Con más de 100 años de trayectoria, Adepesca, la Asociación de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados de la Comunidad de Madrid, es uno de los colectivos que está participando en los talleres para repensar la nueva Estrategia Alimentaria de Madrid.
Hoy entrevistamos a su directora, Mª Luisa Álvarez Blanco, quien, además de explicarnos bien de dónde surge Adepesca, habla sin tapujos de pesca sostenible, compra de cercanía y de la importancia de comprar bien para comer mejor.
Madrid Alimenta: Adepesca tiene más de 100 años de historia a sus espaldas. ¿Por qué surge esta necesidad de asociarse para un gremio madrileño que trabaja con productos capturados a más de 400km?
Mª Luisa Álvarez Blanco: Efectivamente, nuestra organización es de las más antiguas de España pues se crea en el año 1903. Son 118 años de historia de un sector que es muy típico en Madrid, aunque pueda parecer lo contrario.
Precisamente la existencia de una gran red de pescaderías especializadas tradicionales ha permitido que nuestra Comunidad esté por encima del consumo de la media nacional, a pesar de no tener mar. Mucha gente no lo sabe, pero la red de pescaderías españolas es única en el mundo. Buena parte del mérito de que seamos un país amante de los productos pesqueros, incluso en las regiones del interior, se debe a esta maravillosa red de pescaderías.
La historia del gremio de pescaderos de Madrid es muy curiosa. La mayoría tienen sus orígenes en la comarca de La Maragatería, en torno a Astorga. Hasta la implantación del ferrocarril, el transporte de productos y bienes de consumo, junto con el de valores, entre las provincias del noroeste y del norte de España y la capital, se realizó en gran parte por arrieros maragatos, que dejaron a través de los tiempos claras muestras de la seriedad en el trato, de la eficacia en el transporte, a lomos de caballos y mulas formando recuas, así como de fiel cumplimiento de los acuerdos pactados. La llegada del ferrocarril representó una competencia imposible de salvar para la arriería, por la diferencia en el volumen de carga, en el tiempo recorrido y, en consecuencia, en los costes.
Los maragatos, que durante generaciones habían transportado pescado procedente de Galicia y de las provincias del norte, se vieron obligados a cambiar de oficio, y muchos de ellos se asentaron como pescaderos. ¿Por qué?, porque sabían de pescado, ya que lo transportaban, sabían cómo tratarlo y conservarlo. Fueron los abuelos y bisabuelos de los actuales pescader@s, los que se instalaron en mercados tradicionales, en puestos al aire libre, en comercios de calles y plazas, los que hicieron posible que la venta de pescado en Madrid se hiciera en las mejores condiciones, a costa de madrugar con el alba para recoger la mercancía, transportarla hasta los establecimientos, proceder a su limpieza y conservación, y permanecer largas horas tras el mostrador, soportando el frío de las madrugadas, el continuo contacto con el hielo que preservaba el pescado, sin los medios actuales de protección, trabajando muchas horas al día, todos los días de la semana y todas las semanas del año.
Y así, durante años, los pescaderos iban ahorrando para poder traer a sus familiares desde los pueblos de maragatería, iniciando en el comercio a los pequeños, forjando aprendices que más tarde serían dependientes y, con el paso del tiempo seguirían en el negocio familiar, o se establecerían por su cuenta.
Por ello, desde el principio, sintieron la necesidad de asociarse y apoyarse, y de unirse para defender sus derechos. Una historia única que ha hecho de Madrid la capital del mar sin tenerlo, junto al trabajo, por supuesto, de otros eslabones de la cadena pesquera.
MA: ¿Qué medidas estáis implementando o habéis implementado ya (transporte, logística, organización…) para que el consumo de pescado fresco en Madrid sea más sostenible?
MLAB: La sostenibilidad es un concepto muy amplio que no siempre se entiende bien. Hay que tener en cuenta los tres pilares, el social, el económico y, por supuesto, el medioambiental. Precisamente, gracias a la inmensa labor de toda la cadena pesquera la distribución de pescados y alimentos en España es altamente eficiente. Por ejemplo, nosotros compramos a los empresarios mayoristas ubicados en la unidad alimentaria de Mercamadrid. Ellos traen productos pesqueros de todas las partes de España y también procedentes de otros países que se transportan de forma agrupada en camiones compartidos que pertenecen a redes logísticas de frío altamente eficientes. Los camiones completan la carga con los productos de diversos mayoristas y clientes.
Los detallistas se trasladan a comprar a los mayoristas en sus propias furgonetas y procuran que la carga esté adaptada a sus necesidades, para evitar costes innecesarios.
Esta operativa logística es mucho más sostenible que la compra directa de los consumidores a puerto fraccionando la logística.
Nuestro compromiso con el entorno es incuestionable. Adepesca fue la primera organización de pequeño comercio de España en poner en marcha un departamento de medioambiente y somos premio de la comunidad de Madrid en medioambiente en el año 2011.
Desarrollamos muchísimos proyectos para mejorar la formación de nuestros operadores en todos los aspectos relacionados con la sostenibilidad. Nuestra primera Guía de Buenas Prácticas Medioambientales en pescaderías es de 2013 y en ella ya abordábamos como minimizar nuestros impactos en el consumo de energía, en la movilidad, respecto a los recursos, productos de limpieza etc.
Nuestra organización nacional FEDEPESCA tiene una página web en exclusiva para sus proyectos de sostenibilidad, que os invitamos a consultar www.pescaverde.org en todos ellos ADEPESCA ha colaborado. Van desde la sensibilización, información y formación sobre pesca y acuicultura sostenible, conocimiento de la Red Natura 2000, el impulso de nuevas elaboraciones artesanales sostenibles en las pescaderías, la donación de pescado para alimentar a tortugas en un centro de recuperación marina…nos encanta mejorar, formar, comunicar y sensibilizar en todo lo que tenga que ver con la sostenibilidad pesquera.
MA: ¿Desde la Asociación contáis con alguna política de control de proveedores para asegurar que el producto proceda de pesca sostenible?
MLAB: Es muy importante definir qué es pesca sostenible. Lamentablemente hay mucha confusión en los consumidores. Europa es el entorno del mundo más exigente en cuanto a normativa y control pesquero, cuando decimos pesquero incluye pesca y acuicultura. No podemos pensar que nuestros barcos pescan donde quieren, como quieren y lo que quieren. Mayoritariamente se decide en base a dictámenes científico que determinan las capturas máximas por especie. Cada barco tiene asignada una cuota de una especie y con un arte de pesca concreto, y está sometido, si tienen más de 12 metros de eslora, a un control electrónico. Puede decirse que la pesca legal europea es sostenible por definición.
Otra cosa es la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, que se produce especialmente en terceros países, que es una lacra para todos nosotros y contra la que debemos de luchar, porque es la que esquilma nuestros mares.
En el caso de la acuicultura las exigencias medioambientales son tales que el sector no consigue crecer en Europa, a pesar de que es una necesidad. Se produce el contrasentido que luego importamos productos de terceros países que para nada están sometidos a nuestras exigencias.
Por ello, comprar productos capturados por nuestra flota o producidos por nuestros acuicultores, de temporada, locales, apostado por el comercio de proximidad, es una gran apuesta por la sostenibilidad. La marca Europa y España es una gran garantía. En el caso de los especialistas de las pescaderías tradicionales están posicionados mayormente en producto local y en alta variedad de especies, adaptándose a los productos de temporada.
Respecto a las certificaciones privadas decir que son un extra por encima de las exigencias legales y para determinados aspectos. Cada una certifica una cosa, el estado del recurso, los aspectos sociales, pero ninguna lo hace de forma global. De forma global tenemos todas las exigencias legislativas de nuestro entorno, fiscales, laborales, de seguridad alimentaria, sobre sostenibilidad. No es necesario pagar más para comprar producto sostenible. Podéis consultar nuestra Guía sobre pesca y acuicultura sostenible que está a vuestra disposición en www.pescaverde.org, donde explicamos de forma amena cómo funciona la organización de los mercados pesqueros y cómo podemos apostar por una pesca y acuicultura sostenibles.
MA: Actualmente colabora activamente en los talleres de trabajo para repensar la nueva estrategia alimentaria de Madrid, ¿por qué creéis que esta estrategia es importante? ¿Cómo creéis que puede afectar a vuestros negocios?
MLAB: Es muy importante porque ahora nuestros responsables políticos se están dando cuenta de que nuestro sistema alimentario no puede seguir así. En mi caso, llevo trabajando más de 30 años en el sector y he visto con enorme pena como las personas cada vez prestan menos atención a cómo comprar los productos frescos, cómo cocinarlos, dejándose llevar por el marketing y delegando la cocina en otros en favor de la comodidad, perdiendo su vínculo con los alimentos. Y es tan importante esta conexión con los alimentos, para nuestro bienestar físico, mental y ¡con el planeta! Nos educa el marketing y los comunicadores sin conocimientos técnicos y así nos va. Más del 54% de adultos con problemas de obesidad y un 20% de los adolescentes. Aumento de las enfermedades relacionadas con la mala alimentación y del gasto sanitario. Aumento del desperdicio alimentario.
Tanto la estrategia de la FAO, como la de la Comisión Europea, como la nacional, regional y local, buscan impulsar los sistemas alimentarios sostenibles, accesibles y saludables. En mi opinión, España contaba con una red de comercio especializado en productos frescos que ayudaba enormemente a conseguirlo, pero está en franco retroceso, por la falta de relevo generacional, de formación profesional pública adecuada, del prestigio social que merecen los expertos en alimentos y por los cambios de los hábitos de los españoles que, simplemente, se dejan llevar, sin darse cuenta de cómo pierden un legado ancestral base de nuestra salud y de nuestra felicidad, que es la dieta mediterránea. Nosotros hemos pasado de 15.000 a 10.000 pescaderías en 10 años. Y cuando acudes a una pescadería compras un 25% más de cantidad que cuando vas a otro formato comercial, por el asesoramiento, la profesionalidad, la variedad de especies.
Es urgente un compromiso político que favorezca la alimentación saludable y sostenible con políticas fiscales, educativas y sociales realmente comprometidas. Es necesario conocer el origen de los productos y cómo se producen para valorarlos adecuadamente, y no confundir precio con valor, para entender el esfuerzo que hay detrás de una cadena alimentaria eficiente, sostenible y justa.
Al tiempo, aumentan las exigencias, el consumidor quiere más y más garantías, que son costosas y que empujan a subir el precio para mantener la rentabilidad, sin poder competir con los productos de terceros países que no tienen esos mismos costes sociales, medioambientales y fiscales. Es un círculo infernal. Se quiere todo sin pagar lo que cuesta. Hace falta mucha pedagogía de consumo responsable.
MA: ¿Qué esperáis de la nueva estrategia alimentaria del Ayuntamiento de Madrid y cómo veis al resto de participantes de los talleres? ¿Sentís que hay un objetivo común o que estamos lejos de conseguirlo?
MLAB: Para nosotros es un privilegio participar en los talleres y poder aportar nuestra visión, nos hemos sentido muy cómodos con nuestros compañeros porque creo que todos los participantes somos profesionales concienciados y expertos. Me preocupa cómo dar el gran salto a la población. Desgraciadamente no tenemos los medios de comunicación, promoción y publicidad que necesitamos para que nuestro mensaje llegue.
La gente está convencida de que no tiene tiempo para ir al mercado o a la tienda y cocinar, cuando ofrecen muchísimos servicios (compra por teléfono, whastapp, correo, on line, envío a domicilio, elaboraciones artesanales, degustaciones) y cuando cocinar es sencillo, económico, sano y sostenible, además de brindarte la oportunidad de cuidarte disfrutando y reforzar tus relaciones personales. Es un tema de prioridades, ahora se tienen 6 horas y 54 minutos de tiempo al día para pasar en internet (11 minutos más que el año anterior, estudio que Hootsuite y We Are Social han llevado a cabo para el Digital 2021.)
Y como decía antes, mantener nuestro estado del bienestar es caro. Todos queremos que se garanticen nuestros derechos y, para ello, los precios finales son los que asumen los costes de ese estado del bienestar. Es fundamental fomentar el consumo responsable también desde el punto de vista social, y entender que el precio es el que garantiza el retorno justo a todos los operadores a los que al tiempo les exigimos las máximas garantías. No podemos subsistir en una economía de promoción continua y de mucho marketing y comunicación interesados, que desinforman y nos impiden comprender.