“El maltratador anda libre. Puede ir a un bar, entrar, salir, moverse cuando y como quiera. Es una la que tiene que esconderse”. “Somos presas sin rejas”. “Todo te da miedo”. Son algunas de las voces de las nueve mujeres víctimas de la violencia machista que protagonizan ‘Volar’, el documental dirigido por Bertha Gaztelumendi y que se ha proyectado recientemente en Cineteca Matadero Madrid.
Son las historias personales de nueve sobrevivientes que un día decidieron alzar sus voces. Unas voces que se han podido escuchar gracias a la iniciativa de la Dirección de Prevención y Atención a la Violencia de Género del Área de Políticas de Género y Diversidad.
La delegada responsable de esta concejalía, Celia Mayer, presentó ‘Volar’ el miércoles 18 de abril y subrayó que se trataba de un “acto de reparación del Ayuntamiento de Madrid a las víctimas de este problema social”. “Es –prosiguió Mayer- un homenaje a su valentía por poner sus nombres y sus rostros sin miedo, y por compartir unas experiencias vitales que, sin duda, ayudarán a muchas”.
Durante más de setenta minutos y a cara descubierta, estas heroínas de la vida real van desgranando un pasado acogotado por el miedo, la humillación la vergüenza, la violencia física y psíquica y la culpabilidad. Han tenido el coraje de haberse enfrentado a un sufrimiento que, como ellas dicen, “la sociedad ni sabe ni se imagina qué es sufrir maltrato”. Y lo hacen sin victimismo y con un propósito encomiable: que las mujeres que puedan estar en un proceso parecido “se sientan arropadas y tengan ánimos para salir de ello y vivir mejor”.
Supervivencia y solidaridad
Supervivencia, resiliencia, solidaridad y lucidez son los apellidos que mejor les cuadran. Rodado en un caserío del País Vasco, el documental ‘Volar’ surge a iniciativa de las nueve mujeres que tienen edades y profesiones diferentes, con la idea de acabar con los tópicos sobre un perfil concreto de una mujer víctima de la violencia machista. Porque no hay clases sociales, ni un carácter determinado ni un origen geográfico que determine quién o no puede padecer este viacrucis.
La cinta se rodó durante un fin de semana en un caserío y se presentó en el Festival de cine de San Sebastián en septiembre de 2017. Por la pantalla van pasando los relatos de una profesora de universidad, una empleada de limpieza, una estudiante, una arquitecta, una cuidadora de personas mayores, una secretaria, una historiadora, una profesora de castellano y una mujer dedicada al voluntariado.
Hay que seguir hablando
Tras la proyección de ‘Volar’, tuvo lugar un coloquio en el que participaron la directora y guionista del documental, Bertha Gaztelumendi; Isabel López, víctima de la violencia machista, y Patricia Fernández, hija de otra víctima y que ha creado la primera asociación, Avanza Sin Miedo, para atender a las niñas y niños que padecen en sus hogares la violencia machista ejercida contra sus madres, con María Naredo, directora general de Atención y Prevención frente a la Violencia de Género, como moderadora.
Este encuentro ha contado con la presencia de mujeres que han sido o están siendo tratadas en los diferentes puntos de atención a la violencia machista de la red municipal del Ayuntamiento de Madrid, así como profesionales en esta materia (abogados/as, psicólogos/as, trabajadores/as sociales…), personal técnico del Área de Gobierno, así como distintas representantes de asociaciones feministas.
Se debe seguir hablando de un problema que hasta hace pocos años estaba considerado como un asunto personal, o familiar o íntimo, que no salía de las cuatro paredes de una casa. Además, como apunta una de las protagonistas de ‘Volar’: “Es fundamental el apoyo de otras mujeres que lo están pasando mal, porque, si no, te sientes un bicho raro”. Una confesión rotunda que se oye mientras al fondo suena la voz de la cantautora Natalia Alejandro: “Tengo que volar, tengo que volar, aunque sea con una ala rota”.