El Bosque Metropolitano, el anillo forestal de 75 kilómetros que bordeará la ciudad, sigue avanzando. La Junta de Gobierno ha aprobado hoy el contrato para la segunda fase de las obras en el ámbito de Valdegrulla y el paraje de Valdesenderín, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, por un importe de 3 millones de euros, según ha informado la portavoz municipal, Inmaculada Sanz. Este contrato contempla las obras necesarias para el acondicionamiento y puesta en valor de la parcela municipal ubicada en este ámbito para la futura implantación de un vivero municipal de producción de planta forestal, que proveerá al Bosque Metropolitano.
El vivero, que tendrá cinco plataformas con un camino perimetral y un paseo peatonal que las une a todas, se complementará con elementos para poder realizar acciones formativas y didácticas, además de poder desarrollar líneas de investigación y experimentación científica mediante acuerdos con entidades como pueden ser el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) o el Real Jardín Botánico.
En la plataforma superior se ubicarán las instalaciones de administración, aula de formación y vestuarios, además de un pequeño aparcamiento. Las plataformas intermedias tendrán los invernaderos y una zona estancial para dar formación al aire libre, mientras que las plataformas inferiores estarán dedicadas a la zona de endurecimiento de las plantas y se dejará una superficie para realizar plantaciones en terreno natural.
Recuperación de un terreno abandonado
Este paraje en el que va a actuar el Área de Desarrollo Urbano tiene una superficie de 34.945 m2 y presentaba un estado de abandono total que propició el vertido de todo tipo de residuos. Por eso, en una primera fase ya se procedió al desescombro y modelado de la parcela, mediante la ejecución de bancales, consiguiendo recuperar este suelo cercano al Monte de Valdelatas.
Los beneficios inmediatos para la ciudadanía de esta primera actuación se traducen en la puesta en valor de una parcela que, hasta entonces, presentaba una alta degradación medioambiental, con vertidos, aparcamiento incontrolado de vehículos, ocupaciones ilegales y todo tipo de incidencias que, además de suponer un factor de malestar en la vecindad, se traducía en un desembolso continuo de fondos municipales para intentar paliar, en la medida de lo posible, las consecuencias derivadas de la falta del uso previsto por el planeamiento para estos suelos.
Una vez recuperado el terreno, las obras contempladas en esta 2ª fase comprenden la ejecución de las infraestructuras necesarias -como los accesos, los caminos y zonas estanciales, la red de riego, la instalación de mobiliario urbano o la plantación de especies arbóreas- para la implantación de un futuro vivero. El plazo de ejecución de las obras será de ocho meses.
Esta acción forma parte del Bosque Metropolitano, la gran infraestructura verde que rodeará Madrid, con el objetivo de mejorar la calidad del aire, mitigar la isla de calor, adaptar la ciudad al cambio climático y conservar la biodiversidad, entre otras. /