Hubo un tiempo en que el río de Madrid no estaba cercado por cemento. Hasta principios del siglo XX, el Manzanares, que siempre ha tenido un caudal escaso, estaba rodeado de sotos y acumulaba arenas en barras centrales o laterales. Entre los años 20 y los 80 del siglo pasado, la construcción de presas y canales lo convirtió en, más que un río, un conjunto de estanques en línea. Ahora, el Ayuntamiento de Madrid tiene un plan que pretende que recupere su función de corredor ecológico, fomentando un ecosistema vivo en el corazón de la ciudad, y se convierta en un atractivo integrado en paisaje madrileño.
Tres tramos y varias fases
Para planificar la actuación, hemos dividido el paso del Manzanares por la ciudad en tres tramos:
- Desde el Puente de los Franceses hasta el de la Reina Victoria. Son 1,3 km.
- Desde el Puente de la Reina Victoria hasta la presa nº9, que está un poco más al sur que el Puente de Andalucía. 5,6 km.
- Desde la presa nº9 hasta el puente de la línea C5 de Cercanías-Nudo Sur. 0,5 km.
En los tramos 1 y 3 hay escolleras (diques de piedras situados en el fondo) que van a ser retiradas. Plantaremos vegetación en su lugar, siempre con especies autóctonas de ribera, y quitaremos las que no son propias de este ecosistema. Además, lo acondicionaremos para que sea más útil y atractivo para su uso social: pondremos una barandilla y paneles informativos y habrá una senda peatonal y ciclista. En el tramo 2, el río está flanqueado por muros de bloques de granito, así que se trata más bien de un canal. Allí crearemos orillas con más vegetación autóctona y también colocaremos deflectores que desvíen la corriente para formar un recorrido sinuoso. Para ello utilizaremos principalmente materiales naturales (plantas, madera, tierra, piedras).
Lo vamos a hacer en varias fases:
- La primera, que ya hemos empezado, consiste en abrir permanentemente 6 de las 9 presas que hay en el entorno urbano (de la nº 4 a la nº 9, el tramo 2). Así, el río va recuperando progresivamente parte de su hidrodinámica original, dentro de las limitaciones existentes por la presencia de presas aguas arriba. Ya están volviendo los procesos de erosión y sedimentación, que se observan claramente por la proliferación de pequeñas islas en las que mejora la biodiversidad. En ese tramo, la vegetación herbácea se ha desarrollado de manera espectacular y están creciendo sauces y fresnos de manera espontánea. Por todo el río se pueden observar nutridos grupos de peces, desde 1 ó 2 cm a un palmo, y aves, cada vez más diversas. Hemos visto ánades reales, pollas de agua, garzas reales, garcetas comunes y martinetes.
- Lo siguiente será abrir también otra presa (la nº3, un poco más abajo del Puente de los Franceses), eliminar la escollera superior y revegetar taludes en el primer tramo. Plantaremos un total de 16.831 plantas, entre ellas fresnos, álamos blancos, majuelos, saúcos, rosas silvestres, tarays, sauces, olmos y alisos. Estas dos últimas especies estaban casi desaparecidas en muchos ríos. Y pondremos barandillas y paneles por todo el tramo. Esta fase tiene un presupuesto de 1,2 millones de euros y se extenderá a lo largo de 2017.
- Después seguiremos revitalizando el tramo 2. Lo haremos incorporando lo aprendido con la evaluación de resultados obtenidos en el tramo anterior, pero probablemente haya actuaciones encaminadas a que se formen orillas y meandros entre los muros de granito y quitemos la escollera que hay cerca del puente de Cercanías-Nudo Sur. Además, construiremos una vía peatonal y ciclista que conecte con la senda existente aguas abajo hacia el Parque Lineal del Manzanares.
- Por último, en el tramo 3 habrá actuaciones similares a las del 1. Se trata de un tramo muy corto, de transición hacia zonas donde el río presenta un estado más natural: el Parque Lineal del Manzanares y, después, el Parque Regional del Sureste.
Todo ello, por supuesto, cuidando de que no se incremente el riesgo potencial de inundación.
Implicación para cuidar el ecosistema fluvial
La planificación del proyecto la ha realizado el Área de Medio Ambiente y Movilidad en colaboración con Ecologistas en Acción, que presentó un plan en la misma línea hace varios meses. También colaborando con este colectivo se ha puesto en marcha un amplio programa de información a la ciudadanía, mediante presentaciones, charlas, folletos y cartelería. Se trata de que madrileños y madrileñas hagan suyo el río, para que lo cuiden y velen por su conservación.
Durante la implantación tenemos que vigilar dos cosas: que no se incremente el riesgo potencial de inundación y que las especies que proliferen sean autóctonas, guardando una presencia equilibrada. Para ello contamos con la supervisión de la Confederación Hidrográfica del Tajo y con asesoría de investigadores del Museo de Ciencias Naturales. Por otro lado, estamos hablando con la Federación Madrileña de Remo, ya que el Plan afecta su lugar de entrenamiento (que ya estaba inutilizado debido a la detección de una avería en la presa nº9 que requería reparación). Estamos buscando una alternativa para que puedan seguir entrenando.
La implicación de tantos agentes no es casualidad: tanto a nivel europeo, con la Directiva Marco del Agua 2000/60/CE, como a nivel estatal, con la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos y el Plan Hidrológico del Tajo 2015-2021, se viene promoviendo la mejora del estado ecológico y la posible rehabilitación de los tramos urbanos, haciendo compatible la presencia de cierto valor ecológico con el contexto urbano. El Plan se inserta en este tipo de actuaciones. Con toda esta ayuda, ¿podrá el Manzanares volver a ser pronto un río de verdad?