*León Benavente (Foto: Cecilia Álvarez Hevia)
Apenas seis días después de salir a la venta, las entradas del concierto de Reyes del 5 de enero a las 12:00 h, que organiza tradicionalmente el Ayuntamiento de Madrid en el Teatro Real, estaban agotadas. León Benavente protagoniza junto a la Banda Sinfónica Municipal de Madrid (BSMM), dirigida por el maestro Jan Cober, el concierto benéfico de este año cuya recaudación se destina de nuevo al Banco de Alimentos de Madrid. Detrás de León Benavente están Abraham Boba, César Verdú, Edu Baos y Luis Rodríguez, con quien charlamos de la banda, sus conciertos y de su Madrid más musical.
“Nuestra música es el resultado de la unión de cuatro personalidades muy distintas pero que confluyen en un sitio común”, explica Luis. “Somos una banda de rock con tintes de electrónica y otras cosas, que damos mucha importancia a las letras. Es difícil de definir, pero es una música bastante honesta, un rock con el que intentamos no repetirnos, movernos y sorprender”.
Todo el mundo coincide desde que pisaron un escenario en que sus directos son de lo mejor del panorama español, musicalmente impecables, con letras que conectan con el público y una cuidada puesta en escena. Quizá tienen que ver los muchos conciertos que llevaban tras de sí como músicos de Nacho Vegas -donde se conocieron y surgió la chispa para crear banda propia- y los diez años que llevan funcionando que ya han dado cuatro discos como fruto.
“Desde el principio tuvimos la suerte de poder tocar. Nos gusta mucho el directo y en los escenarios es donde más cómodos estamos. Tocar tanto tiempo juntos hace que nos conozcamos mejor y la parte técnica se vaya afinando cada vez más”, explica. “Somos un grupo bastante meticuloso. Los conciertos comenzaron siendo muy enérgicos y con participación del público y luego, además, fuimos apostando por los detalles y la puesta en escena. Buscamos que sea un espectáculo que tenga un sentido, con una escenografía coherente, una programación de luces… Eso implica tiempo y trabajo, pero es como nos gusta hacer las cosas”.
Y disponer de César y Edu, que además de músicos, son técnicos de sonido, les permite tener más control sobre esos detalles, añade. En cuanto a la forma de componer, “Abraham se encarga de las letras, la parte lírica y, en general, somos una banda bastante democrática donde todos participamos de todo”.
El Madrid musical de León Benavente
Boba, que es la voz de la banda y toca piano y teclados, es vigués. Edu toca sintetizadores, bajo y guitarra y es zaragozano. Luis, que toca indistintamente bajo y guitarra es asturiano y César, a los mandos de batería y cajas de ritmos, es murciano. Actualmente, viven en Madrid, Luis y César, pero también Abraham y Edu han vivido mucho tiempo en la capital. “La banda está muy vinculada a Madrid. Para cualquiera que se dedique a la música, Madrid es clave”, afirma Luis.
“La primera vez que los cuatro tocamos una nota juntos fue en Matadero”. León Benavente había conseguido una residencia artística y el antiguo complejo industrial municipal de principios de siglo XX fue donde grabaron su primer disco a final de 2012.
Todavía no podían imaginar que muchas de las canciones de este primer trabajo –Ánimo, valiente, Estado provisional o Ser brigada, entre otras- les conducirían hacia un ascenso meteórico, a una intensa gira por la península y también a cruzar el charco hasta México. En Madrid, la puesta de largo del disco debut León Benavente -con el mismo nombre que la banda- fue en junio de 2013 con lleno en el histórico Teatro Lara (1879) de la Corredera Baja de San Pablo. “Tocar allí fue muy guay”, apunta Luis.
Llenar salas reconocidas del circuito madrileño de rock y encabezar carteles de festivales se fue convirtiendo en algo habitual. “Recuerdo con bastante emoción cuando hicimos dos conciertos en Joy Eslava. Yo pensaba… pero qué está pasando aquí”. León Benavente llenó el mítico teatro Eslava (1871) de la calle Arenal dos veces consecutivas en la misma semana en diciembre de 2014.
Y no ha sido la única vez que doblaron concierto. Ya con su segundo disco, titulado 2, se agotaron entradas en tiempo récord en el Ocho y Medio Club de la calle de Barceló y finalmente hubo un segundo concierto en diciembre de 2016. “Es un sitio donde todo el mundo toca y era importante estar ahí”, recuerda.
Un tercer doblete tuvo lugar en La Riviera, sala icónica de la noche madrileña cercana al Puente de Segovia. Esta vez fue con motivo del tercer álbum Vamos a volvernos locos –con grandes canciones como Cuatro monos, La canción del daño o Ayer salí-. Llenaron dos noches seguidas en noviembre de 2019.
“Analizando las salas, es verdad que vas viendo el crecimiento del grupo”, dice Luis y matiza, “sin querer ser nostálgicos porque tenemos una canción que es Di no a la nostalgia, pero no está mal echar la vista atrás de vez en cuando”.
También actuaron en la primera edición del festival Tomavistas, en 2014 en el Hipódromo de la Zarzuela, y repitieron en la multitudinaria edición 2017, ya como banda consolidada, en el Parque Enrique Tierno Galván. “Lo recuerdo muy bien porque además invitamos a Las Odio, con quien hay muy buena relación, a que saliesen al final del concierto”, apunta.
Y “un concierto muy emotivo, increíble y mágico fue el de las Noches del Botánico, por el ambiente de verano y la respuesta de la gente…”. Fue el pasado junio en el entorno natural del Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid.
Antes, dentro del Inverfest, en febrero de 2022, León Benavente había pasado por otro espacio emblemático, el Circo Price, construido en una antigua fábrica de galletas de Ronda de Atocha de la que se ha conservado la fachada neomudéjar. “El Circo Price lo recordamos por varias cosas. Fue de los primeros conciertos de esta gira y también fue donde dimos el último concierto como banda de Nacho Vegas en su momento”.
Luis lo tiene claro, “Madrid está lleno de sitios increíbles”.
Como el edificio Torres Blancas (1968) que se alza al inicio de la avenida de América, otro punto mágico “sin lugar a dudas” del Madrid musical de León Benavente, imagen de su último álbum, Era, y escenario de los videoclips de Líbrame del mal, Di no a la nostalgia y Canciones para no dormir. “Es un edificio impresionante exteriormente y también en su interior, las habitaciones. Se eligió porque tenía una coherencia con el disco, y un punto muy bonito de decadencia y a la vez elegancia. La experiencia allí fue increíble”. Luis destaca el inicio del videoclip Líbrame del mal, “en la terraza, en la hora mágica, con la luna y el sol poniéndose, el sitio es flipante”.
También espectacular es el Círculo de Bellas Artes donde se grabó el videoclip de Como la piedra que flota, canción del álbum Vamos a volvernos locos. “Toda la parte de vídeo nos la hace una asturiana, como yo, Sara Condado, en la que confiamos muchísimo. Y toda esta coherencia y estética son propuestas que vienen de ella. Conoce muy bien la banda y eso agiliza la grabación de un videoclip”.
En otro orden, Luis menciona La Taberna Mozárabe, junto a San Bernardino, una calle donde por esas cosas del destino habían acabado siendo vecinos Abraham y él, detrás de la plaza de España. “Todavía éramos músicos de la banda de Nacho Vegas. Creo que la taberna fue nuestro punto de encuentro, nuestro Cheers [serie de televisión ambientada en un bar], un sitio pequeñito donde siempre te ponen una tapa con la caña y tienen una tortilla de patata buenísima”. Y recuerda también que, “como tradición”, cuando daban concierto en la Joy Eslava, iban a comer cocido madrileño a La Bola. “De Madrid, me gusta casi todo”.
Se nos quedan por comentar la mítica sala El Sol, los llenos en la plaza de Callao el Día de la Música 2017 y en el patio Nouvel del Museo Reina Sofía el Día Internacional de los Museos 2018, el Teatro Pavón… Sitios donde los potentes y efectistas directos de León Benavente han conquistado a un entregado público.
Concierto de Reyes en el Teatro Real
El año comienza celebrando su décimo aniversario con concierto en el Teatro Real, gran referente de la escena artística internacional inaugurado en 1850, que se suma al viaje por el Madrid musical de León Benavente en lugar destacado.
“Es un gran regalo porque nos gusta mucho probar cosas nuevas, incluso en la composición, y esto es algo que no habíamos hecho nunca. Estamos muy emocionados y agradecidos”, dice Luis. “Es una suerte enorme poder tocar ahí y con esa cantidad de músicos”. La otra cara de la moneda es que “impresiona”, dice, “pero, como nos van los retos, creo que vamos a hacerlo bien y disfrutar mucho”.
Del repertorio para el concierto de Reyes, poco se puede desvelar. “Abraham eligió las canciones y no hubo mucho debate porque solemos tener una visión parecida”, asegura. “Pero son cosas que llevan tiempo y trabajo, como preparar un vinilo o el repertorio de una gira. El orden de las canciones y el estilo que le vas a poner, hay que tenerlo en cuenta. Y por parte de la Banda Sinfónica Municipal y del maestro Jan Cober, total disponibilidad. Estamos muy contentos”.
La BSMM, fundada en 1909, tiene la consideración de gran banda sinfónica, además de por su número de intérpretes, por ser una agrupación musical compuesta por instrumentos de viento y percusión que se complementan con instrumentos de cuerda grave. A la banda municipal se sumará toda la artillería musical de León Benavente.
“Increíble”. Así es como León Benavente se imagina el concierto. Antes de los ensayos generales, ya en la primera lectura de los arreglos, “esa primera aproximación, fue impactante”, cuenta Luis. Y solo con oír la parte de la Sinfónica, “en mi cabeza sonaba lo que tocábamos nosotros y fue muy emocionante”.
Un 2023 para celebrar
De aquel León Benavente que presentó su primer álbum en 2013, “queda la ilusión por hacer música y por sorprenderte, por investigar y probar cosas que nadie haya testado”, asegura Luis. “¿Qué se mantiene? La amistad entre los cuatro, somos como una familia, somos hermanos y eso hace que todo este viaje y lo que venga se afronte de otra forma. Y también queda que hemos ganado mucha sabiduría y más experiencia y eso, para un grupo de música, es vital.”
El viaje de León Benavente continúa en 2023 y todo indica que será un año para celebrar la música y seguir sorprendiendo.