Hay muchas formas de ver la vida. La de los niños y niñas cuenta con un alto porcentaje de creatividad y magia. Para ellos todo es posible. Por ejemplo, convertir sus juguetes en instrumentos musicales. Una bola loca, balones o un ‘hula hoop’ les puede sonar a música celestial.
A ello se pondrán 20 pequeñas y pequeños en un taller que se celebra en el Centro Social Comunitario Casino de la Reina. En él, las chavalas y los chavales de 8 a 12 años darán una segunda oportunidad a camiones rotos y los transformarán en xilófonos. O un tubo de PVC, ya que todo sirve para crear sonidos rítmicos, se convertirá en una divertida trompa pintada y con luces lead que se enciendan al soplarlas.
Esta idea, promovida por el Área de Políticas de Género y Diversidad del Ayuntamiento de Madrid, tendrá como colofón el concierto que dará la Orquesta Metropolitana de Madrid y el Coro Talía en el Auditorio Nacional de Música el sábado 5 de mayo, a las 11.30 horas. A las flautas, oboes, trombones, violines y timbales, se les sumarán estos singulares instrumentos que se han fabricado en el taller para interpretar, entre otras composiciones, ‘El Bolero’ de Ravel.
Aprender jugando es sinónimo de éxito. Se quiere con esta iniciativa enseñar a los chavalines que sus piezas más sagradas, los juguetes, pueden emitir cualquier tipo de sonido y con ellos, los sonidos, componer una obra musical digna de ser tocada por una orquesta y en un auditorio con público.
Libertad para jugar
Antes del concierto se ha organizado un photocall en la entrada del Auditorio Nacional en donde habrá cascos de obras, gorras de princesa de cuentos, cajas de herramientas, carritos de bebé, balones y un sinfín de juguetes. La idea es que las niñas y niños que asistan al concierto elijan sin restricciones sus preferencias, que se atrevan y prueben combinaciones sin prejuicios. Que el sexismo que impera en los juguetes no perpetúe desigualdades entre mujeres y hombres.
El Área de Políticas de Género y Diversidad lanzó en diciembre de 2017 la campaña ‘Libertad para jugar’ con el objetivo de romper los estereotipos tradicionales que asocian estos elementos lúdicos a que seas chica o chico.
Dejémosles elegir con confianza lo que anhelan, lo que provoca su curiosidad y que su imaginación les lleve a mezclar un casco de astronauta con un carrito de bebé, o convertir un balón de fútbol en una tetera con gorro de princesa. ¿Por qué no? Jugando vas descubriendo lo que quieres ser o hacer en el futuro y hay que apostar por más mujeres astronautas y más bailarines entre los hombres.