Uno de los asuntos a tener en cuenta a la hora de plantear una red de museos es organizar su contenido. Un ejemplo que conocemos en Madrid es el del reparto de obras de arte entre el Museo del Prado, como referente de lo clásico, y el Reina Sofía, refugio de lo contemporáneo. En su día, se fijó como frontera a la hora de ubicar un objeto artístico en uno y otro si la fecha de nacimiento de su autor era anterior o posterior a 1881, el año del nacimiento de Picasso.
Un criterio similar se ha seguido desde el Ayuntamiento de Madrid con el reparto de sus fondos históricos entre sus museos. Así, si el Museo de San Isidro alberga los recursos fechados antes de 1561, los procedentes de fecha posterior nutren el Museo de Historia de Madrid, al que dedicamos este artículo. La elección de este año no es baladí, pues fue cuando Felipe II acordó el traslado de su Corte a esta ciudad de forma permanente. La residencia del rey en Madrid fue el primer antecedente de la conversión de la ciudad en capital de España, progresión que sigue este espacio museístico.
Su propia sede se enmarca en este proceso de construcción de Madrid como capital de un país y, en tiempos, de un imperio. Se trata del antiguo Hospicio del Ave María y el Santo Rey Don Fernando, un edificio, construido en su mayor parte a partir del del s. XVIII, nacido como asilo de pobres y enfermos que vivían en condiciones precarias en la ciudad. Tras diversas vicisitudes, durante las cuales pudo conservar su característica portada barroca, en 1929 fue elegido sede del Museo Municipal, antecedente del actual Museo de Historia de Madrid, como es conocido desde 2007.
El museo narra, a través de sus colecciones, la historia de la ciudad desde su elección como sede de la Monarquía hispánica por Felipe II en 1561 hasta las primeras décadas del siglo XX. De acuerdo con estos límites cronológicos, el discurso expositivo se ha articulado en tres grandes áreas temáticas.
La primera es Madrid, Villa, Corte y capital de dos mundos. Comprende desde el establecimiento de la Corte hasta el inicio del siglo XVIII y muestra la ciudad del Antiguo Régimen como centro decisorio del imperio de los Austrias.
Una segunda es Madrid, Centro ilustrado del poder, que abarca todo el siglo XVIII y los comienzos del XIX hasta la Guerra de Independencia en 1808. En esta área se repasa la nueva dinastía de los Borbones introduce importantes cambios en el modo de gobierno y trata de transformar la ciudad en un laboratorio para experimentar la implantación del ideario ilustrado que trajo a España el ‘rey alcalde’ Carlos III.
El último segmento cronológico del museo lo representa Madrid, El sueño de una ciudad nueva. Acoge el siglo XIX hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. Se centra en los cambios que se producen con la llegada de la Revolución Industrial y su incidencia en la ciudad, que refuerza su perfil urbano, poniéndose así los cimientos de lo que hoy es una gran capital europea.
El museo cuenta con una serie de piezas clave, obras excepcionales por su gran calidad artística, su valor documental y su singularidad. Entre ellas, destacan El Modelo de Madrid de León Gil de Palacio, una gran maqueta que muestra el Madrid de 1830; la Alegoría de la Villa de Madrid de Francisco de Goya, cuya intrahistoria recoge la convulsión política de los primeros decenios del siglo XIX en Madrid, la colección de Porcelana de la desaparecida Real Fábrica del Buen Retiro, y las colecciones de estampas, postales y fotografías o la de cartografía histórica.
Además de sus fondos permanentes, el Museo alberga exposiciones temporales. En estos momentos presenta la muestra Policía Municipal: 120 años moviendo Madrid” dedicada a la labor que la Policía Municipal presta en la regulación del tráfico urbano coincidiendo con la efeméride del primer reglamento de circulación de la ciudad.
La dirección del Museo de Historia de Madrid es el número 78 de la calle Fuencarral. Su horario de apertura al público es de martes a domingos de 10 a 20 horas (19 horas en la temporada de verano), y permanece cerrado lunes y los festivos de 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre. La entrada es gratuita, lo que siempre es un incentivo para visitarlo y aprender algo más del pasado de esta ciudad.