Los árboles y las zonas verdes son fundamentales para la salud de las personas. Más allá de tener espacios en donde disfrutar de la naturaleza, también ayudan a regular la temperatura y filtran contaminantes. Sin duda, Madrid es una ciudad verde. Haciendo gala de su tradición jardinera, la capital ofrece rosaledas y jardines botánicos donde se exponen numerosas variedades tanto de flora autóctona como de flora cultivada. En concreto, la capital cuenta con cinco de estos ‘pulmones’.

Si hablamos de historia el primer jardín botánico que debe mencionarse es el Palacio de Cristal de la Arganzuela: Invernadero. En el paseo de la Chopera, junto al río Manzanares, forma parte del conjunto arquitectónico del histórico Matadero Municipal y del Mercado de Ganados. Emulando a los invernaderos de Viena o Londres, fue proyectado y construido por el arquitecto Don Luis Bellido y González entre 1908 y 1928. Su aspecto actual, muy de estilo industrial, se debe a la restauración que realizaron en 1992.

La conocida como Nave de las Patatas está distribuida en un escenario central y cuatro espacios cerrados que representan microclimas diferentes. Dentro de este espacio hay cuatro clases de plantas: dos tropicales, uno subtropical y uno desértico.

Tropicales: Existen dos ambientes dedicados a plantas originarias de zonas tropicales en las que el crecimiento de las plantas no se detiene ni en invierno. El bosque húmedo tropical alberga una enorme diversidad de flora. Los ejemplares de cada especie se encuentran muy dispersos por el bosque. El diseño de los árboles, arbustos y flores en el Palacio de Cristal de la Arganzuela: Invernadero tiene una función determinada para conseguir la polinización y colonización del espacio que conduce a una evolución conjunta de las especies.

En el paseo por los ambientes tropicales se pueden encontrar, a pequeña escala, diversos parterres donde recrear distintos estratos de plantas tapizantes, arbustos y árboles, plantas trepadoras o epifitas. Entre los dos ambientes tropicales, existen más de 300 especies vegetales, habiéndose recuperado en los últimos años más de 80 nuevas especies.

Subtropical: Recreando en Madrid un típico bosque subtropical húmedo, se caracteriza por mezclar el bosque caducifolio propio de las regiones templadas junto con especies que aguantan mejor el frío del bosque tropical. En el recorrido por este ambiente se pueden encontrar especies de árboles que pierden la hoja en invierno y con especies laurifolius con hojas coriáceas, grandes y ovaladas. A lo largo de los años se han ido introduciendo nuevas plantas como, por ejemplo, una pequeña colección de cítricos poco usuales como el kumquat (naranjo enano), limas y otras típicas de este microclima. Contiene más de 170 especies vegetales en este ambiente. Además, cuenta con láminas de agua, fuentes, rías y acuarios poblados de peces de diferentes hábitats.

Desértico: Este ambiente de cactáceas y suculentas alberga plantas que no requieren de mucha agua para sobrevivir e, incluso, algunas especies también soportan bajas temperaturas. Contiene tanto plantas del continente americano como africano. También existen dos mesetas acristaladas con una colección de plantas de un menor tamaño, y más delicadas, y alguna planta caudiciforme, con un tronco engrosado como reserva de agua. Con la última ampliación, hay más de 430 especies.

Ciencia con toques de color y distintos olores

El siguiente espacio verde de estas características en crearse fue la Rosaleda de Madrid, también llamada Ramón Ortiz, en el Parque del Oeste en 1955. Se denomina así en honor a su inspirador, el Director de Parques y Jardines de Madrid en aquella época, Ramón Ortiz. Es una de las rosaledas más excepcionales del mundo. Fue denominada así en 2006 por la Word Federation of Rose Societies con el Award of Garden Excellence.

En total se encuentran plantados cerca de 20.000 rosales de más de 650 variedades diferentes. De ellos, 400 son de porte bajo y el resto trepadores, llorones, de pie alto y mucho más. En la Rosaleda de Madrid existen representaciones de las más importantes variedades de obtentores de todo el mundo. Asimismo, sirve como parcela de ensayo para ver el comportamiento de dichos rosales en nuestras latitudes.

Está situada en un espacio de unos 32.000 metros cuadrados en una zona plana, a modo de una terraza. Una curiosidad de la Rosaleda de Madrid es que fue acondicionada con los medios de la época. Es decir, sin la asistencia de ningún tipo de maquinaria de movimiento de tierras. Cada año se celebra el Concurso Popular Rosa de Madrid y el Concurso Internacional de Rosas Nuevas Villa de Madrid con la participación de rosales de todo el mundo.

Estufa Fría Parque Juan Carlos I

La Estufa Fría del Parque Juan Carlos I está situada en el centro del parque del mismo nombre y su construcción data de 1996. Una estufa fría es una estructura semicerrada que aprovecha los sistemas de calefacción pasivos para lograr un microclima. Gracias a su orientación, al uso de paneles de cristal y a un cierto soterramiento se consigue una climatización natural.

De base rectangular, su superficie es de 4.000 m2 y su altura de 12 metros. En el año 2008 se creó una colección botánica de plantas exóticas con 220 especies y variedades que crean senda botánica didáctica en el parque.

Alberga un total de doce espacios distintos:

  1. El jardín japonés ocupa un patio interior entre el edificio y el invernáculo de la Estufa Fría. En él están presentes todos los elementos de la escuela budista como estanques, bloques de piedra, gravilla y madera en forma de acolchado. Es el espacio de los bambúes, arces y arbustos floridos.
  2. En el estanque del recinto se pueden observar diferentes especies de plantas acuáticas, entre ellas los papiros, que florecen a finales de verano.
  3. En la parcela reservada a los bambúes y dispuestas en jardineras aisladas, se encuentran distintas variedades de esta especie. Algunas son: bambú gigante, amarillo, negro y colgante.
  4. La circunscripción de suculentas o crasas se sitúa en la parte superior del invernáculo. A esta zona se accede por una pasarela.
  5. En la parte central se dispone el espacio destinado a las cicadáceas y palmeras.
  6. En esta zona también se encuentra la zona reservada a las acidófilas. Entre las especies que se cultivan en terrenos con pH ácido destacan las camelias, rododendros, azaleas, hortensias y brezos.
  7. Sobre un acolchado de arena se asientan distintas variedades de cítricos.
  8. En el espacio dedicado al bosque de ribera, una formación vegetal vinculada a los márgenes de los ríos.
  9. El espacio de menor iluminación del recinto está destinado a los helechos ya que la Filicopsida no requiere luz.
  10. En el exterior hay un jardín de plantas autóctonas, de clima mediterráneo.
  11. La plantación de trepadoras cubre parte de los muros y columnas del recinto.
  12. Las colgantes completan la oferta vegetal de la Estufa Fría del Parque Juan Carlos I.

Jardines de Pradolongo y San Francisco el Grande

La botánica es la ciencia que trata los vegetales. El Jardín de Pradolongo es un oasis sin salir de Usera. Frente al lago, hay más de 8.000 metros cuadrados distribuidos en plazas y parterres. Las principales especies que allí se encuentra tienen fichas botánicas con su descripción.

Por su parte, el de San Francisco el Grande ocupa un solar de 4.200 metros cuadrados. Se erige sobre los restos del antiguo convento del mismo nombre, demolido a mediados del siglo XX. Hasta 2007 no tuvo ningún uso. En ese año, el Ayuntamiento de Madrid convirtió el espacio en un jardín temático de dalias, la antigua Dalieda de San Francisco.

Actualmente, cuenta con rosales. Se modificó la composición de las plantas porque estas últimas tienen una gran capacidad de adaptación al clima madrileño y una mayor floración. En la actualidad los Jardines de San Francisco el Grande hay 21 variedades de rosales que deleitan a los visitantes con su máximo esplendor en los meses de mayo y junio. Otro de sus atractivos es un mirador donde disfrutar con las bonitas puestas de sol de la capital.

Además de las cinco rosaledas y colecciones botánicas para disfrute de ciudadanos y visitantes, Madrid cuenta con más de 6.000 hectáreas de espacios verdes donde disfrutar de la naturaleza que hace tan única a la capital. También puedes consultar el tipo de flora de la capital y este mapa del Geoportal permite conocer las especies de flora por distritos.