Es viernes por la mañana y la Plaza Mayor está bulliciosa. Camiones de reparto de mercancías, gente caminando hacia sus trabajos, turistas arrastrando maletas … En un lateral, junto a la Casa de la Panadería, que alberga una Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, espera un grupo de nueve personas. Se han inscrito, de forma gratuita, a las visitas guiadas accesibles organizadas por el consistorio.

Estas rutas están dirigidas a personas con discapacidad y sus acompañantes y su objetivo es mostrar los aspectos más relevantes, anecdóticos, o incluso ‘desconocidos’ de la historia y cultura de la ciudad de Madrid, pero adaptando el contenido y el itinerario a las necesidades de los visitantes.

Una joven se acerca al grupo y se presenta como Patricia Herranz, es la guía que los acompañará esta mañana. Patricia tiene carné oficial de guía turístico de la Comunidad de Madrid, posee formación específica en la atención a personas con discapacidad y experiencia de varios años en la realización de este tipo de visitas. Todos ellos son los requisitos que solicita el Ayuntamiento de Madrid a los guías que dirigen estos recorridos. “Es una forma de garantizar que las visitas se desarrollan en las condiciones óptimas para todas las personas asistentes, sean cuales sean sus capacidades”, explican desde Servicios de Atención al Visitante del Área Delegada de Turismo del Ayuntamiento.

Nos adentramos en el Madrid medieval

El recorrido, de aproximadamente dos horas, se realiza siempre caminando y la temática varía dependiendo del día elegido. De forma permanente el programa trimestral incluye seis rutas que se van alternando a lo largo del mes. Dos rutas al mes cuentan además con intérprete de lengua de signos española (LSE). En el del último trimestre, de julio a septiembre, se han incluido dos nuevas temáticas ‘El Madrid cristiano, judío y musulmán’ y ‘Madrid Medieval’, que también se podrán disfrutar en octubre y noviembre. El paseo por el Madrid del medievo es la que realiza hoy este grupo.

El grupo aprovecha para fotografiar los lugares de interés que les comenta Patricia

El recorrido los lleva por los vestigios de una ciudad que comenzó como una humilde fortaleza musulmana, conocida como Mayrit, fundada en el siglo IX. Visitan las primeras murallas y atalayas, y el grupo camina por las estrechas y sinuosas calles del antiguo casco medieval.

También exploran algunos de los monumentos más emblemáticos que aún conservan la esencia de aquellos tiempos. Visitan la iglesia de San Nicolás de los Servitas, el templo más antiguo de Madrid, cuyos orígenes se remontan al siglo XII.

Posibles modificaciones en función del grupo

A continuación, se dirigen a las inmediaciones del Palacio de Oriente, pero antes de proseguir Patricia les hace una consulta: “Ahora tenemos dos opciones. Podemos subir a un pequeño montículo por un camino de tierra, que no tiene mucha dificultad, y arriba disfrutar de unas vistas muy bonitas de la Almudena, o podemos ir por la acera hasta el próximo punto de la visita”. Las consultas a este tipo de grupos son habituales, porque se trata de adaptarlas a sus necesidades. “Antes de hacer una visita yo primero la hago sola, y veo las posibles dificultades. Si hay muchas subidas y bajadas, en qué situación están las calles por las que pasaremos, si son transitables para personas con bastón, o con silla de ruedas … También me preparo cómo transmitir el contenido histórico de la visita de forma sencilla, que todas las personas lo puedan entender”, explica la guía. En este caso, el grupo elige subir a la montaña. Cuando llegan arriba, coinciden en que el pequeño desvío de la ruta ha valido la pena.

Imagen de un momento de la visita desde el que se puede observar el Palacio Real y la Almudena

Además, dos visitas al mes se realizan con una persona intérprete de lengua de signos española (LSE), “para que las personas sordas puedan disfrutar de las mismas”, explica Marisa Fernández.

La ruta sigue hasta la plaza de la Paja, antiguo centro neurálgico del Madrid medieval, donde se celebraban los mercados y ferias que dinamizaban la vida cotidiana de la villa. Allí el grupo aprovecha para descansar un poco. Patricia les cuenta que la visita está casi acabando.

Yolanda, una de las asistentes, asegura que ha aprendido bastantes cosas. “Vine con el instituto hace muchos años y conocía los sitios por lo que hemos pasado, pero los detalles que ha contado de la arquitectura me han gustado mucho, porque algunas cosas eran muy curiosas”. Para Pilar Ocón esta ha sido su primera experiencia y afirma que repetirá. “Las explicaciones que ha dado la guía en diferentes sitios ha despertado mi curiosidad. Creo que enriquecen lo que ya sabes y ayudan a tener otra visión de la historia de la ciudad. Además, considero que animan a leer y ampliar cosas que se ven en el recorrido”.

El grupo se despide y algunas personas piensan ya en la próxima. Aprovechen porque ya está abierto el plazo de inscripción para las visitas de octubre y noviembre. Anécdotas, curiosidades, y un agradable paseo por las calles de la ciudad les esperan para este otoño. /