La exposición del fotógrafo Boris Savelev Viewfinder-Una forma de mirar se podrá visitar hasta el próximo 14 de julio en el Espacio Cultural Serrería Belga. Bajo el paraguas del XXVII Festival internacional de Fotografía y Artes Visuales PHotoESPAÑA, el fotógrafo nacido en la ciudad ucraniana de Chernivtsi en 1947 reúne su mayor retrospectiva hasta la fecha.

La muestra resume las seis décadas de trabajo del fotógrafo ucraniano. En palabras de su comisario, Adam Lowe, “es una exposición ambiciosa y extensa con casi 100 imágenes y otros elementos como varios de los porfolios editados en torno a su obra. Hemos querido aprovechar la especificidad de un espacio como Serrería Belga, con su interesante historia como uno de los primeros edificios industriales de Madrid, elemento que encaja muy bien con el carácter urbano de Boris Savelev.

Durante las últimas semanas hemos mantenido un proceso de diálogo con el equipo de PHotoEspaña y de Serrería Belga para tratar de adecuar los contenidos a un espacio expositivo poco ortodoxo, pero tremendamente poderoso. Creemos que el resultado es muy bueno pues ambos elementos se retroalimentan y funcionan muy bien”. Así, en la planta baja rige un criterio más cronológico de las obras, mientras que la primera planta gira en torno a las ciudades que han sido relevantes para él, como Moscú, San Petersburgo, Nueva York, Londres, Madrid, Chernivtsi, su ciudad natal, y Vigo, la ciudad en la que reside actualmente.

Su célebre Red Square Girls Moscow, año 1981

La selección de imágenes comprende las más representativas de su carrera. Se trata de trasladar la visión de Savelev al espectador sin ponerle a juzgar. “Se trata de verlo como un poeta visual”, especifica el comisario.

Trayectoria profesional

Cerca de los veinte años, Savelev se mudó a Moscú para graduarse en el Instituto de Aeronáutica y después inscribirse en el renombrado Foto Club Novator. A comienzos de los 80’ ya trabajaba como freelance y colaboraba con editoriales tanto de la Unión Soviética como de fuera. Secret City captó la atención mundial tras su publicación en 1988 como la primera monografía en Occidente referente a un fotógrafo no oficial de la extinta U.R.S.S.

En 1995 empezó a colaborar en Londres con el pintor Adam Lowe en el estudio Decalcomania que luego tuvo su continuidad en la actual Factum Arte. Y Lowe es ahora quien comisaria esta exposición. “La composición de las imágenes es única y evocadora. Se especializa en capturar momentos íntimos y poéticos de la experiencia humana, utilizando el transformador juego de luces del amanecer y el atardecer. Sus fotografías son una oda a la complejidad poética de la vida cotidiana, donde los detalles sutiles revelan la belleza de lo mundano. Boris camina por las calles en busca de momentos de intensidad. Es como una actuación en la que se pierde dentro del entorno. Luego, de repente, las cosas empiezan a emocionarlo. Se vuelve muy activo y alerta, atento a cada detalle mientras encuadra la imagen en el visor”, explica el comisario, quien añade que al “observar algunos de sus trabajos, en sus imágenes los objetos aparecen más sensibles, de alguna forma más conscientes, que las personas”, remacha Lowe.

Savelev durante la recogida de su premio en PHotoESPAÑA

La técnica e instrumentos empleados por Savelev son ricos y variados, desde sus comienzos en la década de 1970 con cámaras soviéticas de película como la Iskra 6×6 ó la Leica, hasta la incorporación de la tecnología digital a partir de sus viajes a Londres y su dominio del Photoshop. “A ello contribuye sin duda su formación de ingeniero y su facilidad para adaptarse a las nuevas tecnologías. Esta cuestión de las técnicas usadas por Boris a lo largo de su carrera es muy importante y, de hecho, así lo hemos querido reflejar en la exposición, incluyendo toda la información de la cámara, objetivo, la película y hasta el proceso de impresión que ha utilizado en cada fotografía. Esta muestra, de carácter retrospectivo, recoge 60 años de trabajo con técnicas utilizadas desde los años 70 en la Unión Soviética hasta las cámaras más actuales”, explica Lowe. Son la Iskra 6X6 y la Leica, pero también la película soviética Owarchrome ya con color o la Kodachrome occidental.

El puente austriaco de Chernivtsi, realizada en 2012

Pionero de la fotografía ucraniano

En 2017, se publicó Keturi. Los 4 de Chernivtsi 1978-2016 por Sweet Art Galleria (Chernivtsi), que incluye obras de Boris Savelev, Serguei Lopatiuk, Slavik Tarnovetsy y Sasha Slyusarev. Es una compilación de fotografías de una exposición organizada en Ucrania en 1984 sobre estos cuatro pioneros de la fotografía ucraniana, resaltando la aportación de Boris Savelev al arte fotográfico.

La obra de Savelev forma parte hoy de prestigiosas colecciones internacionales, como la Corcoran Galley of Art de Washington D.C., el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la Staatsgalerie de Stuttgart, el Museo del Sarre de Saarbrücken (Alemania) o el Museo de Bellas Artes de Nuevo México de Santa Fe.

Girl in a box Leningrad (1981)

Fotógrafo independiente

Savelev es independiente en la década de los 80’ y trabaja con compañeros del gremio que se encuentran asimismo fuera del sindicato oficial de fotógrafos. La Perestroika le llevó a ser deseado por estadounidenses y europeos como una “voz auténtica” y de ahí nació Secret City (La ciudad secreta). Adam Lowe nos explica qué supuso esa independencia para Boris: “A pesar de las limitaciones y la falta de reconocimiento oficial, Savelev encontró libertad creativa en su enfoque independiente, explorando temas y técnicas que desafiaban las normas estéticas y políticas de la época. En la historia de la fotografía del ámbito soviético tuvieron mucha importancia los círculos o clubes de fotografía amateur, aquellos fotógrafos que trabajaban al margen de la fotografía oficial en la extinta Unión Soviética”, detalla.

La técnica del gesso (yeso)

La técnica de la base de gesso o yeso en las impresiones de Boris fue una de las formas con las que experimentó. “Los procesos de impresión siempre han sido muy importantes para él. Es un experto impresor de cuarto oscuro que realiza sus propias impresiones a las sales de plata.

Obra Construction Moscow, realizada en 1988

Cuando adoptó la película en color, especialmente el Kodachrome, siempre siguió buscando formas de producir la imagen de modo que mantuviera las cualidades que buscaba. Ha experimentado con los procesos utilizados por los denominados fotógrafos pictorialistas: impresiones con goma bicromatada, calitipia, impresiones con platino y paladio, impresión con carbono y muchos más”.

Pero en aquel Moscú, en los 70 y 80, esos eran materiales difíciles de encontrar. De ahí que Silverptint, la tienda londinense especializada en fotografía dirigida por Martin Reed, fuera visita obligada para los fotógrafos rusos y fue allí justo donde se inició la relación entre Savelev y Lowe.

La mayoría de las impresiones de esta exposición “están realizadas en paneles de aluminio recubiertos de gesso y con varias capas de color cuidadosamente controladas y que son finalmente enceradas y pulidas”.

La muestra de Serrería Belga es una oportunidad de descubrir la profundidad y belleza del trabajo de Savelev, “una joya poco conocida para muchos”.