“La primera vez que tuve conocimiento de tal personaje y pude observar su catadura militar de antiguo cuño, algo así como una reminiscencia pictórica de los tercios viejos de Flandes, dijéronme que se llamaba don Lope de Sosa, nombre que trasciende al polvo de los teatros o a romance de los que traen los librillos de retórica”.
Así comienza Tristana, una de las obras más reconocidas de Benito Pérez Galdós. Puede que al leerlo usted se haya detenido en una palabra o una expresión que no le han resultado fáciles de entender. Imagine entonces una persona con discapacidad cognitiva o con alguna dificultad de comprensión lectora ¿Podrían llegar a entender y disfrutar de esta magnífica obra literaria?
Por ello, muchos libros (y otro tipo de documentos) se adaptan a Lectura Fácil, es decir, a un contenido resumido, con un lenguaje claro y sencillo, que resulta fácil de entender, y que ayuda a su comprensión a personas con discapacidad intelectual, personas con baja formación cultural o problemas de tipo social, y también para inmigrantes o personas con dificultades de lenguaje. La lectura fácil es, además, una forma de hacer efectiva la accesibilidad cognitiva, incorporada al ordenamiento jurídico en 2022.
La Oficina de Accesibilidad del Ayuntamiento de Madrid, en colaboración con la entidad Plena Inclusión, está trabajando actualmente en la adaptación a Lectura Fácil de la novela de Tristana, de Benito Pérez Galdós, y hemos querido conocer cómo se desarrolla este proceso de la mano de varias personas que intervienen en las diversas fases.
Adaptación con el objetivo de mantener la esencia de la obra
Elena González, coordinadora de Programas de Accesibilidad Cognitiva de Plena Inclusión Madrid, explica que el primer paso es hacer la adaptación de la obra original a lectura fácil. “El objetivo es mantener la esencia del texto literario y para ello es básico saber en qué momento se escribió, conocer el contexto histórico, porque esto nos permite conocer los giros del idioma, ver si hay palabras que han caído en desuso …”. A continuación, el equipo de adaptadores trabaja en los personajes. “Seleccionamos cuáles van a aparecen en la obra porque si hay muchos, y algunos son excesivamente secundarios, es mejor prescindir de ellos”. El equipo también decide aspectos sobre los tiempos verbales que se van a utilizar, si se va a narrar en primera o tercera persona, etc. “También pensamos en las ilustraciones que van a acompañar cada capítulo, porque ayudan mucho a la compresión, e intentamos que los capítulos sean cortos, porque las personas a las que van dirigidos los libros tienen dificultad para mantener durante mucho tiempo la concentración”, explica Elena. Y con todos estos aspectos, se comienza a adaptar el texto.
Detalles del trabajo de adaptación del texto a lectura fácil
Este primer documento pasa a un equipo de la Red Adapta. “Es un servicio profesional de edición, adaptación, validación y diseño de información en lectura fácil, integrado por profesionales que conocen toda la normativa europea de adaptación de este tipo de textos”, señala la coordinadora de Plena Inclusión.
Trabajo en equipo de personas con discapacidad cognitiva
En estos equipos son figura clave los validadores, personas con discapacidad intelectual, y los dinamizadores, personas expertas en la materia que les dirigen en grupos de contraste lector formados por 5 o 6 personas. Trabajando en equipo, de forma colaborativa, deciden qué palabras o expresiones se entienden mejor. Elena ha venido acompañada por Dani Lucendo, técnico de apoyo de formación del centro ASPADIR, uno de los 16 centros que integran la Red Adapta, y de Belén Baena y Víctor Pérez, usuarios del centro que trabajan como validadores desde hace varios años. Tristana está siendo sin duda un reto importante para todos ellos por diversos motivos.
Elena asegura que “es fundamental mantener la esencia original de la obra, y es muy importante conocer al autor o autora y la época histórica en la que escribió la obra, porque nos permite contextualizar lo que se está contando, algo muy importante para los validadores”. Dani señala que, en Tristana, que aborda la situación de las mujeres en el siglo XIX, “les costó mucho entender que una mujer no pudiera salir de casa, hubo que explicarles el contexto social de la obra” pero asegura que están disfrutando el trabajo porque “con las anécdotas que genera la historia nos estamos riendo, y eso es algo que no nos pasa cuando adaptamos textos legales”, bromea.
Trabajo remunerado y profesionalizado
Los grupos de validadores trabajan en jornadas relativamente cortas, dos o tres horas como mucho. “Es un trabajo que requiere de las personas una alta capacidad de concentración, por eso son jornadas breves”, señala Elena. También requiere de un compromiso y seriedad por parte de los validadores. “Es muy importante destacar que es un trabajo remunerado, de hecho, el trabajo de validación, quizá con el sector de la jardinería, es de los pocos remunerados que encontramos en el ámbito laboral de personas con discapacidad intelectual”, nos cuenta la formadora de Plena Inclusión. “Además hay una cierta profesionalización, hay que recibir formación y también conocer las normas UNE (Asociación Española de Normalización)”.
Víctor lleva trabajando tres años como validador. “Lo que más me gusta es cuando hay que decidir sinónimos de una palabra difícil, porque somos varios en el equipo y cada uno piensa una cosa, y creo que siempre hay que pensar en los demás, si la entenderán”. Belén ha trabajado en otras validaciones, pero prefiere adaptar textos literarios. “Me está gustando mucho este libro, aunque tiene muchas palabras difíciles, y lo que más me gusta es que es un trabajo en equipo”, relata.
Un trabajo cuidado de principio a fin
Una vez acabada la adaptación textual, aún queda mucho por hacer. La Lectura Fácil contempla en muchas ocasiones imágenes, dibujos o pictogramas que contribuyen a la asociación de ideas para que sea más fácil de comprender el contenido que se está leyendo. “Todo está muy cuidado, nada se deja al azar. La maquetación es importante, las ilustraciones también, porque son un apoyo importante al texto”. Y nunca hay dos adaptaciones iguales, cada texto es único y diferente y requiere un trabajo específico y concreto.
Desde la Dirección General de Accesibilidad, para acercar la literatura a todas las personas y para promover la accesibilidad universal, ha impulsado la adaptación a Lectura Fácil de diferentes publicaciones: Episodio nacional “el 19 de marzo y el 2 de mayo” de Benito Pérez Galdós, en 2020, Cuentos de amor de Emilia Pardo Bazán, en 2021, La vida de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, de Ildefonso Fernández y Sánchez, en 2022, y Cinco semanas en globo de Julio Verne, en 2023.
Tristana se sumará a esta colección a finales de 2024, cuando esta obra pase a formar parte de las bibliotecas municipales y pueda ser disfrutada por todas las personas, aportando así su granito de arena al principio de democracia lectora, por el que todas las personas deben tener acceso a la lectura, la cultura y la información.