Araceli Turina, responsable del servicio de Préstamo de Instrumentos de la Biblioteca Musical Víctor Espinós, nos cuenta en profundidad aspectos desconocidos de la biblioteca como la fundación de la misma, la nueva colección de discos de pizarra, los instrumentos que tienen en restauración, el material bibliográfico, los servicios que prestan…
Lo primero que nos llamó la atención fue la colección de discos de pizarra que la Biblioteca Musical tiene en su poder. Estos discos han sido recogidos mediante donaciones a lo largo de los años. La importancia de los discos de pizarra es que se trata del primer soporte circular plano sobre el que se pudo grabar y reproducir música. Fue el predecesor de los discos de vinilo.
Araceli nos cuenta que “el proceso de grabación en este soporte era grabar en cera y posteriormente se hacía un molde de metal al que se le impregnaba con una goma-laca. Estos discos en su gran mayoría están grabados sólo por una cara, por lo que la duración de la pieza musical es muy escasa, entre 3-4 minutos”. El poder grabar por las dos caras se empezó a realizar con los últimos discos de pizarra aunque fue una característica más común de los discos de vinilo. La colección de pizarra que posee la biblioteca es de 638 y gracias a la colaboración de la Biblioteca Digital Memoriademadrid se han podido digitalizar 535 hasta el momento, parte de los cuales ya se pueden escuchar en la web.
“Los discos físicos no se pueden poner a disposición de los usuarios debido a su extrema fragilidad a pesar de su peso y grosor; de hecho, varios de ellos no se han podido digitalizar por haberse roto o estar la superficie dañada” comenta Turina. Para que el sonido sea lo más fiel posible a como se oiría con los gramófonos de la época, no se ha eliminado del sonido digital el sonido de la aguja con la que se reproducían los discos. El sistema de almacenaje de estos discos era en álbumes con sobres separadores para guardarlos, pues no tenían las carátulas llamativas con las que se comercializaban los vinilos. El contenido de los discos de pizarra era ópera, zarzuela, flamenco, canciones y bailes de la época.
Araceli también nos ha relatado brevemente los inicios de la Biblioteca Musical: “La biblioteca se fundó en 1919 por Victor Espinós, funcionario del Ayuntamiento y músico. Pretendió ayudar a la gente sin recursos que quería iniciar sus estudios de música. Por ello, pidió ayuda a amigos suyos también músicos y a la aristocracia para que le cedieran libros de música y partituras. El primer emplazamiento de la biblioteca estaba en la calle Imperial y en los años 90 se trasladó al Centro Cultural Conde Duque”. En 1932, el fundador volvió a solicitar ayuda como años antes, pero esta vez para solicitar la cesión de instrumentos musicales para ofrecer un servicio de préstamo de instrumentos de forma gratuita. Algunos de ellos forman parte de una colección histórica patrimonial de instrumentos musicales.
A día de hoy, la biblioteca ofrece varios servicios gratuitos:
- Alquiler de instrumentos
- Alquiler de cabinas de ensayo
- Alquiler de libros y partituras musicales
- Sala de conciertos y talleres
La directora de la biblioteca que sucedió a Espinós era crítica de música, por lo que decidió adquirir un tocadiscos y unos cascos para dar la posibilidad al público de escuchar los discos de pizarra y de vinilo de la época, ya que eran muy costosos económicamente de adquirir para la gran parte de los ciudadanos. En relación a estos discos se ha creado un programa con los colegios de secundaria para dar a conocer cómo era hace décadas el proceso de grabación y reproducción de sonido en diferentes soportes.
Además de esta colección de discos de pizarra, la biblioteca dispone de otros artículos musicales, como pianolas (que funcionaban con un mecanismo neumático) y los rollos que se introducían en estas para que sonara la melodía, pianos del siglo XIX, algunos de los cuales se encuentran en proceso de restauración, guitarras de principios del siglo XX, partituras, libros…