Cuando todavía llegan los ecos de la fiesta del cine español, los Goya, hacemos un repaso sobre algunos de los escenarios madrileños favoritos de los cineastas ya que esta ciudad como escenario de rodajes tiene, ha tenido y tendrá siempre un gran impacto visual y artístico. Por ende, también económico. La pandemia ha abierto un lapsus en nuestras vidas y los rodajes no han sido una excepción. Pero los datos hasta el inicio de la alerta sanitaria nos dan un hálito de esperanza para cuando todos recuperemos la ansiada normalidad.
La lista de películas españolas y de otros países que han elegido Madrid como plató es muy larga. No cabe aquí. Pero no hay que ser muy cinéfilo para recordar algunos de los paisajes, calles, plazas o edificios transformados en iconos por la magia del celuloide. O ahora, también por el hechizo de lo digital.
Los datos avalan este enamoramiento cinematográfico. En 2019, se tramitaron 11.760 solicitudes de rodaje en la vía pública. A las peticiones de plataformas y cadenas nacionales como Movistar+, RTVE, Atresmedia y Mediaset, hay que añadir a las internacionales: Netflix, Amazon Prime, HBO y Viacom International Studios. Sin olvidarse de Mediapro Studio y su apuesta por la producción internacional de contenidos.
Cámaras, maquilladores, directores de fotografía, actores y actrices, meritorios y directores de cine, poblaron las arterias de la ciudad. Sesenta y seis series, 35 largometrajes, 401 anuncios publicitarios y 64 reportajes iluminaron con sus focos a Madrid en 2019.
Una Gran Vía de cine
En la retina de los espectadores, una céntrica calle, la Gran Vía vacía, quedará para siempre asociada al trémulo caminar de Eduardo Noriega en Abre los ojos, de Alejandro Amenábar. El crack uno y El crack dos, las películas de género negro dirigidas por José Luis Garci e interpretadas por Alfredo Landa, no se entenderían sin su partenaire: la Gran Vía madrileña.
Y quién olvida, otra vez en la Gran Vía, a Santiago Segura, Álex Angulo y Armando de Razza colgados del emblemático anuncio en el edifico Capitol, conocido como Carrión, en El día de la bestia, de Álex de la Iglesia. Sin salirse de este filme, la potente imagen de las Torres Kio en construcción, en la plaza de Castilla, está vinculada al nacimiento del anticristo, que propone, cómo no, Álex de la Iglesia.
Uno de los más internacionales directores de la cartelera española, Pedro Almodóvar, ha regalado a los ojos de todo el mundo una Plaza Mayor inmarcesible. Sin gente y de noche, este céntrico enclave madrileño emerge con gran misterio en La flor de mi secreto. A continuación, rapta la mirada del espectador y la vemos transformada en una pista de baile para los pies del actor Juan Echanove.
Un tanto más lejos del kilómetro cero, el celuloide español ha deparado un desenlace imperecedero en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, de Almodóvar. La estampa de Carmen Mura de espaldas a los bloques de viviendas que se alzan junto a la M-30, en el popular barrio de La Concepción, sirven para reconciliarnos con ese final.
‘21 películas para 21 distritos’
Aunque Centro es el distrito más apetecible para rodar, con un 34,8 % de las solicitudes, no se quedan atrás Retiro (12,2 %), Moncloa-Aravaca (7,4 %), Salamanca (6,5 %) y Chamberí (5,8 %).
La pasión de Madrid por el cine y viceversa se puede consultar en la guía ’21 películas para 21 distritos’, elaborada por Ciudad Madrid Film Office. Su contenido es un camino de alfombra roja por los distritos madrileños a través de los films rodados en ellos, en diferentes épocas. Es un viaje de película que cada quien puede aderezar según su gusto cinematográfico, geográfico o temporal. Se puede consultar aquí.
En esta guía van desfilando itinerarios para adentrarse de nuevo en El pisito, de Marco Ferreri (1958), o en las tramas de Asignatura pendiente, de José Luis Garci (1977), en Retiro. Propone también alcanzar los rincones de Villaverde y atisbar las escenas de Princesas, de Fernando León de Aranoa (2005), con un Madrid más contemporáneo.
Matt Damon, en la estación de Atocha
Inolvidable para los afines al género policiaco se sitúa la presencia de Matt Damon emergiendo de la estación de Atocha, con toda su persona metida en el gran espía cinematográfico, Jason Bourne. Fue en El ultimátum de Bourne, de Paul Greengrass.
El filme Los fantasmas de Goya, de Milos Forman, con Javier Bardem, se dan cita en los jardines de El Retiro. Otro ejemplo, el del personaje al margen de la ley que interpreta Isaach De Bankolé en Los límites del control, de Jim Jarmusch, aterrizando en la T4 del Aeropuerto de Barajas
En la memoria de los adeptos a los grandes melodramas figura el Museo del Ferrocaril, en el paseo de las Delicias, 61, toda una estación moscovita de primeros del siglo XX en la mítica producción de David Lean, Doctor Zhivago.