En 2012, tras la inauguración de la Biblioteca Pública Municipal Ana María Matute ubicada en el distrito de Carabanchel, un grupo de bibliotecarios se reunió y, al albur de la tertulia en la que comentaban las nuevas experiencias socioculturales no sólo en el ámbito bibliotecario, surgió la idea de poner en marcha un proyecto que involucrara a la ciudadanía y a las bibliotecas. Se trata de un programa digital que recoge fotografías antiguas, y no tanto, y otros documentos, de los vecinos de Madrid, con el fin de conocer cómo era la ciudad en distintos momentos y reconstruir, en la medida de lo posible, los cambios que se han producido en ella a lo largo de los últimos años.
Desde el primer momento supieron que el proyecto debía ser dirigido a particulares, a vecinos y vecinas, asociaciones vecinales, fundaciones particulares, parroquias, equipos de barrio, asociaciones culturales y deportivas…. En definitiva, quienes verdaderamente construyeron y dieron vida a los barrios, quienes, por detrás o por debajo de la historia oficial conformaron y dieron vida a Madrid.
Pero Madrid es una ciudad muy extensa… ¿por dónde empezar a recoger fotografías u otros documentos? Aunque la iniciativa está pensada para la totalidad de la ciudad de Madrid, se decidió comenzar por los barrios de la periferia, los llamados barrios históricos, aquellos que fueron anexionados a Madrid por el denominado Plan General de Ordenación de Madrid de 1946, que trataba de racionalizar el crecimiento descontrolado de la ciudad debido a la emigración masiva del campo a la ciudad.
Eran los barrios menos representados en las instituciones municipales y habían conservado en gran medida su carácter rural y el recuerdo de su pasado, aún más antiguo incluso que el de Madrid, a pesar de su rápida y radical transformación durante el siglo XX. Se hacía necesario rescatar su historia contada por sus propios habitantes con alto grado de identificación con su barrio. También sería un aliado para el proyecto el denso tejido asociativo que había en estos barrios, ahora en gran medida perdido, ya que muchas veces llegaron a suplir unas actuaciones municipales que no siempre estuvieron a la altura de las necesidades de los vecinos.
Algo más que un archivo fotográfico
Desde el principio pensaron que la fotografía sin el testimonio del propietario que la contextualiza y explica el contenido quedaba incompleta, por lo que se decidió entrevistar en la medida de lo posible a los donantes. También decidieron aceptar otros tipos de documentos tales como cartillas de racionamiento, carnés de club, bonos de transporte, etc. Y finalmente, se comenzó a recoger testimonios orales de los vecinos, quienes comentan cómo era la vida en su barrio en cierta época, sin necesidad de aportar fotografías.
Gracias a ello se tiene una visión de la ciudad cercana, real, realista, aunque seguramente incompleta o sesgada, muy alejada de otras visiones edulcoradas. En cualquier caso, Memoria de los Barrios, es ya una fuente de conocimiento de este patrimonio intangible, que por diversas razones ha quedado fuera de la Historia Oficial.
El valor del patrimonio ‘oculto’
Una de las razones principales que impulsó poner en marcha este proyecto es la convicción de que este patrimonio ‘oculto’ es tan valioso como el que hasta ahora llamábamos Patrimonio Documental custodiado en las instituciones tradicionales (museos, archivos, etc.). Su variedad, su riqueza informativa, el carácter de primera mano y generalmente involuntario, convierte a estas fotografías y documentos en verdaderos tesoros para estudiosos y aficionados a la Historia de Madrid.
Además, este patrimonio corre peligro de desaparición, entre muchas razones por la descontextualización que sufre el documento una vez ha trascendido el ámbito del recuerdo personal. A todo ello se une la escasa valoración que tradicionalmente se ha otorgado a los recuerdos personales de gente anónima lo que hace que este patrimonio intangible, que es de todos, acabe desapareciendo para siempre. Hoy, las nuevas tecnologías, nos permiten la creación de un gran museo virtual de cualquier barrio de Madrid, en el que los protagonistas viertan sus recuerdos y experiencias, conservando este patrimonio intangible para generaciones futuras.
Por otro lado, este proyecto ha convertido a los vecinos en protagonistas de la creación del patrimonio de la ciudad, a la vez que ha reforzado el sentimiento de comunidad y ha trasladado esa percepción de protagonismo y pertenencia, lo que, sin duda, redunda en una mayor apreciación y valoración del patrimonio al reconocerlo como propio.
Memoria de los barrios, un proyecto vivo
El proyecto ha tenido una buena aceptación entre los vecinos y asociaciones. También es destacable lo gratificante que resulta el trato directo con el usuario, quien agradece enormemente que sus vivencias y recuerdos sean considerados historia y patrimonio, algo que nunca hubiesen imaginado.
El proyecto sigue en curso en todas las bibliotecas de la red municipal donde de manera individual los usuarios pueden acercarse a donar sus imágenes, u otros documentos, que serán escaneadas allí mismo. Además, son constantes las relaciones con todo tipo de asociaciones que aportan algo de su historia, que no deja de ser Historia de Madrid.
Todo ello se puede consultar en www.memoriadelosbarrios.es donde también se pueden aportar imágenes a través del formulario en línea Mándanos tu foto.
Además, este proyecto bibliotecario sitúa a la biblioteca pública en el centro de los movimientos culturales y vecinales del barrio con el fin de llegar a vertebrar la vida cultural. Es estable (pues se configura como una acción permanente de las bibliotecas públicas y la Biblioteca Digital Memoria de Madrid), homogéneo (todos los documentos reciben un tratamiento documental técnico similar), independiente (se ha configurado como un proyecto más de las bibliotecas públicas y la Biblioteca Digital) y singular, (documenta una parte de la ciudad escasamente representada en las colecciones municipales).
El proyecto, que sigue vigente, te lo cuentan sus protagonistas en el siguiente vídeo.