No es sólo unas de las instituciones escénicas más emblemáticas de Madrid, es también el teatro más antiguo del mundo en cuanto a representación continuada se refiere. Es el Teatro Español. Más de cuatro siglos de existencia – su primera representación se remonta al 21 de septiembre de 1583-, de cuyos últimos 130 años da cuenta la recién estrenada exposición ‘Maquetas’.
Este recorrido por 28 maquetas de algunas de las obras estrenadas tanto en su escenario de la plaza de Santa Ana como en el de las Naves en Matadero Madrid, te llevará desde un modelo para el ‘Tenorio’ de Zorrilla, realizado por Amalio Fernández en 1890, hasta la maqueta de la sala principal del teatro, obra de su equipo de utilleros, en cuya construcción se han empleado más de dos años.
Entre medias, las de producciones teatrales como el ‘Fuenteovejuna’ con escenografía de Sigfrido Burmann, dirigido por Cayetano Luca de Tena en 1944; el célebre ‘Marat-Sade’ de Adolfo Marsillach de 1968, cuyo diseño de escenografía corrió a cargo de Francisco Nieva; ‘Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny’, que inauguró las Naves del Español en 2007, diseñada por Jean-Guy Lecat; ‘El alcalde de Zalamea’, creada por Gil Parrondo en 2003, y la maqueta de Elisa Sanz para ‘Una luna para los desdichados’, que dirigió John Strasberg en 2012.
Son solo un puñado de ejemplos de esta muestra que puedes contemplar hasta el 4 de abril, de martes a domingo de 11:00 h a 18:00 h de forma gratuita. Está comisariada por Natalia Menéndez, directora artística del centro, y con la dirección artística de Alfonso Barajas. Se enmarca en el programa ‘De la mano’, creado para ensalzar y difundir entre el gran público el valor de la artesanía teatral, así como para profundizar en su estudio.
Además de las ya mencionadas, la nómina de escenógrafos participantes la componen artistas de la talla de Ana Alcubierre, Carles Alfaro, José Novoa, Alfonso Barajas, Antonio Belart, Mónica Boromello, Antiqua Escena, Félix Carbonell, Almudena López Villalba, Alessio Meloni, Jon Berrondo, Clara Notari, Juan Sanz, Sebastià Brosa, Manuel Pellicer, Emilio Valenzuela y Roger Orra
Laboratorio del espacio escénico
La maqueta es una especie de laboratorio donde los escenógrafos experimentan hasta alcanzar la creación definitiva del espacio escénico, ya que su objetivo es exhibir volumetría y comprender así el efecto que producen los espacios proyectados a distintos niveles desde su construcción hasta su impacto en el escenario y en el público.
Empezó a convertirse en un elemento de trabajo para los escenógrafos desde la segunda mitad del siglo XIX, gracias a la destacada incursión de nuevos profesionales en el panorama teatral, deseosos de cambiar la escena tal y como estaba concebida hasta ese momento. Escenógrafos de la talla de Giorgio Busato (1836-1916), Amalio Fernández (1858-1928), Adolphe Appia (1862-1928) o Gordon Craig (1872-1966), entre otros.
Gracias a la maqueta tanto el director de escena como el resto del equipo artístico puedan comprobar la idoneidad de sus ideas. Suelen desaparecer con el fin de la obra y en pocas ocasiones son exhibidas ante el público. Esta es una de ellas.
Los materiales que básicamente se emplean para su construcción son cartón-pluma, plásticos, cartón, maderas y pinturas acrílicas y casi siempre son materiales reciclados de otras maquetas o elementos escenográficos sobrantes. En todas las que forman parte de la exposición se ha desarrollado una técnica mixta en su construcción, utilizando una escala que varía entre 1:25 y 1:50.
Un poco de historia
La andadura del Teatro Español comienza cuando las cofradías de la Sagrada Pasión y de Nuestra Señora de la Soledad compraron en 1582 un traspatio en la calle del Príncipe, dedicado hasta entonces a los animales domésticos. De ahí su nombre generalizado de Corral del Príncipe, al ubicarse en dicha vía.
En 1744 se derribó el Corral del Príncipe para levantar el nuevo teatro, obra del arquitecto mayor de Madrid, Juan bautista Sachetti, con la colaboración de Ventura Rodríguez. Un año después, en 1745 abría sus puertas con el nombre de Coliseo del Príncipe. Fue un siglo más tarde, en 1849 cuando se convirtió en teatro nacional y pasó a llamarse Teatro Español. Sería dos años más tarde, en 1851, cuando el Ayuntamiento de Madrid recuperó su propiedad, conservando el nombre hasta nuestros días.
Este icono de la escena madrileña ver reforzada y ampliada su oferta en 2007 cuando se inauguran las Naves del Español, en Matadero Madrid, con la representación la ópera ‘Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny’, de Bertolt Brecht y Kurt Weill, dirigida por Mario Gas, cuya maqueta está incluida en la exposición.