1994, tiene lugar la primera remodelación del servicio, instaurando una nueva red de líneas nocturnas, que crecen hasta alcanzar las 20 rutas y se extienden a todos los distritos. Además, se establece la plaza de Cibeles como cabecera común para todas las líneas y se utilizan los mismos títulos de transporte que en el resto de las líneas de EMT Madrid.

Ocho años después, en 2002, se reordena y amplía la red, que pasa a tener 24 líneas radiales de domingo a jueves y dos líneas circulares complementarias, los viernes, sábados y vísperas de festivos. El objetivo de esta remodelación era dar cobertura a los nuevos desarrollos urbanos creados a principios de este siglo en Madrid y también dar respuesta a la creciente demanda.

Entre 2006 y 2013, por encargo del Consorcio Regional de Transportes de Madrid, prestaron servicio los metrobúhos: 11 líneas cuyo recorrido es similar al de las correspondientes líneas de metro. Entre tanto, en 2009, once líneas modificaron o prolongaron su itinerario y en 2010, se creó la primera línea nocturna hasta el Aeropuerto de Madrid Barajas con carácter exprés y cabecera en Cibeles.

En 2017, seis líneas prolongan o modifican su recorrido para dar servicio a nuevos desarrollos y un año después, en 2018, se crea la línea N28, alcanzando así la red nocturna las 27 líneas.

En 2023, se acomete la última reforma de la red nocturna que crea dos nuevas líneas circulares, similares a las diurnas, se amplía el recorrido de otras ocho líneas y la frecuencia pasa a ser de 15 minutos en todas las líneas los fines de semana, lo que supone una mejora en 18 de las líneas nocturnas y beneficia al 64 % de la red.

Hoy por hoy, 50 años después, el búho goza de una excelente salud y no ha dejado de crecer en estos años: en la actualidad, está compuesto por 29 líneas y, durante 2024, más de cinco millones de viajeros se han subido a un ‘búho’, frente a los apenas dos millones de 1975, el primer año completo del servicio. En total, más de 180 millones de viajeros se han subido a un ‘búho’ madrileño en este medio siglo

Además, la red ha crecido de forma sostenible en cuanto a superficie abarcada, puesto que ahora cubre 774,42 kilómetros diariamente, más de un 200 % de lo que recorría al nacer. De las 29 líneas existentes, las cinco con mayor número de viajeros de la red son N21 (Plaza de Cibeles-Arroyo del Fresno), N18 (Plaza de Cibeles-Las Águilas), N17 (Plaza de Cibeles-Carabanchel Alto), N5 (Plaza de Cibeles-Colonia Fin de Semana) y N16 (Plaza de Cibeles-Avenida de la Peseta).

Ya sabéis, gracias al ‘búho’ siempre hay disponible un transporte público colectivo que no duerme para una ciudad que nunca duerme.