Francesco Bongiorni. Foto: Ilaria Della Rocca
Nochebuena de 2021. Los madrileños celebran la Navidad a pesar de las restricciones que aún impone desafiante la pandemia. Son las 21:30 h. y unos con más abundancia que otros en sus platos, compartimos este momento al calor que ofrece la compañía de nuestros seres queridos. Pero hay una pareja que ha cenado muy pronto, casi merendado, y que se dispone a realizar un experimento que los llevará a ver Madrid como nunca habían imaginado. Recorren la ciudad en un coche sin rumbo fijo para disfrutar de una maravillosa soledad que les permite deleitarse con un Madrid solo para ellos. Su paseo en cuatro ruedas les dirige hasta la Puerta de Alcalá. No saben que ese símbolo un año más tarde centrará la ilustración de la Navidad de Madrid. Y que el encargado de hacerlo será uno de ellos. Se llama Francesco Bongiorni. Esta es su historia y la de su cartel.
“Lo que quería representar es mi agradecimiento a Madrid. Ha sido un gran honor el hecho de que Madrid me haya llamado para hacer este cartel, es un encargo muy especial” nos dice Francesco cuando habla de su ilustración que ahora ya es de todos los madrileños. Reconoce que ha trabajado con clientes muy importantes, pero esto es “algo muy mío” y no esconde que le hizo mucha ilusión la llamada.
Bongiorni, distinguido este año con la Medalla de Oro de la Society of Illustrators de Nueva York, y su mujer son italianos y siempre pasan las navidades en su país. Pero el año pasado sus familiares enfermaron de COVID, eso les impidió celebrarlo con ellos, y tuvieron que quedarse en Madrid, donde viven desde 2008. Vivieron una Nochebuena diferente los dos solos y pensaron cómo sería “tener Madrid a nuestra disposición porque no había nadie, era una atmósfera mágica”. Cuando casi un año después le encargaron plasmar la Navidad en un dibujo, imaginó una familia de madrileños contemplando lo que él mismo vio aquella Nochebuena y lo trasladó al cartel que ya conocemos.
Algunos de los trabajos de Bongiorni
Le preguntamos a Bongiorni a qué se habría dedicado de no ser ilustrador profesional y confiesa que tal vez habría sido escritor, no es extraño escucharle decir eso, pues afirma que “más que dibujar me gusta contar cosas (…) adoro contar historias con mis dibujos”.
Con una trayectoria plagada de premios y reconocimientos, su historia tiene momentos tan excepcionales como que, con tan solo 21 años, comenzó a colaborar con el prestigioso diario New York Times. Afirma que hace algún tiempo podría haber definido su propio estilo como “conceptual” pero que ahora no sabría definirlo exactamente, ya que en los últimos años ha optado por una vertiente más evocativa. Se muestra apasionado por todos aquellos lugares que encierran misterios. Tal vez por ello, dice que un lugar en el que se siente inspirado es la ermita de San Antonio de la Florida donde está enterrado Goya. “Es especialmente bonito. No es tan turístico. Pero llegas allí y es un lugar silencioso en pleno Madrid con coches que pasan a cinco metros”, que además tiene una parte de misterio por su leyenda sobre los restos de Goya.
Confiesa que los premios le llenan de emoción y que él sigue presentándose a concursos porque es una manera de exponer su trabajo, de poder intercambiar información con ilustradores famosos a los que admira, y porque generan en muchas ocasiones otros encargos, es el caso por ejemplo del trabajo que realizó para Paradores.
Tiene muchos favoritos, pero elige al canadiense Pete Diamonds como ilustrador internacional y a Sonia Pulido como referente en nuestro país. Cree que las nuevas tecnologías han posibilitado que puedas trabajar en todo el mundo, si bien las redes sociales “no me gustan mucho porque a veces cuando el objetivo es tener más seguidores y más ‘likes’ se puede penalizar la calidad” afirma.
Según cuenta su página personal, este milanés habla y trabaja en tres idiomas (italiano, inglés y español) y cuenta con una formación heterogénea que incluye estudios de Grabado, Serigrafía, Cómic y Pintura en la Academia de Bellas Artes N.A.B.A. de Milán, la Universidad de Bellas Artes de Salamanca y el IED de Milán. Francesco colabora regularmente con The New York Times, AC Milan, Air France, The Guardian, Washington Post, The Wall Street Journal y Le Monde.
Trabajos de Bongiorni relacionados con la nieve
Madrileño del barrio de Las Letras
Como madrileño ya con todos los derechos, – escoge Madrid entre la difícil comparación con Milán, su ciudad natal – tiene una zona que considera ‘su barrio’. Se trata del barrio de Las Letras, donde conoce a sus comerciantes, habla con sus vecinos… y donde descubrió el cocido y el desayuno de pan con tomate, que le apasiona. Su segunda referencia es Legazpi y Arganzuela que conoce bien por su afición a caminar. “Mi trabajo es solitario, por eso todos los días salgo a dar un largo paseo por el parque de Tierno Galván y el Fluvial del Manzanares”.
Su lugar de trabajo encierra otra de sus curiosidades. “Mi estudio es un lugar pequeñito con muchos objetos, entre ellos macetas de guindillas. Me gusta mezclar las guindillas y ver lo que pasa”, refiere al hablar de su afición por esta curiosa polinización casera. Entre esas cosas también encontramos obras de compañeros suyos que ha conocido a lo largo de su formación en varios lugares, entre ellos Salamanca, y otros pequeños cuadros anónimos que compra en subastas, atraído por ese el misterio de imaginar quién habrá pintado esas obras. “A veces siento cierta pena de saber que han acabado vendidos por apenas 20 euros”.
Su portfolio es muy variado, desde editoriales para revistas y periódicos, hasta etiquetas con mucho humor para latas de cerveza. Ha realizado formatos gigantes, pero también sellos como el que hizo para el Vaticano, portadas de libros o publicidad, entre otros. Muchos de estos trabajos pueden verse en su cuenta de Instagram.
El Madrid de Francesco Buongorni en breve
Un lugar imprescindible de Madrid: la plaza de Santa Ana y el mercado de Antón Martín
Algo pendiente que hacer en Madrid: Me gustan los lugares altos. Tengo pendiente subir al Monumento del Lago del parque de El Retiro
Una comida: el cocido y la barrita con tomate para desayunar
Algo que no te gusta de la capital: Que la gente es muy ruidosa en los restaurantes, más que los italianos
Dónde llevarías a un turista que viene por primera vez a Madrid: A la plaza de Santa Ana y la calle del León
Un ilustrador que admiras: Sonia Pulido en España y Pete Diamonds (Canadá)
Una canción mientras trabajas: Days like this, de Van Morrison
Un símbolo de Madrid: la gente en la calle
Papá Noel o los Reyes Magos: Papá Noel
Qué te gusta de la Navidad en Madrid: Pasear por el barrio de Las Letras
Un cartel de una película: ‘Vértigo’
Madrid o Milán: Madrid. Cuando estoy en Milán me siento madrileño, cuando estoy en Madrid me siento milanés, pero para vivir elijo Madrid
Si no fuera ilustrador sería… : escritor, pero no sé si habría tenido el talento necesario.
Por si aún no conoces el cartel, éste muestra una escena en la que una familia disfruta de la decoración navideña al pie de la Puerta de Alcalá con diferentes motivos navideños. Como nuestro protagonista gusta de misterios, ahí van otros dos descubrimientos sobre el origen de su cartel. Los personajes que aparecen son fruto de una serie de fotografías que realizó personalmente durante varias jornadas en la Puerta de Alcalá. “Algunos proyectos me los tomo tan en serio que requieren de una energía extra”, como es el caso de éste, reconoce. “Quería representar madrileños reales”, así que tal vez alguien en estas fiestas se reconozca en su obra. El otro misterio por desvelar es el niño que aparece, “vamos a tener un hijo en enero (…) creo que en la esperanza de que todo salga bien…” afirma sentirse cercano a todo lo que tenga que ver con la infancia.
Así que cuando esta Navidad salgas a la calle y veas el cartel de este joven, pero prolífico ilustrador internacional, recuerda que ‘Tu navidad está en Madrid’ y piensa que hay un poco de cada madrileño en su cartel.