Sábado 9 de mayo de 1981. En la plaza de las Ventas se dan cita 30.000 personas y alrededor de otras 5.000 se quedan fuera. Allí sonaba aquello de “Va a estallar el Obús”. Y vaya si estalló. Estamos ante la mítica cuarta edición de los Premios Rock Villa de Madrid que ganó Obús. La repercusión fue tal que la banda vallecana se convirtió en uno de los iconos del heavy metal español con su rock explosivo y su rompedora estética ‘tachuelera’, cuero negro, muñequeras y cinturones de balas. Para el Ayuntamiento de Madrid supuso la consolidación del certamen como el gran evento del rock madrileño. Cuarenta años después, Obús sigue “dando guerra” y los Premios Rock Villa de Madrid, también.
Las más de 600 inscripciones recibidas en la 41ª convocatoria de este año, con un 50 % de participación madrileña, indican que el festival-concurso de música rock con más solera en España goza de muy buena salud.
Así nació el Villa
La historia del Villa comienza en 1978 cuando el cantante Daniel Velázquez, y también voz de la banda sesentera de rock Cefe y los Gigantes, se une al equipo de Cultura del Ayuntamiento como asesor musical y propone crear un concurso de música rock para mostrar el movimiento que bullía en Madrid. Eran los tiempos de la transición democrática y en los barrios confluían bandas de rock y pop con grupos hippies y cantautores. El Ayuntamiento fue pionero en dar el “sí quiero” a la cultura musical emergente en Madrid y en darle visibilidad, un compromiso que se mantiene hasta hoy.
El día de San Isidro de 1978 nacía el Rock Villa de Madrid en el recinto ferial de la Casa de Campo en un ambiente de fiesta popular. Ganaba el rock psicodélico de Paracelso, con un Wyoming entre hippie y roquero, de pelo largo y bigote, que volvería a triunfar al año siguiente como El Gran Woyming y su Banda, dejando el barrio de ‘la Prospe’ en el mejor de los lugares. En segundo puesto quedó Kaka de Luxe, grupo seminal del punk que, aun con una vida fugaz, fue cantera de bandas icónicas de la Movida como Paraíso, segundos en el Villa de 1979 o Alaska y los Pegamoides, que concursaron en esa segunda edición.
Los años dorados ¿Eres pop o heavy?
Llega la década de los 80. La dotación económica de los premios era en pesetas, las maquetas se escuchaban en cintas de casete y el sueño de toda banda era grabar sus temas en un vinilo. El Villa se convierte en referente musical de lo que pasa en Madrid y un escaparate para darse a conocer. Son los años en los que eclosiona la movida madrileña y el heavy metal cobra máximo esplendor. Tras el éxito de Obús, ganarán el Villa las bandas de José Castañosa Lili, Tritón (1982) y Sangre Azul (1985), Cráneo desde el barrio del Pilar, Alcaudón desde Aluche o la banda vallecana Esturión.
También en la lista de honor de los inicios del Villa, Derribos Arias, nombre de culto de la nueva ola madrileña o la banda de spaguetti-western y punk, La Frontera, que en las semifinales eran Las Muñecas Repollo pero cambiaron el nombre por el de una de sus canciones y ganaron. La cantante y compositora Mercedes Ferrer (La Llave), que sigue en activo en la escena musical, ganó en 1985, año en el que también concursó Marta Sánchez como voz de Cristal Oskuro. En 1986 fue el turno de la banda de rocanrol de Malasaña Los Enemigos, liderada por Josele Santiago, que han regresado en 2020 con nuevo disco. En 1987 se celebra la X edición que cerrará un decenio brillante en la historia de la música madrileña.
De los 90 al nuevo milenio
Tras un paréntesis de cuatro ediciones, el Rock Villa de Madrid retoma su camino en 1992. Por alguna razón desconocida, se trastoca la numeración y el Villa se reinicia como la edición catorce. El cambio de década trae cambio de música. En la banda sonora de estos años hay indie, noise, grunge, funky… Destaca La Nevera, que conquistó el Villa con su pop rock y psicodelia en 1993 y volvió a ganar con otro nombre, Los Mismos, en 1995. Y el inquieto músico Javier Rojas (El Tío Calambres) fue arte y parte de dos bandas premiadas, Los Elementos con su rock-punk-funk gamberro, y Super Skunk, con un rock fusión a base de hip hop, metal y funk. La década finaliza en el Parque Juan Carlos I donde Zona Tsunami triunfa con su propuesta de rock acompañado del violín de Edu Ortega.
Con la llegada del nuevo milenio, los Premios Rock Villa de Madrid apuestan por internet. Desde 2005, la convocatoria se hace en la red, con la exposición directa de las bandas al público. Y se cuenta con la colaboración de instituciones y medios como AIE, Sol Música y Radio 3, que retransmite en directo los conciertos. El Villa vive un nuevo resurgir y en la XXX edición se alcanzan 749 inscripciones de toda España. Rock, pop y mestizaje, hip hop y electrónica, folk, jazz… todas las variantes tienen cabida en el Villa. En la lista de premiados del milenio, No Reply, Jenny & The Mexicats, Novedades Carminha, Biznaga, The Prussians, Nora Norman, Choé Bird y un largo etcétera.
María Guadaña, Rayo y Erin Memento en concierto
En el palmarés de los Premios Rock Villa de Madrid 2021, María Guadaña se alza ganadora con su rock de arrabal con aires de post punk melancólico y folclore urbano, y gana además el premio Sol Música, que conlleva la grabación y emisión de un videoclip. Las componentes del cuarteto madrileño Rayo se llevan el segundo premio con su rock de ensoñación dream pop y aspereza noise. La cantante y compositora Erin Memento, con su personal propuesta de pop rock electrónico, gana el accésit Rock Villa de Madrid y el premio Radio 3 que le permitirá participar en los conciertos de la cadena. El grupo asturiano Staytons, una de las formaciones más jóvenes del certamen, gana el Premio AIE al mejor intérprete y la participación en el circuito de música en directo AIEenRuta. El jurado lo conforman personalidades de la música y la cultura.
El concierto Rock Villa de Madrid, como es tradición, se celebra el 15 de mayo dentro de la programación de las fiestas de San Isidro. Este año, la cita es en el auditorio del parque forestal de Entrevías, con entrada gratuita previa descarga en sanisidromadrid.com. Junto con las galardonadas actuará Corizonas como banda invitada, y como también es tradición, con retransmisión en directo por Radio 3.
La fuerza del directo
Durante más de cuatro décadas, han cambiado muchas cosas. El Oso y el Madroño y la Puerta de Alcalá como trofeos, el cheque gigante del Villa en pesetas y luego en euros, discos y CD conmemorativos de las ediciones y grabación de videoclips, giras y conciertos, sesiones maratonianas de eliminatorias en los parques de los distritos (el de Berlín, Cerro Almodóvar, el Calero, Entrevías, el Plata y Castañar, Olof Palme…) o en salas míticas como el Marquee, Rockola o El Sol. Y muchas sedes que han acercado el rock emergente del Villa de Madrid hasta la Casa de Campo, Las Ventas, el estadio Román Valero, los parques Juan Carlos I y el de Enrique Tierno Galván, la Ciudad Universitaria, Las Vistillas, la Pradera de San Isidro o Madrid Río…
Pero hay algo que nunca cambia y es que para todas las bandas y artistas el mayor premio es el disfrute de tocar en directo y tener la oportunidad de mostrar tus temas en un escaparate prestigioso como es el Rock Villa de Madrid. Y en esto es en lo que el Área de Cultura del Ayuntamiento va a seguir trabajando. ¡Larga vida al rocanrol!