Los brazos en alto. Abiertos en señal de victoria. Lo estaba alcanzando. Tocaba ya el oro. El estadio olímpico de Montjuic se levantaba en pie el 8 de agosto de 1992 en Barcelona. Lo había hecho. Vio el hueco en la calle uno. Se coló por el interior para ser el primero. Cambió de ritmo en la contracurva final y apretó los dientes. Entrevistamos a Fermín Cacho.

Hace 31 años, mientras el resto de los mortales seguíamos su gesta de los 1.500 por una televisión de tubo, él ya sabía que lo iba a hacer. “A falta de 200 metros cuando se abre el keniata Chesire, vi el hueco y pensé ‘Fermín hasta que las piernas te aguanten’”, nos relata. Durante los últimos 12,1 segundos supersónicos el soriano miraba constantemente para atrás a sus compañeros y rivales. “Siempre ha sido una manía”, confiesa. Frente a la recta tenía una pantalla. Pero, aunque mires para atrás las piernas van para delante. Y cuando pasé el pódium ya sabía que me iba a subir a él con un oro.”

Cruzó la meta con un tiempo de 3.40.12. Nos confiesa que cuando le ponían la medalla y durante el minuto y medio que sonaba el himno de España pensaba en su recorrido deportivo durante los últimos seis años. “Retrocedí a octubre del 86 cuando se designó a Barcelona como sede y recordé los años de preparación en los que fui quinto en el Mundial del 91 y pódium en el campeonato de España”.

En el palmarés de Cacho se suceden los récords absolutos y medallas. También reconocimientos como mejor atleta español de los años 1991, 1992, 1996 y 1997 según la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) o mejor atleta español de la historia designado por la International Amateur Athletic Federation- Federación Internacional de Atletismo Amateur (IAAF) en 1998. También Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo, otorgada por el Consejo Superior de Deportes en 1994.

El explosivo Fermín Cacho marcó 3:28.95 en 1997 en Zúrich, récord de Europa hasta 2013 y de España hasta julio de 2021. Fue récord europeo en la prueba reina del atletismo durante 16 años con esta marca y récord en España durante 44. Hoy dice que siente alegría porque sus marcas se superen: “Es ley de vida. Había un récord. Yo lo batí y para eso están. Para ser batidos. Si no, no avanzaríamos. Eso significa que nuestro atletismo avanza y que lucha por medallas”.

Las suyas, confiesa, están en un cajón  “porque las uso mucho y las llevo a conferencias en los colegios o en charlas de autoestima. El esfuerzo, el sacrificio y la constancia contribuyen a conseguir objetivos. ¡Y a veces hasta son tangibles!”, se enorgullece.

Para él ese 8 de agosto de 1992 fue el día más feliz de su vida. ¿Lo sigue siendo, Fermín?, le preguntamos. “La vida va por épocas y por años”, responde. “A nivel deportivo es lo más grande que me ha ocurrido. Ser campeón olímpico en tu país, en España, en atletismo, uno de los deportes más importantes del olimpismo, y en una carrera muy arraigada en los españoles, el 1.500. Personalmente mi boda con Susana y los nacimientos de mis cuatro niñas son los acontecimientos más grandes”.

Su otro reto deportivo en su mejor versión

Cacho sigue teniendo mecha e insiste en destacar otro reto deportivo “porque ganar las olimpiadas es lo más grande que me ha ocurrido, pero pertenece al pasado y el futuro hay que irlo construyendo. “Colgué las zapatillas en el 2003 y justo antes de la pandemia volví a correr. Terminé la maratón de Sevilla”, codo con codo con Abel Antón, su ‘hermano de vida’.

“En los últimos dos kilómetros le decía a Abel que no podía más y me suelta ‘haberlo dicho en el kilómetro uno’. A falta de 20-30 metros me paré a saludar a mi familia y me dice Susana, ‘venga, termina’. Pensé que ya estaba hecho y qué más daba llegar cinco segundos antes o cinco después. La gente que había terminado la maratón volvió a cruzar meta con Abel y conmigo. A nivel deportivo es una de las cosas más grandes que me ha ocurrido”.

¿Por qué vas a correr la Media Maratón de Carabanchel este domingo? “Uno de mis amigos vivía en Carabanchel y cuando llegaba de viaje y tenía que pasar cuatro horas o cinco hasta coger el autobús para Soria lo pasaba paseando por el puente de Toledo, General Ricardos, Puerta Bonita, Vistalegre… He pasado mucho tiempo ahí y lo siento como barrio mío. Era mi lugar de transición entre Zurich y Soria”.

El Fermín Cacho de ahora es un disfrutón que hace las cosas porque quiere, por disfrutar de la gente y de los sitios por donde pasa. “Nunca había pensado que a los 54 iba a estar corriendo una maratón. Corro con sufrimiento, pero libre, sin presión”. Su vida deportiva siempre ha estado muy vinculada a Madrid. Su primer récord de España lo hizo en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid antes del incendio, su primer cross fuera de Soria fue el de Alcobendas y ha participado en La Milla de Madrid en La Castellana y en el parque del Retiro, en una carrera de Bomberos y ha quedado dos veces segundo en la San Silvestre.

El calor del público es otro de los mejores estímulos. “Se van haciendo selfies cuando te faltan las fuerzas para continuar y te dicen que nunca habrían esperado poder correr contigo. Eso te llena de orgullo. El calor y los ánimos de la gente que te ofrece agua y te anima en cada aliento te llegan al corazón”.

Ya es el tercer embajador de la media maratón. En 2021 fue Abel Antón y en 2022 Dani Mateo y todos comparten una cosa. Soria. “Los sorianos tenemos sitios excepcionales para entrenar, disfrutamos lo que hacemos en una ciudad tranquila. Arraigo, lucha, ganas de trabajar, de triunfar, de hacer lo que nos gusta para que se conozca nuestra tierra; Moncayo, Vinuesa, las lagunas negras… Aunque viva en Jaén, sigue haciendo patria chica.

 

 

“Antes hacía trece sesiones de entrenamiento a la semana de lunes a domingo. Solo descansaba los domingos por las tardes. El día a día era entrenar. Ahora corro una vez a la semana y la única condición es disfrutar corriendo. Sentirse popular.  Da igual quedar el número 200 o el 5.000. En la otra versión que te sacasen 40 metros era acabar tercero. En esta no hay diferencia. Solo disfrutar y agradecer”.

Fermín Cacho, el mejor en sus dos versiones. Un campeón dentro y fuera de pista

Hoy, a sus 54 años, vive tranquilamente en Andújar, Jaén, rodeado de mujeres: Susana y sus cuatro hijas Macarena, Patricia, Paola y Daniela. “Hemos conseguido profesionalizar el deporte y llevarlo a un nivel que nada tenemos que envidiar. Necesitamos otros Juegos en España”.

 

 

Fermín Cacho – Campeón Olímpico 1 500 metros Barcelona 1992 – YouTube

CACHO: un sueño de ORO – Formato PODCAST