La Comunidad de Madrid es el territorio europeo con mayor número de kilómetros de autovías por millón de habitantes, muy por encima de Paris, Londres o Berlín. Durante décadas, desde las instituciones se ha apostado por la movilidad motorizada privada, por el coche, como medio de transporte prioritario. Por otro lado, un desarrollo urbano disperso, supeditado en gran medida al uso del coche, ha tenido como consecuencia un aumento de las necesidades de movilidad y de las distancias recorridas, y con ello de las vías de transporte de alta capacidad.
Madrid incumple desde hace años la Directiva Europea de Calidad del Aire, lo que ha motivado el inicio de un proceso sancionador por parte de la Comisión Europea. Solucionar esta situación es una de las prioridades del Plan de Gobierno de la Delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés. Si hasta ahora el dióxido de carbono era el elemento contaminante que superaba los límites máximos establecidos, este verano se han producido episodios de superación de los índices de ozono troposférico sin precedentes, tanto en la ciudad como en el conjunto de la Comunidad. Otros contaminantes, como las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) tienen también un y pernicioso efecto sobre la salud sobradamente demostrado, particularmente las más finas, que acceden fácilmente al sistema sanguíneo.
La contaminación que produce el tráfico motorizado tiene un alto coste económico y social que el nuevo gobierno de Madrid quiere tener muy en cuenta: muertes prematuras por enfermedades respiratorias y cardiovasculares, hospitalizaciones, tratamientos, bajas laborales… También la contaminación acústica tiene una incidencia importante sobre la salud mental.
La ciudadanía de Madrid ha asistido y sufrido inversiones en grandes infraestructuras de transporte que han contribuido al endeudamiento de las arcas públicas (la ampliación de la M30, las M40, 45, 50, las autopistas radiales, etc). Creemos que ha llegado el momento de recuperar el tiempo y las oportunidades perdidas y apostar definitivamente por una transición ecológica del sector del transporte a un modelo sostenible.
Cumplir los límites de contaminación establecidos por la UE, y no digamos ya los recomendados por la OMS, más exigentes aún, pasa necesariamente por disminuir el transporte que se mueve con derivados del petróleo, cambiar la cultura de la movilidad, disminuir el uso del coche y potenciar los modos de transporte sostenibles. En definitiva, se trata de pacificar Madrid para todos los vecinos: conductores de vehículos motorizados y bicicletas, vecinos y visitantes.
Estamos cerca de celebrar la Semana Europea de la Movilidad (del 16 al 22 de septiembre), y haremos un especial hincapié este año en la intermodalidad. Con el lema «Elige, cambia y combina cómo te mueves» os invitaremos a reducir el uso del coche y combinar caminar, pedalear y usar el transporte público; y a ayudarnos a conseguir una ciudad más limpia y habitable al tiempo que adquiriremos juntos hábitos más saludables.