Los arcos de ladrillo de las salas del cuartel de Conde Duque sirven de marco a la exposición Madrid, chica Almodóvar. En palabras del cineasta: “Mi vida y mis películas están ligadas a Madrid como las dos caras de una moneda”.
El cineasta ha podido contemplar esta muestra
La muestra, organizada por el Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, ha sido comisariada por Pedro Sánchez Castrejón, autor del libro Todo sobre mi Madrid. Un paseo por el Madrid de Almodóvar. Se puede visitar hasta el 20 de octubre en la Sala 1 del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, y contiene desde los decorados del skyline madrileño de Mujeres al borde de un ataque de nervios, hasta la cámara Super 8 con la que comenzó a hacer sus pinitos como cineasta, cuando aún era funcionario de Telefónica.
Los comienzos y el Madrid de la inmigración
Las colmenas de pisos abigarrados en el barrio de la Concepción son el gran escenario de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Estos nuevos barrios estaban destinados a las gentes de provincias que venían a Madrid en busca de una vida mejor. El personaje de la abuela, interpretada por la entrañable Chus Lampreabe, apelando a la dificultad de encontrarse en una urbe despersonalizada y echando de menos el pueblo, exclamaba: “En Madrid, hace un frío que ni los lagartos…”.
Las casas-estudio de Costus y Pérez Mínguez
La casa taller de los míticos artífices del ‘Chochonismo ilustrado’ en la calle de la Palma 14, el piso donde vivía Bom, el personaje que encarnaba Alaska en la ópera prima de Almodóvar, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Centro neurálgico y lugar de encuentro de la Farándula en el Madrid de los 80.
En Laberinto de pasiones, Almodóvar alimenta la leyenda de la movida con un Madrid mitológico en el que se considera a la ciudad como la más divertida de Occidente. En esta ocasión, el centro de operaciones es la casa-estudio del fotógrafo retratista de la Movida, Pablo Pérez-Mínguez en Monte Esquinza.
Bailén, el Viaducto y San Francisco el Grande
Más tarde, cobra especial protagonismo el Madrid más épico, con reminiscencias de románticos suicidas arrojándose desde el viaducto. Esta obsesión almodovariana por el puente que salva el desnivel entre las calles Bailén y Segovia, es una constante en su obra. Surge en Matador con María Cardenal paseando con su estilo ‘Moda de España’, para aparecer de nuevo en Los amantes pasajeros, en una imagen trágica de Paz Vega con la clara intención de arrojarse al vacío.
En Los abrazos rotos nos encontramos en el ‘Madrid de los Austrias’ y el barrio de La Morería: calle Bailén, escaleras que conducen a la parte baja del viaducto… Desniveles que reproducen los trasfondos dramáticos de los personajes.
Interior de la exposición
En La flor de mi secreto, una Plaza Mayor desierta, con su característico adoquinado, es el improvisado tablao flamenco sobre el que Juan Echanove trata de impresionar a Leo (Marisa Paredes), emulando el ‘zapateao’ del bailaor Joaquín Cortés. Otros escenarios de esta película también se desarrollan en el casco histórico: la vista de San Francisco el Grande desde la Plaza de la Puerta de Moros, donde un yonqui ayuda a Leo a quitarse unos botines que le están matando.
Cuartel del Conde Duque, Plaza de las Comendadoras y viejos conventos
En La Ley del Deseo vemos el Cuartel del Conde Duque en todo el esplendor de una noche de atmósfera asfixiante y pegajosa, en el verano madrileño, que es el mejor escenario para desatar el deseo y todas las pasiones. Una de las escenas más emblemáticas y recordadas del cine de Almodóvar, que Susan Sontag llegó a comparar con aquella otra del vestido de Marilyn agitándose en La tentación vive arriba. Ese calor tórrido, tan madrileño y visceral, provoca un impulso salvaje en Tina, que pide al barrendero que la riegue con su manguera, con la portada churrigueresca de Conde Duque de fondo, donde ahora se presenta la muestra.
Entre Tinieblas se rodó en un convento de la calle Hortaleza, 88. Realidad y ficción se mezclan en una trama en la que unas monjas acogen a mujeres de mala vida, tal como hacía la congregación de las Recogidas en el antiguo convento.
Janis, la fotógrafa interpretada por Penélope Cruz en Madres Paralelas, vive al lado de la plaza de las Comendadoras, donde los personajes del filme se sientan a tomar un café mientras charlan en una de las terrazas.
El Madrid más cosmopolita y de altos vuelos
Al igual que Woody Allen con Nueva York y Fellini con Roma, Almodóvar crea una imagen muy personal de Madrid, dotándola de un carácter cosmopolita y universal. Y es que el oscarizado director siempre encontró en la urbe madrileña un paisaje perfecto y una fauna incorrecta e ideal para cada una de sus películas.
En Mujeres al borde de un ataque de nervios, aparece una azotea ficticia con un forillo o decorado de fondo que representa el skyline madrileño de Alcalá con Gran Vía y el edificio de la Telefónica en primer término.
Las localizaciones de altos vuelos son también frecuentes en la filmografía de Almodóvar. El Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas aparece en los filmes: Laberinto de pasiones, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Mujeres al borde de un ataque de nervios, Tacones lejanos, Hable con ella, Volver y, por supuesto, Los amantes pasajeros.
Rockola, cines, teatros, Museo Chicote y otros templos de la noche
La muestra incluye el mítico cartel de la sala Rockola, templo de devoción y centro neurálgico de la movida madrileña.
Uno de los tablaos flamencos de mayor solera, el Villa Rosa, al lado de la plaza de Santa Ana, aparece en Tacones lejanos, donde un elegante abogado de día, se transforma en travesti de noche cantando los éxitos de Becky del Páramo.
En Julieta vemos a la protagonista en Martín de los Heros, la “calle de los cines”, por los Golem y Renoir, a los que suele acudir también el propio Pedro.
En Todo sobre mi madre, cobran protagonismo los teatros madrileños como el Bellas Artes y el Lara, donde se interpretan obras como Un tranvía llamado deseo y el monólogo de la Agrado.
Dos de las coctelerías con mayor arraigo de la capital sirven de escenario en Los abrazos rotos: el Museo Chicote y Cock.
Vídeos, audios y códigos QR con información ampliada
Madrid, chica Almodóvar incluye monitores a través de los cuales se pueden visualizar las escenas más emblemáticas del cineasta manchego. También se accede a escuchar audios capturados a través de códigos QR, que amplían el contenido de ciertos puntos en el recorrido de la muestra.
Una cámara Super 8, fotografías y otros fetiches
Publicaciones periódicas de la Hemeroteca Municipal se exponen en vitrinas, junto a una cámara Super 8, inicio de la aventura cinematográfica de Almodóvar. Fetiches como el paraguas multicolor de Todo sobre mi madre, con el que se resguarda Cecilia Roth en una fatídica noche de lluvia.
Fotografías realizadas por el propio cineasta de la conocida como ‘Esquina Almodóvar’, que no es otra que el chaflán de la calle Alcalá con Gran Vía, con el edificio Metrópolis y la figura alada que remata el torreón.
Pero si existe un objeto inolvidable, un mueble sin el cual carecería de sentido la conjura femenina de Mujeres al borde de un ataque de nervios, es el sofá rojo, depositario de las confidencias, gozos y sinsabores de sus protagonistas.
Un plano para no perderse
El Ayuntamiento de Madrid ha contado con el autor del libro Todo sobre mi Madrid, para elaborar un plano turístico con una selección de 25 localizaciones del Madrid de Pedro Almodóvar. El plano ha sido supervisado y autorizado por la productora El Deseo, y puede obtenerse gratuitamente en cualquiera de los centros de información turística, o bien descargarse AQUÍ
Para más información entra en los siguientes enlaces de interés:
https://www.esmadrid.com/madrid-de-almodovar
https://todosobremimadrid.com/