La Junta de Gobierno ha aprobado inicialmente esta mañana la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana para la catalogación con nivel 2 grado estructural de la edificación situada en la calle Peironcely, 10, situado en el barrio de Entrevías del distrito de Puente de Vallecas.
La parcela de 495 m2 de superficie sobre la que se levanta, quedará calificada como dotación pública, por lo que, tras la adecuación de la edificación, ésta albergará un equipamiento de carácter cultural. Para ello, el Ayuntamiento expropiará el conjunto y procederá al realojo de las familias que ocupan las 12 viviendas del inmueble, actualmente muy deteriorado.
El edificio de Peironcely, 10 fue fotografiado durante la Guerra Civil por el fotógrafo húngaro Robert Capa, lo que lo convirtió en un testimonio de la historia reciente de España. La iniciativa aprobada hoy para incorporar el inmueble al Catálogo de Elementos Protegidos del Plan General es la primera vez que se lleva a cabo en Madrid para proteger una edificación, no sólo por sus características constructivas, propias de los primeros años del siglo XX, sino atendiendo a su valor inmaterial y como testimonio de la memoria histórica.
El edificio, de una sola planta sobre rasante, ocupa toda la parcela a excepción de dos estrechos espacios libres que sirven para acceder a las viviendas desde el interior del edificio. Desde el exterior se puede acceder tanto desde la calle Peironcely, como desde la calle Miguel de la Roca a través de varios accesos.
Fue construido en 1927 en ladrillo visto y cubierta a dos aguas en teja plana. Cuenta con una sola planta de altura y tipología de viviendas de corredor en torno a dos patios muy estrechos, paralelos a la calle Peironcely, a los que se abren las viviendas de superficie entre 17 m2 y 28 m2.
Sufrió importantes daños durante la guerra, por lo que sus cubiertas fueron reconstruidas y se han realizado numerosas intervenciones a lo largo de los años que, entre otros extremos, han eliminado las señales de metralla en las fachadas.
El grado de catalogación que se le asigna supone que se conservará la volumetría de la edificación y sus elementos arquitectónicos más destacados y que podrán desarrollarse obras en su interior en las zonas de menor relevancia constructiva. Por tanto, con esta iniciativa se mejorará el sistema dotacional del barrio y se evita la desaparición del edificio existente, realizado en 1927.
La implantación del nuevo uso como equipamiento cultural supondrá realizar obras relacionadas con su adaptación de su interior a las necesidades futuras, con mejores condiciones de accesibilidad, seguridad y eficiencia energética.
Más allá de las circunstancias concretas de esta finca, esta nueva actuación se suma a otras de recuperación de la protección como las realizadas en el Edificio España, o la finca de Paseo del Prado 30, y refuerzan el compromiso del gobierno Municipal con la defensa del patrimonio histórico de Madrid./
El delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, señala las dificultades que han encontrado al tratarse de un «patrimonio inmaterial» y explica cómo fue una reivindicación vecinal para recuperar la memoria histórica: