Casi trescientas personas se congregaron ayer en la emblemática Plaza de la Cebada  para participar en un juego de realidad. Los participantes iban a disfrutar de una yincana teatralizada en la que, además de pasar varias pruebas, tendrían que evitar que una horda de zombies les cazasen. El evento se enmarcaba dentro de las Fiestas de La Paloma y tomaba elementos característicos de éstas para su desarrollo.

El juego, organizado por World Real Games con el apoyo del Ayuntamiento y de varios establecimientos de La Latina, dio el pistoletazo de salida con una escena inicial a las 22 horas en la propia plaza donde se hacía el check-in. En ella, participantes y curiosos descubrieron, por boca de un “doctor”, que todo el barrio estaba en cuarentena y que había muchas personas “infectadas”. Tras ella, los jugadores se dispersaron para empezar a buscar los emplazamientos de otras escenas teatrales donde varios actores les iban dando pistas y pidiendo pruebas. Debían pasar por sitios como la Ronda de Toledo, la Plaza General Vara de Rey, Plaza de Puerta de Moros o la Plaza de los Carros.

IMG_20160812_104315Casi al mismo tiempo, 25 chulapos infectados empezaron a pasearse por todo el barrio en busca de jugadores a los que cazar, mientras las personas que estaban disfrutando de la verbena los observaban asombrados.

La yincana celebrada ayer estaba especialmente pensada para la ocasión y la guionista, Patricia Ávila, diseñó las pruebas respetando el espíritu de las fiestas. Así, una de ellas consistía en bailar un chotis delante de un zombie y grabar su reacción y en otra tenían que conseguir un clavel rojo como los que chulapos y chulapas lucen en sus trajes tradicionales.

Entre los participantes había tanto personas que se acercaban por primera vez a una “Survival Zombie” como otras que llevaban jugadas ya más de diez ediciones. También participaron en la yincana algunos miembros de la propia organización, como Alfonso Fernández, que usualmente es el “Zombie Orange”, un personaje muy conocido por los habituales. “Hay gente que pasa mucho miedo”, contaba, y otros “muy competitivos, que no aceptan que les has cazado”.  Antes de convertirse en actor, papel en el que ha estado ya treinta veces, Alfonso había jugado en catorce ediciones y, como repitió varias veces, “no me canso”. Otros actores también empezaron como fans o jugadores y acabaron en la organización.

El objetivo de la guionista en este caso era acabar con casi todos los jugadores y a las 12 de la noche en torno al 30% ya habían pasado por el puesto de check-in, donde devolvían sus pañuelos y eran caracterizados por los maquilladores para volver a las calles de La Latina como perseguidores de los supervivientes, llenándose así cada vez más el barrio de zombies furiosos.

El juego concluyó en la misma Plaza de la Cebada a las dos de la madrugada con todos los zombies chulapos y los jugadores muertos a lo largo de la noche bailando la canción de thriller de Michael Jackson y uniéndose a la verbena. Nadie consiguió ganar esta edición especial.  “Nos lo hemos pasado genial, hemos corrido mucho para evitar que los zombies nos pillarán, pero nos han cogido casi al final, ha sido una gran experiencia, repetiremos seguro”, comentaban dos jugadores de Madrid que era la primera vez que vivían una “Survival Zombie”.

Este tipo de ocio, centrado en los “juegos de realidad”, cada día tiene más adeptos y solo los organizados por esta empresa en 2015 sumaron más de 80.000 participantes. World Real Games, que comenzó su andadura hace cinco años, ha multiplicado su actividad rápidamente y ya planea extenderse a otros países.