Las bibliotecas forman parte de la historia y han ido evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos, asumiendo las funciones que el conjunto de la sociedad les ha ido asignando. Al principio estos edificios surgieron con el fin de almacenar el conocimiento del momento. Así, en el siglo VII a. C. el rey asirio Asurbanipal mandó construir una biblioteca en la ciudad de Nínive, cerca del río Tigris (actualmente a unos kilómetros de la actual ciudad de Mosul, Irak), donde se guardaban tablillas de barro cocidas escritas en escritura cuneiforme y organizadas por temáticas. También, como centro de conservación, investigación y difusión del conocimiento de la Antigüedad surgió en el siglo III a. C. la Biblioteca de Alejandría, donde se conservaron multitud de rollos escritos en diversas lenguas y procedentes de muchos lugares con el fin de aglutinar en un mismo edificio el saber universal de la época.
En la Edad Media, los centros eclesiásticos fueron los conservadores de códices y en sus scriptorium se hacían las copias necesarias para otros centros. Pero el pergamino y el papel eran productos caros, por lo que muchos libros fueron borrados para ser reescritos encima; son los conocidos como palimpsestos. A partir del Renacimiento, y el Humanismo, que pone en el centro del pensamiento al ser humano, provoca que los reyes y nobles atesorasen numerosos libros en sus palacios, junto a otros objetos artísticos y arqueológicos, colecciones que en el futuro darían lugar a las actualmente conocidas como bibliotecas nacionales. Otras bibliotecas creadas por iniciativa privada actualmente siguen ofreciendo sus servicios como la Biblioteca Laurenciana en Italia, patrocinada por el papa Clemente VII.
Las bibliotecas al alcance de todos
Sin embargo, el acceso y uso de estas bibliotecas sólo estarían al alcance de unos pocos privilegiados. No sería hasta la Revolución francesa (1789) cuando nació una verdadera voluntad de hacer accesible la cultura y la educación para toda la ciudadanía, momento a partir del cual surgen las bibliotecas públicas que ayudarían en avanzar en la alfabetización y el libre acceso a la información cada vez a más población.
Como conservadoras del conocimiento y de la identidad de las comunidades, las bibliotecas también han sido objeto de expolio y devastación en épocas de guerra. Uno de estos tristes sucesos es la destrucción de la biblioteca de Sarajevo ocurrida el 24 de octubre de 1992 durante la guerra de los Balcanes. Esta fecha sería elegida en 1997 por la Asociación de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, con el apoyo del Ministerio de Cultura y Deporte, como efeméride y forma de reconocer a las bibliotecas su labor como punto de encuentro cultural e instrumento de fomento de la convivencia. Desde entonces las bibliotecas de toda España tienen su día de celebración.
‘Tejiendo comunidad’ en la Red de Bibliotecas Públicas Municipales de Madrid
Desde que la primera biblioteca pública abriera en Madrid en la glorieta de Cuatro Caminos en 1915, muchas cosas han pasado en sus espacios interiores. Con el tiempo han ido ampliando sus funciones hasta convertirse hoy día en espacios imprescindibles dentro de una comunidad.
Por lado, cumplen una función cultural y patrimonial. Centros de acceso libre y voluntario a la lectura, la investigación y la creatividad son el eje de actividades como expresión musical, artística, folklore, etc. que se ofrecen en estas instituciones. Las bibliotecas como centros cercanos a la comunidad recopilan y conservan patrimonio cultural de la comunidad, su propia identidad, como por ejemplo el proyecto de memoria de los barrios.
También tienen una función social ya que las bibliotecas facilitan el acceso a la información y el conocimiento ayudando a los ciudadanos a desarrollar su capacidad de opinión, además del acceso libre a internet reduciendo la brecha digital. Por ello, las bibliotecas ofrecen proyectos de digitalización como el proyecto ‘Mayores conectados’, talleres de alfabetización informacional, etc.
En relación con las anteriores, se suma su función educadora que tienen estos centros al dar apoyo al aprendizaje permanente donde los bibliotecarios son un agente fundamental al convertirse en educadores y facilitadores de información a través de clubs de lectura, cuentacuentos, centros de interés o proyectos como el de ‘leyendo con mayores’ o ‘lectura que da vidas’ además del clásico préstamo de libros y préstamo de instrumentos.
Y parece que la Red de Bibliotecas Públicas Municipales del Ayuntamiento de Madrid trabaja en la buena dirección ya que este año 2023 ha recibido varios premios por su labor en la comunidad. Por su proyecto ‘Mayores conectados’ en el que bibliotecarios ayudan a manejar las principales funciones de un teléfono móvil inteligente a los más mayores recibieron el V Premio REBIUN a las Buenas Prácticas Bibliotecarias. También recibieron el Premio Bibliodiversidad 2023 de la Asociación de Editores de Madrid (AEM) por el apoyo a las pequeñas editoriales madrileñas ofreciéndoles espacios donde presentar sus publicaciones. En octubre, la Red de Bibliotecas Públicas Municipales recibía el Premio LIBER al fomento de la lectura en bibliotecas, concedido por la Federación de Gremios de Editores de España.
Hoy día 24 de octubre Día de las Bibliotecas se celebra en estos centros con variadas actividades para todos los públicos. No te lo pierdas y consulta las propuestas en su portal web. /