Javier de Juan nació en Linares (Jaén), el 13 de septiembre de 1958, pero solo por casualidad. “Mi familia es de Madrid, pero mi padre trabajaba como ingeniero de minas allí y me adelanté. Nací en la puerta de la misma mina”, asegura el artista. Linares es el lugar que figura en su DNI, pero su corazón es de Madrid. “Mi barrio es el que está dentro de la M-30″. Dice esto porque su Madrid es el de los clásicos, el de los Austrias y Borbones, el de las Letras.
Figura destacada de la movida madrileña y de la nueva figuración de los años ochenta, De Juan, que estudió arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), ha sido el encargado de ilustrar la campaña gráfica de la séptima edición del festival Flamenco Madrid.
Las imágenes elegidas son dos bailaoras. De pequeño, su abuela le inculcó el arte del flamenco y le hablaba de los mejores lugares para disfrutarlo. “Madrid es la capital del flamenco, tiene el mejor flamenco del mundo”, constata. El motivo por el que las mujeres protagonizan su diseño se basa en el poderío que demuestran las artistas femeninas en los últimos años y “su capacidad de transmitir la vida con fuerza”. Eso es lo que buscaba plasmar en las dos ilustraciones de una colección de nueve que este año son escaparte del certamen.
No hay Botox en el flamenco
La mujer, una constante en la obra del artista, reina en el cartel del festival. Inspirado en los clásicos de la mitología como Minerva, diosa de las Artes, o Venus, de la Belleza, en estos dos diseños refleja la fuerza de las bailarinas y de la propia mujer porque en el flamenco “no hay bellezas de Botox”. Los trajes ajustados “son una exaltación de la forma de mujer” en un escenario dominado por “la tiranía de la publicidad con un paradigma de mujeres casi huesudas. En el mundo real no es ese el tipo de mujer que triunfa”.
De Juan, además, reivindica a las generaciones “más mayores como Sara Baras”, pero también “a las que vienen después” y alega que ningún otro baile aporta a una mujer “primitiva, casi cósmica” como lo hace el flamenco. Amante de los pequeños detalles, la sutiliza del movimiento de las bailaoras impregna las imágenes.
En esta séptima edición del festival Flamenco Madrid, Madrid Destino ha diseñado un nuevo logo que ha sorprendido “gratamente” a De Juan porque rompe la tendencia actual. “Los carteles y diseños los hace el algoritmo y son iguales en Madrid, Chicago o cualquier otro sitio. Son dibujos planos pintados, que están bien pero no tienen fuerza. Lo que pretenden es ilustrar sin molestar y un cartel debe molestar y llamar la atención”. Algo que, en su opinión, logra la nueva imagen del certamen.
Amarillo, rojo, azul, negro y gris
Su legado es extenso y ecléctico, esto último en cuanto a formatos se refiere. Pintor, dibujante, grabador, muralista y, en los últimos años, artista digital, su obra está marcada por la influencia del expresionismo y del diseño alemán de los años treinta, el arte americano de los cincuenta y el grafiti. Sin embargo, en la mayoría de sus piezas hay una gama cromática que se repite. De muy joven le gustaba contemplar los cuadros del pintor neerlandés Piet Mondrian y ahora el amarillo, rojo y azul, acompañados de negro y gris, son parte de su seña de identidad. “Representan lo más básico sin perderse por vericuetos, colores que enseñan el mundo. Me muevo con ellos, pero con matices. Es un mundo infinito”, recuerda.
Su evolución está íntimamente ligada a la evolución de los medios que no solo le han permitido adaptarse a los tiempos sino aprovechar lo que le aportaba cada momento. De Juan señala que su generación es de tres siglos y que su época es todas las épocas que vive. “Fue un privilegio vivir los años 80, con tanta ilusión y libertad. Entonces los materiales eran malos, no tenían calidad y apenas teníamos medios. Veníamos de la Transición y eso nos parecía normal. En los 90, con la entrada del mercado internacional, se pedían otras cosas. Y en el siglo XXI están las nuevas tecnologías, Internet, la Inteligencia Artificial… Ahora lo mismo que plasmo con un lápiz lo hago con una proyección en una fachada. Poca gente vivirá mundos tan diferentes y con intensidad como nosotros”, asegura.
Javier de Juan lleva más de cuatro décadas en el mundo artístico. Su extensa obra se encuentra en colecciones y museos de todo el país como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Colección del Teatro Real de Madrid, la Biblioteca Nacional de España o los museos de Arte Contemporáneo de Madrid y Sevilla, entre otros muchos espacios. Los últimos 15 años los ha dedicado a lo tecnológico. “He invertido mucho y he tenido estupendos resultados. Ahora me cuesta menos y los procesos los tengo hechos”, dice.
De todos los formatos que ha probado (audiovisual, pintura, cine, instalaciones, murales, carteles y obra gráfica) el que más le llena es pintar en grandes superficies, murales de gran tamaño con carboncillo (3×10 metros). Ni su tendinitis cíclica en la muñeca le quita la ilusión de desarrollar estos proyectos. “Estos formatos tienen fuerza y en un mundo tan tecnológico siento placer al mancharme de pintura como un niño. Además, físicamente es muy exigente y todavía lo pudo hacer. Me gustaría dedicarle más tiempo y ya veremos la salida que tiene”.
De Juan se inspira en lo que ve para hacer sus creaciones, es su “gasolina para dibujar y pintar”. Esa capacidad de observación y de mostrar la fuerza de la vida le han valido premios como el Nacional MGEC de Marbella, el Nacional de Grabado en 1995 y el Pop Eye a su trayectoria en las artes visuales en el año 2017.
Puedes consultar la página web de Javier de Juan en este enlace.
Toda la programación del festival está disponible en este enlace.
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