Madrid tiene más de dos millones de árboles, de los cuales 300.000 están situados en el viario, en las calles: son los árboles de alineación. Todos estos se encuentran inventariados y puede consultarse su ubicación y su especie en una potente base de datos a la que se puede acceder a través de la herramienta “Un alcorque un árbol”.

El arbolado en el viario tiene unas condiciones de vida muy diferentes a las de los árboles situados en parques y zonas verdes. Con frecuencia disponen de poco espacio en el subsuelo para enraizar y sufren a lo largo de los años por las diferentes obras que se acometen en su entorno. Tampoco disponen algunos del suficiente espacio vital para desarrollar copas equilibradas. La proximidad a los edificios hace que crezcan buscando la luz o que sufran podas que alteran su estructura. La contaminación, las enfermedades y el envejecimiento natural son factores añadidos que pueden agravar su estado hasta convertirse en factores de riesgo.

Los árboles de nuestras calles constituyen un importante patrimonio natural, contribuyen a nuestro bienestar aportando sombra y reduciendo la temperatura en verano, captando CO2 y atenuando la contaminación y el ruido. Su mantenimiento es imprescindible para evitar situaciones de riesgo que podrían causar graves accidentes por caída de ramas como ha sucedido en los últimos años, en ocasiones con víctimas mortales.

El pasado octubre el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid puso en marcha un proceso participativo para evaluar la situación del arbolado del viario a partir de los informes técnicos elaborados para las diferentes zonas. El proceso que se ha plasmado en la constitución de la Mesa del Árbol integrada por técnicos, trabajadores, organizaciones ecologistas, la Federación de Asociaciones de Vecinos, asociaciones profesionales de la jardinería así como los grupos municipales representados en el consistorio.

La gestión de riesgo del arbolado urbano es el motivo de una jornada de trabajo que el Ayuntamiento de Madrid ha organizado para hoy viernes, 19 de febrero. En ella, representantes de diferentes ciudades intercambiarán conocimientos y experiencias sobre la tipología de los fallos, métodos y herramientas de diagnóstico, planes y protocolos de gestión y, como tema importante, fórmulas para canalizar y desarrollar la información a la ciudadanía, a fin de mejorar la gestión del arbolado público.

La jornada ha sido organizada conjuntamente con la Asociación Española de Parques y Jardines públicos (AEPJP) y con la colaboración de las empresas de conservación de las zonas verdes municipales. Entre los ponentes que participan en la jornada se encuentran Pedro Calaza, quien se ha forjado un merecido reconocimiento como experto arboricultor y especialista en materia de evaluación de riesgo de arbolado, Joan Guitart un referente en materia de espacios verdes en Barcelona, Neville Fay de Londres y Fréderick Segur de Burdeos.

Por otro lado los llamados “Contratos integrales” firmados en 2013 con una vigencia de ocho años han impuesto un modelo de gestión en el que las empresas se hacen cargo simultáneamente de la limpieza y del mantenimiento de las zonas verdes. A lo largo de los años Madrid ha ido perdiendo jardineros municipales capaces de transmitir el conocimiento histórico del patrimonio natural de la ciudad. Al incluir el mantenimiento de las zonas verdes dentro de los contratos de limpieza, se ha perdido el personal especializado y el conocimiento necesarios para un adecuado mantenimiento del patrimonio verde.

El cuidado de nuestros árboles requiere tanto la participación de los vecinos como la recuperación de la capacidad del propio Ayuntamiento para definir las estrategias y objetivos a alcanzar. En este sentido existe el proyecto de poner en marcha una Escuela Municipal de Jardinería, imprescindible para recuperar el conocimiento y la especialización necesarios para garantizar la conservación y mantenimiento adecuados tanto del arbolado como de los parques y jardines públicos. Así mismo, es necesario recuperar y aumentar la figura de los jardineros de distrito y de barrio que aseguren una adecuada gestión por parte de las empresas que tienen adjudicado el servicio.

Los árboles urbanos forman parte de nuestro paisaje cotidiano y nuestro bienestar depende de ellos. Retirar y reponer aquellos que por su envejecimiento, desequilibrio estructural etc puedan suponer un riesgo inminente es imprescindible. Pero también lo es hacerlo con rigor, transparencia e información pública de manera que no se produzca alarma social por la pérdida que supone.