La actualización urbanística más ambiciosa que se ha hecho en los últimos 25 años ha recibido la luz verde del Pleno del Ayuntamiento que, este lunes, ha aprobado el avance de la modificación de las Normas Urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, tras un año escuchando las sugerencias de la sociedad civil. Esta nueva guía, elaborada por el Área de Desarrollo Urbano, persigue adecuar el urbanismo al presente y futuro de la ciudad, adaptar las normas a las necesidades de la sociedad y abrirse a las nuevas tendencias europeas, a la inversión y al empleo.
Se plantean mejoras en materia de sostenibilidad; se apuesta por novedades en lo residencial, dotacional y logístico; se permite la hibridación de usos para recuperar zonas de la ciudad que en la actualidad están obsoletas, se apuesta por edificios más verdes y confortables y se da una mayor claridad y seguridad jurídica en todos los ámbitos, entre otras muchas novedades.
Más sencillez
Con esta modificación, se cambia el lenguaje complejo propio de la administración por uno comprensible y se unifican todos los criterios interpretativos publicados en dos décadas sobre artículos del plan general, es decir, se da seguridad jurídica. Además, se adaptan los tiempos de la administración a los de la sociedad, eliminando trabas y trámites reiterativos como ocurre, por ejemplo, con los planes especiales de control urbanístico ambiental (PECUAU) que incluyen las mismas comprobaciones que se hacen luego en el proceso de licencia. Por eso, se elimina esta exigencia de PECUAU sin rebajar los requisitos medioambientales ni los controles que ejercía, que seguirán haciéndose. Esto supone ganar una media de año y medio de tiempo a la hora de tener el visto bueno a un proyecto.
Viviendas confortables
Se atiende a las nuevas tendencias que demandan los ciudadanos, sobre todo en los últimos años, y se actualizan las condiciones de confort de las viviendas con medidas como que las terrazas y los cuartos de instalaciones en plantas de piso no computen a efectos de edificabilidad, potenciando los balcones y balconadas tanto en las construcciones nuevas como en las existentes. Tampoco computarán a efectos de edificabilidad los trasteros.
Además, a partir de ahora se permitirán los miradores con persiana, que hasta ahora no se podían poner. Y al no contar en edificabilidad los cuartos de instalaciones, se liberan de las azoteas de los edificios, para que sean transitables y utilizables.
El factor verde
Quien apueste por fachadas y cubiertas verdes y elementos de sostenibilidad y eficiencia energética verá recompensada su apuesta. Los elementos de producción de energía sostenible o elementos constructivos de mejora de la eficiencia, así como los cuartos para guardar vehículos de movilidad sostenible como las bicicletas no computarán a efectos de edificabilidad o porque a mayor superficie ‘vegetal’ se aplicará un factor verde que permitirá optimizar el espacio libre de parcela.
Nuevas formas de habitar
Las necesidades de los madrileños no son las mismas que hace 25 años, han surgido nuevas formas de habitar y estas normas facilitan que cada persona elija cómo prefiere vivir, sin que nadie le dicte ningún modelo. Por eso, se incluye el cohousing dentro del residencial, redefiniendo las condiciones de vivienda mínima, permitiendo una reducción a cambio de la creación de una misma superficie en zona común y se da entrada al coliving en edificio exclusivo, una nueva categoría en el uso de vivienda denominada ‘residencial compartida’.
Cuidar Madrid
La normativa se actualiza para dar vida al centro y mejorar la ciudad consolidada, dotándola de proyectos respetuosos y viables. Se reescriben las reglas para facilitar la intensificación de usos que permita generar más vivienda en el centro de Madrid. También se impulsa la recuperación de patios de manzana con soluciones bioclimáticas. Unas normas encaminadas a respetar más los edificios, la arquitectura, el patrimonio y la historia de la ciudad.
Mejores dotaciones y más rápidas
La prioridad del Ayuntamiento es implantar aquellas dotaciones que necesitan los barrios. Para eso, se flexibilizan los usos y se simplifica la implantación de equipamientos dotacionales básicos y singulares de forma inmediata. Esto da mucha más agilidad, por ejemplo, para poder instalar una sede de policía en Villaverde sin tener que redactar un plan especial. De igual forma, se permite el destino transitorio de solares para que se puedan dedicar a zonas de esparcimiento y a la mejora del paisaje urbano hasta que se construya el dotacional previsto.
Y una de las mayores novedades es que se posibilita construir viviendas tuteladas y viviendas de integración social en suelos dotacionales, dirigidas a colectivos con necesidades específicas.
El uso terciario
En lo referente a los usos terciarios, el objetivo es establecer unas reglas del juego claras. La modificación de las normas urbanísticas integra el Plan Especial de Hospedaje, incluido sus anillos, por lo que las viviendas de uso turístico no experimentan cambio alguno y quedan sujetas a ese plan, actualmente en vigor y avalado por los tribunales, que exige acceso independiente, un aspecto que la Comunidad de Madrid, competente en esta materia, también pide mantener.
Otro aspecto importante es que se actualizan los aforos de los locales conforme al Código Técnico de la Edificación, una norma mucho más actual que el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997, y se elimina la exigencia obligatoria de dotación de aparcamiento en aquellas zonas donde no se permite llegar coches, contribuyendo a potenciar otros modos de movilidad más sostenible.
Más actividad, más empleo
El Ayuntamiento dará respuesta a los retos que se plantean en cuanto a nuevas industrias y actividades, permitiendo la hibridación de usos que protegerá enclaves como el polígono ISO de Carabanchel y estableciendo normas para las actividades logísticas de la ciudad, una demanda a la que trata de dar solución esta modificación.
En cuanto a las cocinas agrupadas, se prima su implantación en polígonos industriales y se limita su actividad en zonas residenciales, al igual que ocurre con el uso almacenaje con reparto a domicilio y la logística, marcando un criterio claro en cuanto a su posible impacto en el entorno. Así, se limita su implantación en ámbitos residenciales a locales de uso industrial con un máximo de 350 metros cuadrados, con la obligación de que tengan en el interior del establecimiento las zonas de espera, carga y descarga y estancia de los transportistas. El máximo de cocinas permitidas será de ocho. Además, se exigirá un estudio de movilidad para conocer el impacto que tendrá en la zona. Esta norma se aplicará también a la norma zonal 9 (zona industrial) que quede dentro de ámbitos residenciales. /
Intervención de Mariano Fuentes, delegado de Desarrollo Urbano, en el pleno extraordinario celebrado esta mañana: