Aunque ha desarrollado buena parte de su carrera profesional en la Comunidad de Madrid, este educador social muy en sintonía con las nuevas políticas sociales municipales no se lo pensó dos veces cuando recibió la propuesta de convertirse en comisionado del Ayuntamiento de Madrid para la Cañada Real Galiana. Hijo de inmigrantes andaluces, Pedro Navarrete ha experimentado en primera persona las dificultades de vivir en un barrio desfavorecido al haberse criado en Entrevías, barrio del distrito madrileño de Puente de Vallecas.

¿Qué razones crees que han motivado tu nombramiento el pasado mes de abril como comisionado del Ayuntamiento de Madrid en la Cañada Real Galiana?

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Pedro Navarrete, en una actividad desarrollada en el sector 5 de la Cañada Real

Ha sido determinante mi experiencia de casi dos décadas de trabajo en temas vinculados con la población marginal y los realojos en Madrid. Además de eso, Nacho Murgui, mi concejal creo que ha valorado mi buena sintonía con las nuevas políticas sociales del Ayuntamiento de Madrid.

¿En qué consiste la figura del comisionado y cuál debe ser su papel con respecto al futuro de este asentamiento?

La idea de la figura del comisionado surge de un viaje que hice a Sevilla a propuesta de Agustín Rodríguez, párroco de la única iglesia que hay en Cañada, la parroquia de Santo Domingo de la Calzada, para conocer la realidad de un barrio como “Las 3.000 viviendas” en el que las tres administraciones habían designado para solucionar los problemas del barrio a un comisionado o interlocutor. Ese modelo es el que hemos exportado a Madrid. Mi papel pasa por mediar con los vecinos y con el resto de actores clave de las administraciones implicadas para acabar con 25 años de ilegalidad y abandono de un poblado como Cañada con más de 14 km de longitud, cuyo perímetro ocupa los términos municipales de Madrid, Rivas y Coslada.

¿Cuáles son los interlocutores clave en el futuro de la Cañada Real?

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Los comisionados de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid en la Cañada Real, José Antonio Martínez Páramo y Pedro Navarrete.

Desde 2011 la Cañada Real deja de ser vía pecuaria para convertirse en territorio patrimonial de la Comunidad de Madrid. Eso significa que la Comunidad de Madrid es parte fundamental en este proceso y por eso es importante trabajar en buena sintonía con su comisionado, José Antonio Martínez Páramo. Además en las reuniones hay representación de Rivas y Coslada. La ley 2/2011 lo que dice es que los terrenos de la Cañada se enajenarán principalmente a favor de los ayuntamientos.

¿Cuáles son los temas más urgentes y complejos que hay que abordar?

El principal escollo es el urbanístico, todas las administraciones tienen como reto ponerse de acuerdo para dar legalidad y sacar de la situación de abandono a un asentamiento en el que conviven más de 30 nacionalidades. Esto debe ser compatible con el respeto a las leyes urbanísticas. Vamos a intentar dejar en este asentamiento al mayor número de familias. Cuando ello no sea posible por situarse sus casas junto a vías férreas, tendidos eléctricos, carreteras o arroyos no quedará más remedio que efectuar realojos. Además de las limpiezas y desratizaciones ya realizadas, tenemos pendiente mejorar el acceso en transporte público a este asentamiento e incrementar el número de rutas escolares para que ningún niño de Cañada Real se quede sin ir a clase por falta de autobuses.

¿Qué pasos hay que acometer en el tema urbanístico?

Acabar con la ilegalidad imperante durante 25 años en este territorio de más de 14 kilómetros de longitud que comparten Madrid, Rivas y Coslada necesita del acuerdo e implicación de la Comunidad de Madrid. No es algo imposible, el poblado del Salobral, uno de los más grandes de Europa con más de 500 chabolas, fue desmantelado gracias al trabajo conjunto de Ayuntamiento y Comunidad de Madrid. En Cañada tenemos que dar una solución para las cerca de 400 chabolas y miles de infraviviendas. Estas no pueden seguir ahí, pero la alternativa de legalización o de realojo será siempre respetando la ley y para las familias que llegaron a la zona antes de 2011. Hay que evitar el efecto llamada.

¿Qué trabajo se está desarrollando en materia social para acabar con la marginalidad de sus habitantes?

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En el centro de la imagen los comisionados de Comunidad y Ayuntamiento de Madrid en la Cañada Real, acompañados por Isidro Rodríguez y Rocío García, de la Fundación Secretariado Gitano.

Además de los temas sociales, en los que entidades del tercer sector como Cáritas, Cruz Roja, Fundación Secretariado Gitano, ACCEM, Arquitectos sin Fronteras, El Fanal, Todo por la Praxis y Centro Trama están haciendo un trabajo fantástico, el Ayuntamiento de Madrid está presente a través de Servicios Sociales, Samur Social y de contratos como el del Programa Aspa de empleo para adolescentes.

Un ejemplo de esto es el espacio conocido como “La Fábrica”, una antigua factoría de muebles situada en el sector 6 de Cañada, el más duro, que desde 2002 se ha convertido en una fábrica de proyectos e ilusiones. Allí, las entidades del tercer sector, realizan una gran labor social. Esta tiene su complemento en el trabajo que realiza Agustín, el párroco de Santo Domingo de la Calzada que presta un apoyo esencial tanto a toxicómanos como a las familias más vulnerables a través de un banco de alimentos.

 ¿Cuéntanos algunos de los proyectos en los que trabajan estas entidades?

El más importante, es la puesta en marcha de un festival internacional de cine que bajo el título “16 kilómetros” quiere reivindicar una imagen para este asentamiento que no responda solo al estereotipo de droga y marginalidad. Queremos mostrar el crisol de más de 30 nacionalidades que vive en Cañada y revelar que hablamos de un asentamiento con una población muy joven en la que es fácil ver a muchos niños correteando por sus calles.

La celebración de este festival internacional de cine va a suponer un punto de inflexión en Cañada. Esta magnífica idea impulsada por la ONG “Voces” a la que se han sumado el resto de entidades que trabajan en la zona tendrá lugar del 6 al 11 de septiembre. Tendrá dos sedes una en el propio asentamiento y otra en Matadero Madrid.

¿Qué objetivo se marca para la Cañada a corto y medio plazo?

Hay que ser realista, yo creo que si durante esta legislatura dejamos sentadas las bases de lo que será la nueva Cañada habremos logrado algo que no ha conseguido nadie en los últimos 25 años. El objetivo pasa por legalizar urbanísticamente la zona y hacer una buena gestión de un tema siempre polémico como es el de los realojos. Una vez demos este primer paso los casi 9.000 habitantes de este asentamiento podrán llevar una vida más digna contando con los mismos cuidados y servicios que el resto de los madrileños.