El punk mono de Las Petunias, el pop ruidoso y sentido de Monteperdido, los corridos tumbados de Vatocholo y, para cerrar, Morreo le pondrá la banda sonora al verano de tu infancia. El 16 de agosto llega la cuarta entrega de Sonidos en el Patio. Serán tres horas y media de efervescencia musical madrileña desde las 20:30 h en el patio central del Conde Duque y con entrada libre. Los artistas protagonistas nos cuentan a qué suenan, de dónde vienen y adónde van, sus canciones talismán, lo que significa tocar en Veranos de la Villa y por qué no debemos perdernos su concierto.
El “punk mono” de Las Petunias
Las Petunias son Natalia al teclado, Elsa a la guitarra y Cecilia al bajo y suenan a “punk mono”. Así es como les gusta llamar a su música. “Por decir algo, pero nos gusta probar de todo y mezclar cosas más indies con cosas más punkis o electrónicas. Estamos muy experimentativas con nuestro sonido”.
“Venimos de tener 17 años y escribir canciones de amor que nunca iban a salir de nuestra propia habitación, pero decidimos probar suerte y ahora estamos superagradecidas con todo el apoyo que recibimos y que nos empuja a seguir mejorando, aprendiendo a tocar mejor, a cantar mejor y a componer mejor”. Y ahora, lo tienen claro. «Vamos hacia delante, con ganas de producir un disco más maduro, que ya hemos empezado a maquinar, pero con nuestra esencia de siempre. Buscamos sorprender y, con suerte, girar fuera de España”.
Como madrileñas que son, Las Petunias están encantadas con el concierto en Veranos de la Villa. “Es un orgullo poder tocar en el evento más divertido e importante del verano en Madrid” y reconocen que también impone “porque, para nosotras, va a ser hacer historia”.
¿Por qué no deberías perderte su concierto? “Porque jamás verás a tres personas con tanta energía, carisma y carácter decir cosas tan personales y dolorosas en un tono tan divertido”. Además, Natalia ha preparado “unos visuales increíbles para crear un ambiente chulo”. En el patio sonarán los temas de su EP, Nunca no he llorado “y canciones nuevas que tenemos muchas ganas de enseñar y tocar en directo”, como Patito, su último single. “Define muy bien nuestra nueva etapa musical y nuestro verdadero ser”.
Monteperdido, pop ruidoso y sentido
¿Y a qué suena Monteperdido? “Siempre hemos dicho que hacemos pop, pero la realidad es que hacemos rock bien ruidoso, basta de fingir”, bromean. “Nadie debería perderse a ningún artista que toque en los Veranos de la Villa, pero nuestro concierto será intenso, muy enérgico y sentido, lo recomendamos mazo. Porfa venid… y traed tapones”.
Monteperdido son Bego (voz), Daniel (batería), Diego (guitarra), Tomás (guitarra) y Willo (bajo). La banda viene del underground. “Y seguimos en el underground pero con un poco más de atención, quizá, y ojalá vayamos a un sitio al menos ligeramente más cómodo en términos de logística, pero solo dios lo sabe”.
Les hace “mucha ilusión” tocar en el patio del Conde Duque, “muy regio, un espacio muy grande”. Para Monteperdido “es genial que en Madrid, con este calor, se pueda disfrutar de conciertos gratuitos en una época del año en la que, por las temperaturas, el tiempo libre es deprimente porque casi todo el ocio disponible está orientado al consumo. La gente necesita estímulos y cultura accesible para ser feliz”.
En su concierto van a tocar todas las nuevas canciones de su último disco, Daño Físico, y sonarán también “algunas viejitas”, apuntan. “Todas las canciones son rápidas”, con fuerza melódica, guitarras afiladas y una puesta en escena que consiste “en no parar”. De todas ellas, para el quinteto madrileño, no podría faltar jamás Vas a petar, porque la gente la corea siempre. “Nos encanta, ojalá todo el mundo se supiera siempre nuestras canciones. Cuando pasa, es supermágico”.
Vatocholo, el de los corridos tumbados
“Es una locura que cuenten conmigo”. Para Andrés Pardo, Vatocholo, tocar en el patio del Conde Duque, dice, “es una oportunidad importante para dar a conocer mi cultura, mi música y mi proyecto a la ciudad que me ha visto crecer”. Este joven músico con raíces en México, nacido en Dinamarca y afincado en Madrid, quiere “llevar la música mexicana a otro nivel”, partiendo desde elementos clásicos del corrido mexicano con fusión de música urbana y sus propias influencias que van del hip-hop y R&B al rock.
Se le conoce como ‘el de los corridos tumbados’, un género de plena tendencia, pero Vatocholo huye de las etiquetas porque lo suyo es amor por la música. “En mi casa siempre se ha escuchado de todo, yo he tocado la guitarra y cantado en bandas de rock y metal desde los 13 años, he producido instrumentales de reguetón, trap, drill, pop…”, explica. “Seguiré haciendo música desde el corazón hasta que me muera”.
Fue hace menos de dos años cuando decidió empezar su “movida” y su último concierto en Madrid ha sido el primero con banda. “Desde entonces, hemos preparado un set más largo con nueva música y varias covers”. En Sonidos en el Patio no faltará Un loquerón, un tema que compuso en México junto al artista local Juanchito. “Disfruto mucho cantándolo en directo y la gente lo ha recibido muy bien”.
¿Por qué no perderse su concierto? “Ofrezco un show diferente de un género que nadie más hace por aquí y me gustaría darlo a conocer a más gente. Al final, es música en directo con instrumentos de toda la vida y ese tipo de conciertos se viven diferente”.
Morreo, la banda sonora de un verano de tu infancia
El dúo Morreo se alzaba ganador de la 42 edición Rock Villa de Madrid hace poco más de un año. Con el tiempo, su sonido primigenio, dicen, se ha ido enriqueciendo con un amplio abanico de géneros, aunque siguen “sonando a tradición” y “por concretar, Morreo suena a la BSO de un verano de tu infancia”.
Germán y José Carlos, dos andaluces afincados en Madrid, vienen de la escuela del cancionero cañí, el flamenco psicodélico o la música yeyé. “Nos hemos apoyado mucho en los sonidos y la estética de los 60’s y 70’s para evolucionarlo a algo contemporáneo, y ese camino nos ha llevado a investigar otras cosas y a salir de nuestra zona de confort para seguir aprendiendo en la música, que es algo muy importante para nosotros”. El resultado ha sido Alegría, su segundo disco, reflejo de “ese espíritu aventurero e inquieto” donde se mezcla la cumbia con el bolero, el flamenco, el sonido disco o la rumba. “No tenemos miedo a probar”, afirman, y creen que eso se verá reflejado en su porvenir musical.
Cuando Morreo concibió el disco, también generaron un nuevo concepto para los directos: Alegría Club. “Un espacio donde pudieras venir a bailar sin descanso y donde dejaras todos tus problemas del día a día atrás”. Y esto es lo que van a llevar a Sonidos en el Patio, “como si se tratara de una verbena de noche veraniega en un guateque/rave/disco con mucho baile sin parar”. En su repertorio no faltará Pansequito, la rumba creada con la colaboración de Soleá Morente. “Es un tema muy especial para nosotros.
Tocar en el Conde Duque “para nosotros es muy significativo ya que nos conocimos allí y es divertido que cinco años después estemos tocando en el mismo lugar donde prácticamente nació Morreo”. En el concierto, “vamos a celebrar el verano por todo lo alto” y “queremos transformar Conde Duque en un chiringuito lleno de amigos bailando y pasándolo en grande”.
Sitios de Madrid que suenan bien
El artista Vatocholo, que es de Ventas, dice que le costaría elegir solo un barrio de Madrid, porque le parece “una ciudad muy bonita”. En su lista de deseos, hay varios sitios en los que le gustaría tocar: “la Casa de México, el Círculo de Bellas Artes, el Retiro, las Ventas y, con el tiempo, ojalá en un estadio como el Bernabéu o el Metropolitano”.
El dúo Morreo vive «muy a gusto» en Malasaña. “Aunque si tuviéramos que cambiar, nos iríamos por la zona del barrio de Las Letras o el Madrid de los Austrias, puestos a pedir ¿no?”. Su escenario ideal estaría “en algún rincón escondido de los Jardines del Campo del Moro, bajo la sombra de algún árbol en el que nuestro público sean pavos reales, faisanes y alguna que otra persona buscando refugio del calor”.
Con el punto divertido que les caracteriza, a Las Petunias les gustaría tocar en el Arco del Triunfo de Moncloa «liándola gorda mientras pasan los coches y nos pitan”. Su barrio favorito es Delicias, “porque es donde planeamos vivir las tres juntas cuando nos cojan para todos los Veranos de la Villa y seamos odiosamente ricas”.
Precisamente en Delicias es donde ensaya Monteperdido. El barrio les “flipa” y sus árboles, también. ¿Dónde les gustaría tocar? «Hay sitios muy románticos llenos de vegetación, agua y arte que al atardecer serían increíbles, pero no es tanto el sitio sino la gente que lo llena y, en ese sentido, Madrid nunca decepciona”.