Uno de los primeros “trabajadores” en llegar a Cibeles el día en que se va a celebrar el Pleno es Poncho, un cocker dinámico e inteligente que recorre salas, pasillos y rincones olfateando todo para asegurarse que no hay nada, ni objeto, ni sustancia, que pueda alterar el desarrollo del Pleno.
Poncho, que siempre va acompañado por sus amigos policías, es recibido por los habitantes de la sede municipal con admiración, porque valoran su trabajo, y con una simpatía que él se gana con su buen talante. Poncho, que también es un perro agradecido, quiere hoy, después de cumplir la tarea para la que ha venido a Cibeles, compartir su historia con ellos y con los lectores de este blog.