Desde su invención hasta hoy, el cartel publicitario ha consolidado su valor comunicativo a la vez que ha ido ampliando el horizonte de sus posibilidades artísticas. Esta doble función, informativa y estética, le ha llevado a ocupar un lugar privilegiado en el mundo de las artes gráficas. Hasta el 31 de julio se puede visitar en Madrid la exposición ‘Madrid, capital cultural’ con un centenar de piezas y una ‘joya’ del cartelismo, firmada por Benlliure, no publicada hasta la fecha.

Cartel Exposición "Madrid, capital cultural"
Cartel de la exposición

Te invitamos a un viaje de casi un siglo por Madrid a través de los carteles que anunciaban lo que se ‘cocía’ en la ciudad: ferias, como la del Libro; exposiciones, con un catálogo inabarcable que va desde la Internacional de 1893 hasta filatélicas o la del Juguete Náutico que se celebró en 1936; estrenos de espectáculos o películas como El Verdugo o aquellas cabriolas sobre hielo de los famosos Holliday On Ice. Y alguna joya, como el cartel que firmó Mariano Benlliure en 1899 para anunciar el estreno en el Teatro Real de La Walkiria, de Wagner.

Noventa años –de 1870 a 1960- que reflejan, a través de las artes gráficas, cómo ha cambiado el ocio y la cultura de la ciudad. Porque cartel publicitario, además de servir a la difusión informativa, es también un medio de expresión artística, reflejo de los usos y costumbres sociales, así como de las diferentes corrientes e inquietudes artísticas. Su evolución está ligada al descubrimiento de técnicas de reproducción de la imagen (imprenta, xilografía y litografía), que le han convertido en un formato imprescindible en publicidad, empleado para presentar acontecimientos y/o productos de cierta notoriedad, dotándole de una enorme relevancia a partir del siglo XIX y XX hasta la actualidad. El papel sigue siendo el soporte por excelencia, pero, paulatinamente, han ido apareciendo nuevas técnicas de reproducción hasta llegar a las últimas y más sofisticadas técnicas publicitarias, propias de la era digital.

De hecho, en la actualidad, el cartel publicitario mantiene su protagonismo en el escenario esencialmente digital que habitamos, donde los impactos que recibimos a diario en forma de imágenes, vídeos, noticias, etcétera, son incontables y la necesidad de captar nuestra atención es primordial.

Un recorrido por carteles madrileños (1870-1960)

Del gran valor comunicativo y artístico del cartel publicitario se da muestra en la exposición ‘Madrid, capital cultural’ que se puede ver hasta el próximo 31 de julio en la Sala Sur del Centro Cultural Conde Duque en Madrid. Se trata de un centenar de piezas realizadas entre los años 1870 y 1960 y que reflejan un Madrid que «se encontraba ante el reto de convertirse en una gran metrópolis a imagen y semejanza de sus vecinas europeas y es aquí donde la cultura emerge para buscar la ocupación del tiempo libre», explica Ángela Suau, comisaria de la muestra y CEO de La Retrografía, entidad que gestiona los fondos de la Colección Carlos Velasco de los que forman parte los carteles expuestos.

Desde su aparición, los carteles han ido evolucionando hasta convertirse en una poderosa herramienta de difusión que tiene, al mismo tiempo, múltiples posibilidades artísticas y que son reflejo, por otra parte, de los usos y costumbres de los diferentes contextos sociales. Las piezas que conforman la exposición, de hecho, permiten conocer y reconocer un momento histórico puntual del ocio y la cultura madrileña en cinco grandes sectores: ferias, congresos y concursos; exposiciones; espectáculos; deportes y fiestas. Un período, el del último tercio del siglo XIX, en el que una incipiente clase media impulsaba el nacimiento y desarrollo de un nuevo motor económico, el de la cultura, que ofrecía, además, posibilidades de entretenimiento y distracción a los madrileños de entonces.

Así se puede observar en las piezas que componen la muestra. Entre ellas, clásicos como la Feria del Libro, con carteles de sus ediciones de 1944 y 1947 o algunas del siglo XIX como la obra de Grasset para la exposición internacional de Madrid de 1893 o ‘La Walkiria, de 1899, una de las pocas obras de Mariano Benlliure en el cartelismo y que se expone por primera vez. El cartel se realizó para el estreno en España de la ópera de Richard Wagner en el Teatro Real de Madrid, el 16 de enero de 1899, y es el único original reconocido del artista en el campo del cartelismo. También se exponen carteles de los tradicionales San Isidro o de los carnavales.

Visitas guiadas

Los miércoles 6, 13 y 20 de este mes, 19:00 h puedes además hacer una visita guiada para la que no es necesaria la inscripción previa. El punto de encuentro será el vestíbulo de la sala, donde se podrá retirar la invitación desde 10 minutos antes de comenzar la visita. El aforo máximo será de 15 personas. Por otra parte, las visitas en grupo con guía propia tienen un aforo de 20 personas. Es recomendable escribir previamente al correo: cdinfoexposiciones@madrid.es

La historia del cartelismo discurre en paralelo a tendencias, ciclos y modas artísticas como el modernismo, muy popular en España, u otras corrientes como el surrealismo, el pop-art o el hiperrealismo. Una estrecha convivencia con el arte en mayúsculas que le ha permitido alcanzar una posición privilegiada en el mundo de las artes gráficas y llenar, para deleite de nuestros ojos, calles, plazas, marquesinas, edificios, vallas, fachadas, autobuses, banners… y, hasta el 31 de julio, el Centro Cultural Conde Duque.

En este enlace, puedes descargar el programa de la exposición «Madrid, capital cultural».