1. Para defender la salud debemos actuar sobre sus verdaderos determinantes: mejorando las condiciones sociales, económicas, ambientales, políticas y culturales. Apostaremos por la salud como eje transversal de la acción municipal introduciendo la evaluación del impacto en salud de las políticas públicas. La reducción de las desigualdades sociales en salud, por razón de género, clase social, territorio, origen, etc. debe ser un compromiso y objetivo de todo el Gobierno. Desde la actividad de salud comunitaria del centro de barrio hasta la negociación del Alcalde con los lobbies, todas las acciones del Gobierno deben remar hacia una ciudad más justa y saludable.
2. Abogamos por la derogación de la reciente “Ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local” que reduce la salud municipal a la competencia de «protección de la salubridad pública». Consideramos que desde los ayuntamientos hay oportunidades especiales de promocionar la salud de sus habitantes, desde las estrategias intersectoriales (salud en todas las políticas públicas), hasta los abordajes participativos de desarrollo de la salud comunitaria en los barrios y pueblos.
3. Debemos garantizar el Derecho a la protección de la salud y a una atención sanitaria pública, de cobertura universal y sin exclusiones, equitativa, gratuita en el punto de asistencia y financiada por impuestos progresivos suficientes para cubrir las necesidades de la población.
4. Debemos regenerar el carácter público de los servicios públicos de salud, con el criterio de que los servicios asistenciales que se pagan con dinero público deben ser de titularidad y gestión pública. No queremos dar dinero público a entidades privadas que hacen de la salud un negocio.
5. Debemos asegurar la transparencia, equidad, universalidad y eficiencia, con un código ético común de todos los servicios, con más autonomía de los territorios, centros y trabajadoras de la sanidad, y con una evaluación independiente con control democrático.
6. Debemos fomentar la participación real y la democracia en salud. Para ello, la ciudadanía y las plantillas de los centros han de tener un protagonismo en los órganos de gobierno del Sistema, territoriales y de centros sanitarios, y hay que fomentar las experiencias que construyen salud desde los entornos no sanitarios.
7. Debemos fomentar el uso efectivo y eficiente de los medicamentos, tecnologías y herramientas terapéuticas. Queremos un sistema de salud en el que se regulen y se vigilen los conflictos de intereses y se financien los productos bajo criterios de evidencia científica. Se debe iniciar un proceso de reversión de la actual tendencia medicalizadora motivada por una visión biologicista de la salud y por la cultura del consumo, integrando nuevas perspectivas como la salutogénesis y la visión de activos en salud.
8. Trabajaremos para mejorar el sistema asistencial potenciando una Atención Primaria fuerte y estrategias de salud comunitaria que impliquen a todos los actores construyendo salud desde lo cercano y en colectivo. Hacer de la Atención Primaria y Comunitaria el instrumento básico para una atención global e integrada, cercana a las personas, con dotación presupuestaria suficiente.
9. Trabajaremos para garantizar los derechos de las personas en la sanidad pública aplicando principios de bioética y criterios de justicia social. Derecho a respetar la autonomía y la libertad individual en las decisiones sanitarias, así como a la justicia y a la no maleficencia. Derecho a no sufrir malos tratos y a que la autoridad sanitaria denuncie ante evidencia de los mismos. Derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en el sistema público, lucha contra la violencia machista. Derecho a la atención al sufrimiento y tratamiento del dolor, al no encarnizamiento terapéutico y a una muerte digna. Derecho a la preservación de los datos personales.
10. No podemos permitir que nuestras ciudades generen enfermedad: con su aire contaminado, sus contratos precarios, su gobernanza restringida… Trabajaremos para ciudades que generen salud, y que cuiden a las personas que habitan en ellas, así como a los bienes comunes y los espacios públicos donde se desenvuelve su vida cotidiana. Apostamos por la sostenibilidad de la vida y la revalorización de los cuidados, introduciendo una perspectiva de género en la salud.
Firman el manifiesto:
- Gemma Tarafa, Comisionada de Salud, Ayuntamiento de Barcelona.
- Silvia Cameán, Concejala de Justicia Social y Cuidados, Ayuntamento de A Coruña.
- Javier Barbero, Concejal Delegado de Salud, Seguridad y Emergencias, Ayuntamiento de Madrid.
- Concepción Fernández, Concejala de Políticas Sociales, Diversidad y Salud, Ayuntamiento de Santiago de Compostela.
- Mª Victoria López Ruiz, Concejala, Grupo Municipal Ganemos Córdoba, Ayuntamiento de Córdoba.
- María Luisa Broto, Consejera de Derechos Sociales, Ayuntamiento de Zaragoza.
- Ana Fernández, Concejala de Presidencia y Asuntos Sociales, Ayuntamiento de Cádiz.