Había una vez un bonito edificio situado junto al paseo del Prado, al final de la calle de las Huertas, cuya misión era fabricar objetos de plata y enseñar el oficio a jóvenes de la villa. Su propietario, Antonio Martínez, había construido un elegante inmueble para albergar la Escuela Taller de Platería, fundada en 1778 con el patrocinio de Carlos III. La Real Fábrica de Platerías Martínez se inauguró en 1792, funcionó más de 70 años como factoría y fue derribada en 1920.
Pero no pierdas la esperanza de conocerla, ¿te apetece salir del confinamiento para hacer una visita desde casa? Es fácil, solo tienes que pinchar aquí. La Biblioteca Digital memoriademadrid ofrece la oportunidad de incrementar tus conocimientos sobre la historia y la arquitectura de la ciudad con la reconstrucción en 3D del edificio de Platerías Martínez. La biblioteca, que depende de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos del Área de Cultura, Turismo y Deporte, ha recreado este edificio desaparecido a través de su labor de digitalización del patrimonio histórico de la ciudad y su difusión mediante nuevas tecnologías. Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio de reconstrucción en 3D del antiguo paseo del Prado, un lugar de plena actualidad por su candidatura a Patrimonio Mundial de la UNESCO. Además, ya puedes visitar también la Puerta del Sol de 1854, la Puerta de Recoletos y la plaza de Oriente.
Un poco de historia
Antonio Martínez construyó su fábrica en un terreno que lindaba con el paseo del Prado, cerca de donde se estaba levantando el edificio destinado a Gabinete de Historia (luego Museo del Prado) y del recién instalado Jardín Botánico, ambos patrocinados por Carlos III.
La Real Fábrica de Platerías Martínez era una construcción de estilo neoclásico, con un pórtico en la fachada y dos torreones laterales que servían como depósitos de agua. En la reconstrucción 3D de la biblioteca digital y en los documentos en los que esta se basa, se advierte que el edificio fue concebido más como monumento que como factoría. Sin embargo, su pórtico principal no daba al paseo del Prado sino que estaba orientado hacia el norte para que en los talleres se aprovechara mejor la luz natural.
En 1866, los sucesores de Martínez pusieron en venta la fábrica. El Estado compró el edificio en 1884 e instaló las oficinas de la Deuda Pública. Debido a su mal estado de conservación, en 1907 se sacó a pública subasta. Los nuevos propietarios lo derribaron, sin que los intentos de salvar la fachada dieran fruto. La columnata del pórtico fue vendida y trasladada a Valencia para formar parte de su Círculo de Bellas Artes.
De la fábrica se mantiene el nombre en la plaza en la que estuvo ubicada y quedan huellas de las columnas en el pavimento. Ahora también tenemos un testimonio digital, a través de la Biblioteca Digital memoriademadrid y de su Gabinete de Humanidades Digitales.