*Imagen de la serie Arde Madrid (c) Miguel Zaragoza/Movistar+

Ni el mismísimo Juan Domingo Perón imaginó lo que había detrás de una mujer como Ava Gardner cuando ella se convirtió en su vecina de arriba tras instalarse en un apartamento de lujo del edificio de la calle del Doctor Arce donde Perón vivía con su esposa. Ninguno de los dos olvidaría las fiestas que la actriz organizaba en su domicilio donde música y baile hacían temblar el suelo y las paredes cada noche, en una muestra más de la apasionada e intensa vida que la americana disfrutó en Madrid desde finales de los 50 hasta bien entrados los 60.

Lugares como el famoso Lhardy, el Café Comercial, Las Ventas o el hotel Intercontinental tienen en su historia particular las visitas de Gardner en aquellos tiempos. Estos y otros tantos sitios son los escogidos para confeccionar un mapa ilustrado por Jorge Arévalo con los textos de Manuel Vicent, diseñado por el Ayuntamiento para que madrileños y turistas puedan recorrer y revivir el Madrid de Ava.

El Madrid de Ava

Extracto del mapa ilustrado

A buen seguro habrás tomado un chocolate caliente en San Ginés o habrás rebuscado tesoros en el Rastro, pero lo que tal vez no sabrás es que estos lugares eran dos de los favoritos de la actriz de Carolina del Norte que, si viviese, habría cumplido 98 años. El 25 de enero se han cumplido 31 años de su muerte.

Como ya vimos en la serie de Paco León y Anna R. Costa, Arde Madrid, la vida de Gardner fue una auténtica revolución en la sociedad de la época durante el tiempo que residió en nuestro país. Manuel Vicent describe también ese sentir de noches llenas de glamour en su reciente libro Ava en la noche y en este mapa ilustrado. “Hubo un tiempo, alrededor de los años 60 del siglo pasado, en que las noches de Madrid olían a Ava Gardner. Ese olor se componía de alcohol, Chanel y tabaco, al que se le añadía el del sudor después de una fiesta flamenca de madrugada. La actriz iba dejando ese rastro por donde pasaba. Más guapa cuanto más ebria: así era Ava en las noches de Madrid en las que ella ejercía su absoluta libertad…”, escribe el autor castellonense.

Madrid fue un poco Hollywood en aquel tiempo, especialmente los 12 lugares de Ava que ilustran este mapa: Chicote, la coctelería más antigua de Madrid, o Loewe, firma de moda internacional que la hollywoodiense dio a conocer en nuestro país, pues era una de sus clientas más sofisticadas, son los primeros puntos recogidos en este documento gráfico editado por Madrid Destino. Las Ventas también fue un referente de la vida de la actriz. Muy interesada por la tauromaquia y por los toreros – relatan las crónicas algunos affaires con matadores como Luis Miguel Dominguín o el más desconocido Mario Cabré, era una pasión que compartía con sus amigos Ernest Hemingway y Orson Welles.

Siguen el recorrido el Hotel Hilton, hoy Intercontinental, elegido cuartel general por estrellas como Bette Davis, Romy Schneider o Charlton Heston, además de por la que fue denominada “el animal más bello del mundo”. Florida Park es la quinta parada del itinerario. La que durante décadas fue la sala de fiestas más popular de Madrid no podía faltar en el listado, como tampoco L’hardy, calificado como el primer restaurante a la europea que abrió en la capital y del que decía Galdós que llegó a Madrid para “poner corbata blanca a los bollos de tahona”. Seguro que Gardner disfrutó con su famoso cocido en más de una ocasión como el resto de gente bien de la sociedad de la época.

 

Dos tablaos están también entre las ilustraciones de Arévalo: Villa Rosa, el más antiguo de la ciudad, fundado en 1911 y muy frecuentado por la actriz, y el Corral de la Morería, considerado por el New York Times como uno de los 1.000 lugares para ver antes de morirse. Ambos ocupan el séptimo y noveno lugar del plano.

El Rastro con sus tiendas de antigüedades, almonedas, ropas, libros y tantos y tantos artilugios es otra de las referencias de Gardner, lo mismo que la pastelería La Mallorquina que, tras 125 años, sigue siendo testigo de lo que acontece en el kilómetro cero de la capital, alegrando a todo tipo de paladares con sus famosos dulces.

Cierran este recorrido, la chocolatería San Ginés y el Café Comercial. La primera porque congregaba a los que más aguantaban tras las noches de fiesta que acababan al amanecer -Ava era una auténtica experta en veladas interminables, tal y como refieren no solo sus vecinos sino quienes compartían tiempo de ocio con ella- y el segundo por tratarse de una referencia para el mundo de la cultura, especialmente en los años 50, cuando Gardner vivió en Madrid. Uno de los pocos cafés literarios que quedan en Madrid.

Sabemos que estos 12 escenarios fueron clave en la vida madrileña de Ava Gardner, pero probablemente muchos otros rincones de nuestra ciudad se tiñeron del glamour de esta diva en los años que paseó su belleza incontestable por las calles de Madrid o al menos su esencia y carácter estuvo presente en ellos.

David, el protagonista de Ava en Madrid (Manuel Vicent, 2020. Página 205), así lo atestigua cuando en un local y, gracias a su amistad con el dueño, pudo escribir en un rellano con letra redondilla en rojo: “Aquí no estuvo nunca Ava Gardner, salvo en el fondo de todas las copas”. Quizá es el momento de descubrir el Madrid que cautivó a la actriz durante tantos años en los que la capital fue testigo mudo de su vida.

El tiempo en que “las noches de Madrid olían a Ava Gardner”.

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