El patio del Centro Cultural Galileo se convierte en un escenario teatral al aire libre durante las noches veraniegas. Hasta el próximo 2 de septiembre, se está representando la comedia de Enrique Jardiel Poncela, “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”.

La propuesta es una de las comedias más deliciosas y alocadas del prolífico autor. Con su humor, supo tratar ciertas ideas casi visionarias, principalmente sociales, saliéndose del naturalismo y realismo imperante en la época. La obra fue publicada en el año 1936, titulada inicialmente “Morirse es un error” y fue tras la Guerra Civil española cuando cambió al nuevo y definitivo título que hoy conocemos.

Bajo la dirección de Gabriel Olivares, la interpretación corre a cargo de la compañía TeatroLab que llega a Madrid con este espectáculo después de su anterior montaje “Our Town” que fue candidato a los Premios Max en 2016. César Camino, Silvia Acosta, Patrick Martino, David García Palencia y Chusa Barbero son algunos de los nombres que conforman el grupo de actores.

Acerca de la obra

Los protagonistas son el cartero Emiliano y dos parejas de enamorados formadas por un científico, su mejor amigo y sus respectivas esposas. Todos pretenden solucionar sus problemas sentimentales y económicos tomando la pócima de la eterna juventud.

El doctor Bremón ha inventado una poción para vivir eternamente. Tras ingerir el elixir, creen haber encontrado la panacea y haber alcanzado la felicidad absoluta, sin embargo, la existencia se convierte en insoportable y delirante porque en la realidad no resulta tan magnífico como esperaban.

La vida eterna es muy aburrida y para poner remedio el doctor crea otro bebedizo con el cual ir descumpliendo años. Aun así, nada es perfecto.

Cita para el final de la tarde

El escenario está situado al aire libre, en el patio del centro cultural Galileo  en el distrito de Chamberí, donde 350 espectadores pueden cenar, tomar una copa y ver la función. Las funciones se ofrecen de lunes a sábados, a las 21:30 horas.

La iniciativa propone otra forma de ver teatro, veraniega y divertida, con el cielo como techo. Las puertas se abren una hora antes del inicio. Las entradas no son numeradas y el personal del recinto organiza la ocupación de las butacas en función del orden de llegada de los clientes. /