En esta biblioteca, que reúne más de 100.000 fondos, se puede encontrar la partitura de la Sonata número 20 de Mozart pero también otras de temas de Bruce Springsteen, Coldplay, Rolling Stones o la banda sonora de la película Frozen. Inmaculada Seldas, su directora desde hace cinco años, aunque con amplia experiencia en otras bibliotecas, es una apasionada de su trabajo y nos cuenta los entresijos de la biblioteca en esta entrevista.
Creemos que el nacimiento de la biblioteca fue algo curioso…
Pues la verdad es que nació con donaciones de particulares, algunos de ellos personas muy importantes en aquella época. Víctor Espinós, que fue el primer director, para no hacer incurrir en gastos al municipio de Madrid, no sólo aceptaba donaciones de partituras que la gente tuviera por su casa, sino que él personalmente las pedía. A editores, a personas de la nobleza, a monarcas, e incluso consiguió algunos manuscritos. El guitarrista Andrés Segovia por ejemplo le regaló una guitarra en 1932 que iba a ser la primera para ofrecer en préstamo, pero finalmente sólo se utilizó en dos conciertos y nunca se prestó, precisamente por su alto valor.
¿Qué tipo de documentos vamos a encontrar en la biblioteca?
Hay todo tipo de documentos relacionados con la música. Además de un antiguo fondo musical de los años 1920 también tenemos un fondo moderno de partituras dividido en dos secciones, una de enseñanza de instrumentos, y otra sección de partituras para la práctica de la música. En estas dos secciones de partituras hay tanto obras clásicas como de grupos modernos, y muy diversos estilos: rock, jazz, pop, música tradicional. Tenemos por ejemplo la sonata número 20 de Mozart, pero también cosas actuales de Coldplay, la película Frozen…
Pero además de prestar libros, prestáis instrumentos musicales ¿Cómo funciona este tipo de préstamo?
Los instrumentos se prestan un curso entero. La condición es que la persona que los solicite esté empadronada en la ciudad de Madrid y matriculada en un centro de aprendizaje musical. Se suele abrir el periodo de solicitudes en septiembre y se prestan a medida que llegan las peticiones, durante un curso completo. Este préstamo se puede renovar hasta 6 años, que es cuando se considera que se han cumplido sus estudios medios musicales, o se cambia porque el tamaño ya no es adecuado y necesitan uno más grande.
A veces los niños comienzan con el aprendizaje de un instrumento y no saben si les va a gustar. Por eso optan por pedirlo en préstamo y si les gusta, ya valoran adquirirlo. La filosofía de la biblioteca es facilitar el estudio de la música a cualquier persona, aunque no tenga muchos recursos.
¿Cuántos instrumentos tenéis en la actualidad y cuáles son los más demandados?
Tenemos aproximadamente unos 350 instrumentos de todo tipo, cuerda, viento, percusión. Los más demandados sin duda son los instrumentos de cuerda, violines sobre todo, y oboes y flautas. Los instrumentos de percusión no los tenemos en préstamo.
¿Y los que menos solicita la gente?
Las violas por ejemplo no se solicitan mucho y a fecha de hoy aún tenemos varias sin prestar. También me gustaría señalar que tenemos algunos instrumentos patrimoniales que son de museo. En cuanto dispongamos de un espacio para poderlos exhibir se podrán mostrar al público en general, porque son realmente interesantes.
¿Cuál es el perfil de los usuarios de la biblioteca?
Pues depende un poco de los servicios a los que quieran acceder. Por ejemplo, tenemos 16 cabinas de ensayo, 6 de ellas con piano. En este servicio el perfil se ve bastante claro, son jóvenes que están estudiando en conservatorios o escuelas de música, de unos 18 años o más, y que ya tienen un dominio importante del instrumento. Vienen a ensayar y a coger partituras en préstamo.
Hay otro perfil bastante curioso. Muchos madrileños no conocen apenas esta biblioteca y en cambio tenemos muchísimos estudiantes Erasmus que llegan a Madrid ya sabiendo de su existencia y son usuarios habituales. Y por supuesto, tenemos un público numeroso que son estudiantes de diversas edades que vienen a por partituras en préstamo para ensayar en casa.
Y por último te diría que hay un perfil, bastante numeroso además, de adultos de cierta edad que han retomado sus estudios musicales en la jubilación. Y es muy gratificante oírles decir “qué maravilla de sitio he encontrado”, o “y pensar que yo no esperaba nunca volver a tocar el piano” y cosas así. Algunas de estas personas incluso empiezan a estudiar un instrumento ya jubilados, cuando tienen tiempo.
Inmaculada, se te ve feliz aquí ¿es diferente trabajar en un sitio como éste?
Sin duda. Yo he trabajado en más bibliotecas y de verdad que ésta es especial. Para empezar es que la difusión de la música ya me parece algo muy bonito, y si encima podemos ayudar un poquito a la gente a que pueda practicarla, conocerla, me parece algo excepcional.