Ingeniero, urbanista, político, geómetra, periodista… si hay una figura polifacética en el panorama español del siglo XIX, de mente privilegiada y adelantado a su época, ese es Arturo Soria, creador de La Ciudad Lineal. Este concepto de vida innovador y sostenible sigue vigente, más de un siglo después, en muchas ciudades del mundo.
La arteria principal del distrito define su concepto de urbanismo racional moderno basado en el planteamiento de infraestructuras, la mejora de la calidad de vida, el transporte colectivo y el medio ambiente. Él mismo lo definía así: ’Ruralizar la vida urbana, urbanizar el campo. Este es el problema cuya solución por hoy es la Ciudad Lineal’.
Arturo Soria, persona inquieta e inspiradora, fundó en 1894 la Compañía Madrileña de Urbanizaciones (CMU) para hacer realidad su sueño urbanístico. A lo largo de un eje de comunicación proyectó la construcción de viviendas unifamiliares higiénicas para todas las clases sociales, dotadas de todas las comodidades del momento, huerta y jardín, el antagonismo al centro de las ciudades radiales, donde primaba el hacinamiento, la falta de higiene y la especulación. ‘Una sola calle de 500 metros de anchura y la longitud que fuere necesario, tal será la ciudad del porvenir’, precisaba Arturo Soria.
Aún se conservan algunos de aquellos hoteles emblemáticos como Villa Rubín, en la manzana 90, que fue residencia de Arturo Soria desde 1908. Este singular edificio que ha sobrevivido al paso del tiempo constaba de 15 habitaciones distribuidas en 3 plantas independientes que se comunicaban por una escalera interior; Villa Hispana, Villa Rosario, actualmente Oficina de Turismo o la antigua Villa Sotera, hoy sede de la Fundación Psicoballet Maite León. Ejemplos de viviendas destinadas a la clase obrera las podemos encontrar en la calle del Arzobispo Cos, 3 y 5.
Pero esta calle también nos brinda ejemplares de árboles centenarios plantados por maestros y escolares en las Fiestas del Árbol impulsadas por la CMU de Arturo Soria.
Ideas innovadoras vigentes hoy
Nos dejó 5,3 kilómetros construidos de los 48 proyectados, lo que correspondía a la primera barriada de la Ciudad Lineal y que hoy concuerda prácticamente con el trazado de calle que lleva su nombre desde 1905. Pretendía enlazar los pueblos de Madrid con el ferrocarril -Tranvía de Circunvalación-, desde Fuencarral hasta Pozuelo de Alarcón, lo que habría sido un gran avance en la movilidad de personas y el transporte de mercancías en Madrid. También nos legó la primera revista mundial dedicada al urbanismo como ciencia, fundada en mayo de 1897, una época donde las revistas especializadas ocupaban un papel destacado para la transmisión de conocimientos científicos.
Sus aportaciones trascendieron fuera de España y en la actualidad continúan siendo fuente de inspiración de proyectos innovadores: ciudades amables y habitables conectadas con la naturaleza, que aporten soluciones a la movilidad, promoviendo transportes no contaminantes, previsoras en su desarrollo industrial y empresarial o resolviendo problemas como la despoblación rural. Por tanto, se puede considerar a Arturo Soria como el precursor de las ciudades del porvenir, tal y como se recoge en el objetivo 11 de la Agenda 2030, ‘Ciudades y comunidades sostenibles’.
Este año, cuando se ha cumplido el centenario de su muerte en 2020, la ciudad de Madrid ha rendido homenaje a Arturo Soria nombrándole Hijo Predilecto para poner en valor el legado que nos dejó hace un siglo, hoy, seña de identidad de este distrito madrileño.