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Sólo te nutre tu vívida esencia.
Duermes al borde del hoyo y la espada.
Eres mi casa, Madrid: mi existencia,
¡qué atravesada!”
Así termina uno de los poemas que el gran poeta de la Generación del 98 dedicó a Madrid. Versos de Antonio Machado inspirados en nuestra ciudad que en este mes de noviembre acoge en sus bibliotecas varias actividades dedicadas al autor. Su figura ha adquirido, si cabe, más relevancia este año en nuestra ciudad, porque la capital preside desde junio la Red de Ciudades Machadianas integrada por Baeza, Barcelona, Collioure, Rocafort, Segovia, Sevilla y Soria, además de Madrid.
Si te apasiona la figura de este poeta, o por el contrario no conoces mucho de él, tienes una oportunidad para descubrir todo lo que no sabías de su obra y su vida. Se trata de actividades que se celebrarán en las bibliotecas públicas Iván de Vargas y Víctor Espinós. ¡Apúntalas tu agenda como imprescindibles de noviembre!
‘Hoy es siempre todavía’. Un encuentro en torno a la figura de Antonio Machado a través de sus poemas, su vida, sus familiares, sus amores y sus misterios. Un recital de grandes versos machadianos y una reflexión sobre los orígenes y herencias de uno de los grandes poetas de nuestras letras. Álvaro Tato será la voz en este recital que presentará Emilio del Río hoy jueves 18 de noviembre a las 19:00 h en la Biblioteca Iván de Vargas.
Concierto ‘Canciones Machadianas’. Un concierto pone el broche final a este ciclo de actividades. Voz y piano en el que se interpretarán canciones escritas por distintos compositores españoles inspiradas en la obra de Antonio Machado. Aurelio Viribay deslizará los dedos acompañando a alumnos de la Escuela Superior de Canto de Madrid en la Biblioteca Musical Víctor Espinós, el 25 de noviembre a las 19:00h.
No esperes más e inscríbete para garantizar tu plaza a través del mail bibliomusical@madrid.es y sumérgete en la poesía de este emblemático autor de la Generación del 98.
Madrid para Machado
Tres décadas intensas que arrancan desde finales de la infancia -llegó con ocho años- nutren la relación entre Madrid y el poeta. Aquí vivió en más de una decena de domicilios y aquí escribió buena parte de su amplio poemario y obra en general. La literatura no garantizaba la subsistencia, por lo que impartió clases en varios centros de enseñanza de la ciudad.
Amante de las tertulias y los cafés literarios, Machado cultivó en Madrid amistades como Pío Baroja, Rubén Darío, Federico García Lorca o toda la galería de personalidades de las artes y las ciencias que se movían en torno a la Institución Libre de Enseñanza.
Cuando la docencia le llevó a otras ciudades, siempre volvía a ese Madrid en el que se sentía tan libre. Hasta el punto de que, según cuentan sus biógrafos, se resistía a abandonarlo durante los primeros meses de la guerra civil y fue necesario que la Alianza de Intelectuales insistiera para convencerle. Al final, aceptó con la condición de que toda su familia le acompañara. Murió lejos, en Collioure, un pueblecito francés pegado al Mediterráneo, un mes después cruzar la frontera rumbo al exilio (1939). Cinco días más tarde fallecería Ana Ruiz, su madre, y juntos reposan en un nicho cedido por una habitante del pueblo.
Su huella sigue en la memoria y en el corazón de Madrid, que en 2009 se adhirió a la creación de la Red de Ciudades Machadianas (RCM), una asociación sin ánimo de lucro en la que pueden integrarse todos los municipios que tengan vínculos señalados con la vida o con la obra del poeta.